Pérez Rubalcaba y la señora
Chacón proclaman el orgullo de tener el honor de pertenecer al mismo partido
que Fernández Vara, esto es, al PSOE, que no es ni la sombra del Partido
Socialista Obrero Español que fundara Pablo Iglesias (el Coletas no, el otro,
el obrero impresor junto a un par de docenas más de obreros, y puestos a no
ser, no es ni siquiera la sombra de la Socialdemocracia original, la alemana
moderna no, la alemana original). Y aluden al honor para reclamar la libertad
de expresión, esto es, que Fernández Vara, pueda, libremente, poner a caldo a
Pedro Sánchez, porque este se niega en redondo a dar su brazo a torcer para
que Rajoy pueda formar gobierno.
Yo que me declaro partidario
del Socialismo de Pablo Iglesias, el que propugnaba la emancipación de todas las
clases sociales, es decir, que nadie que pueda trabajar viva del trabajo de
otros, pero no del PSOE actual que inicia Felipe González, creo que,
efectivamente, Fernández Vara puede decir cuanto quiera y como quiera de quien
quiera, naturalmente, sin faltar el respeto a nadie, pero creo no obstante que
la libertad de expresión no se reduce a eso.
Como estamos en una sociedad en
la que prima la indigencia intelectual y la chabacanería social, como
consecuencia de la imposición de los valores inherentes al modo de producción
capitalista, y da igual decir so que arre, sin que se le saquen los colores a
nadie, Rodríguez de la Borbolla, también jefe o ex jefe del PSOE actual, no sé
si confundiendo el culo con las témporas o el tocino con la velocidad, pero en cualquier
caso, más perdido que un pato en un garaje, zarandea al Evangelio como le da la
gana, para poder comparar lo que es absolutamente incomparable, o sea, a Pedro
el amigo infiel y caguetas como él sólo, que negando al Maestro Cristo por tres
veces en un ratillo, sin embargo llega a santo de primera categoría, con Pedro
Sánchez que, puede que no sea socialista como Pedro el cagón, pero desde luego
no es un caguetas como lo fue este último hasta encumbrarse en la santidad.
Unamuno que se declaró socialista
del PSOE original, o sea, del de Pablo iglesias, obrero impresor, decía que el
honor era cosa de caballeros que eran precisamente los que menos honor tenían.
O sea, nada de honor para ser socialista. Y por supuesto, nada de Evangelio que
era y es cosa del más allá, mientras que el Socialismo, por muy largo que pueda
ser su proceso histórico hasta hacerse realidad, que lo es, es sin embargo,
para que lo empiece siendo aquí y ahora, por lo que recomendaba sin ningún
paliativo (que fue lo que él empezó por hacer) empezar por la comprensión del
funcionamiento de la economía política (la economía capitalista no es más que
un tipo de economía), razón por la cual se puso a estudiar a Marx, para
diferenciar así el verdadero Socialismo del socialismo de furrufalla, o sea, el
no socialismo, que es precisamente donde se sitúan Pérez Rubalcaba, la señora
Chacón, Fernández Vera, Rodríguez de la Borbolla y demás baronía del PSOE
actual, incluido Pedro Sánchez, que socialista no lo será, pero caguetas
tampoco.
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