De la desaparición de las clases sociales a su florecimiento espontáneo como las margaritas en el campo
Por Manuel Sogas Cotano
Coresponsal del Pollo Urbano en República Dominicana
Don Felipe González, ex presidente del gobierno español y ex
secretario General del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), durante
un tiempo dio por sentada la existencia de las clases sociales, y no
solo eso, sino además, la lucha entre ellas.
Incluso daba por bueno la revolución socialista. Decía: “ Porque
partimos de la base que la lucha de clases se plantea en términos
prácticamente iguales en Carmona que en el bajo Llobregat […] cambiando
todo lo cambiable, que entre socialistas es todo, salvo la necesidad de
transformar la sociedad capitalista en sociedad socialista.”[[1]]
A pesar de tan categóricas afirmaciones tres años después en
septiembre de 1979, el XVIII Congreso extraordinario, donde es elegido
secretario general del partido, el PSOE acaba con la rabia y el perro,
abandonado el marxismo con frases tan “lapidarias” como que “hay que ser
socialistas antes que marxistas”, lo que equivaldría a decir que “hay
que ser chofer antes de aprender a conducir”. Sí, pues, las clases
sociales, para do Felipe González, dejan de existir porque así lo decide
un Congreso.
Por el mismo procedimiento, salvando distancias, circunstancia y
consecuencias, en la URSS se “acaban” las clases sociales porque José
Stalin en un informe sobre el proyecto de constitución de la URSS
presentado al VII Congreso de los Soviets de la URSS el 25 de Noviembre
de 1936 propone para su aprobación (y se aprueba): “ya no existe clase
de capitalistas en la industria, ni clases de kulaks en la agricultura.
Tampoco existen negociantes y especuladores en el comercio. Todas las
clases explotadoras han sido liquidadas.” [[2]].
Las clases sociales, pues, tal que comodines que se manejan al libre
albedrio de cada cual en función de la conveniencia política del momento
o intereses particulares.
El partido Socialdemócrata alemán en su Congreso de Bad Godesberg de 1959 da por “superada la lucha de clases.”[[3]]
Y siendo esto así, “superada la lucha de clases”, “erradicada”
la contradicción fundamental entre el capital y el trabajo que
representa el salario, no tiene que tener nada de extraño que un gran
empresario levante la bandera obrera en defensa de los intereses de la
clase trabajadora, como efectivamente ocurriría, cuando el
socialdemócrata Helmut Schmid “quien pediría a Philip Rosenthal, uno de
los más grandes empresarios de la industria de la porcelana, convertido
en miembro del SPD, que defienda los colores del partido en ocasión de
las elecciones legislativas, lo que este hará pregonando la “comunidad
de intereses” entre patronos y obreros.”[[4]]
Cuando ya las clases sociales parecía que se habían extinguido,
llega el profesor Mike Savage de la London School of Economics, y en un
estudio que realiza para la cadena de televisión pública BBC del Reino
Unido no una ni dos, sino siete clases sociales. [[5]]
Estas siete clases que nos brinda el profesor Mike Savage son: 1)
Élite; 2) Clase media establecida: 3) Clase media técnica; 4) Nuevos
trabajos prósperos; 5) Clase trabajadora tradicional; 6) Trabajadores
del sector servicios emergentes y 7) Precarizados.
Los elementos tomados por el profesor para la determinación de
pertenecía a una u otra clase según su estudio fueron: el capital
económico (la riqueza); el capital social (la red de relaciones
personales) y el capital cultural (intereses y educación)
¿Por qué no podríamos realizar nosotros un estudio sociológico
para determinar que las clases sociales son cuarenta y cinco? O Mejor
todavía, ¿por qué no podríamos realizar un estudio sociológico para
determinar que no existe más que una clase social, la que formamos todos
los hijos de Dios que habitamos en la tierra emparejados adecuadamente
en el rebaño del Seño?
¿A que va a resultar ahora que esto de las clases sociales es algo
serio y hasta que no nos leamos a Marx, y sobre todo, hasta que no
comprendamos a Marx, no vamos a entender el papel que juegan las clases
sociales tanto a nivel teórico como práctico para empezar efectivamente
la transformación social, en lo que ya llevamos unas decenas de años con
retraso?
[[1]] Felipe González. Avance / Información. Colección de de actualidad, número 1. Edit. Avance, abril 1976, Barcelona, págs. 55-55.
[[2]] Charles Bettelheim. Las luchas de clases en la URSS primer periodo (1917-1923). Edit. Siglo XXI de España Editores, S.A., junio 1976, págs. 12-13.
[[3]] Gerard Sandoz. La izquierda alemana, de Karl Marx a Billy Brandt. Edit. Península, abril, 1977, pág. 82.
[[4]] Gerard Sandoz. Obra citada, pág. 85 ?
[[5]] Héctor G. Barnés. ¿Alta, media y trabajadora? No, las clases sociales ya no son tres, sino siete. El Confidencial, 03.04.2013
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