"Se fueron al caos sangriento": RT sigue el rastro de la familia
rusa que se unió al EI (EXCLUSIVA)
Alexéi, hijo
de un respetado profesor, tenía título académico, un buen trabajo, una esposa
que lo quería y tres niños preciosos. Sin embargo, un buen día se fue a Siria
para unirse a las filas del Estado Islámico.
La corresponsal de RT María
Finóshina ha viajado a la ciudad de Volgogrado, Rusia, donde habló con
familiares y amigos de Alexéi, Tamara y sus tres hijos, una familia rusa que se
fue a Siria a luchar en las filas del Estado Islámico, y cuyos
pasaportes fueron hallados el pasado mes de marzo por el equipo del canal
de cine documental de RT en el Kurdistán sirio.
"Un caos sangriento"
Hijo de un respetado profesor,
Alexéi podría pasar como un padre modélico, con su título académico, un buen
trabajo, una esposa que lo amaba y tres niños preciosos.
El padre de Alexéi,
profesor en una de las universidades de Volgogrado, se siente
culpable por no haberse percatado de las verdaderas intenciones de su
hijo. Alexéi lo engañó: le dijo que se iba a Alemania con su esposa e hijos,
cuando, en realidad, se fue a Siria para unirse al Estado Islámico. Allí, al parecer, perdió la vida.
"Allí terminó él, allí
terminó su esposa, allí terminaron sus hijos pequeños, no sé qué pasó
con ellos", confiesa el profesor.
"Aquello es un caos sangriento
donde se lanzó por su propio pie", se lamenta.
La exesposa del padre de Alexéi tuvo "la loca idea de ir allí a robar niños". "Yo le dije: "¿pero qué dices? ¿Te das cuenta de [lo que significa] robar niños al EI?", recuerda el profesor.
La exesposa del padre de Alexéi tuvo "la loca idea de ir allí a robar niños". "Yo le dije: "¿pero qué dices? ¿Te das cuenta de [lo que significa] robar niños al EI?", recuerda el profesor.
"Fue una pesadilla, pero tenía
la esperanza de que esto no pasara", cuenta a RT una amiga de Tamara.
Alexéi se convirtió al islam hace 10
años. Según su padre, lo involucró un egipcio que estudiaba medicina e iba al
gimnasio con él.
"A mí me parece que ella
[Tamara] no estaba muy a favor de todo esto, lo hacía más por él. Me daba
miedo el fanatismo con el que se entregaron al islam", relata la amiga de
Tamara.
Cómo reclutan a los jóvenes
El equipo de RT visitó una mezquita
de uno de los distritos de Volgogrado, a la que, a pesar de vivir bastante
lejos, asistía Alexéi.
Sin embargo, los periodistas no
lograron hablar con el imán Rustam Yakúbov, que podría haber sido responsable
del reclutamiento de Alexéi y que ya no trabaja en la mezquita.
Cuando RT le solicitó una entrevista
a través de un mediador, el imán se negó, afirmando que "estaba cansado de
todo esto".
Yakúbov fue imán en esta mezquita
durante más de 10 años, tiempo durante el que este lugar de culto fue objeto de
varias redadas de la Policía y de la vigilancia constante por parte de las
Fuerzas de seguridad. Muchos creen que había razones de peso para ello.
Según contó a RT el sultán Janji
Abubakárov, presidente de la Unión Musulmana de la región de Volgogrado, en
esta mezquita "el imán y sus amigos han estado realizando ciertos tipos de
trabajo de preparación" con el objetivo de reclutar jóvenes para el Estado
Islámico.
"Ellos toman citas del Corán y
las sacan de contexto, dejando solo lo de 'luchar contra los infieles'. La
persona ignorante cae bajo esta influencia", explica Abubakarov.
A su vez, el muftí de la región de
Volgogrado, Ilyás Biktimirov, revela en una entrevista telefónica con RT que en
las mezquitas se llevan a cabo actualmente actividades destinadas a la
prevención del extremismo.
"No es el islam, es una
enfermedad"
El factor religioso hace que
historias como esta sean extremadamente dolorosas también para millones de
musulmanes pacíficos que afirman que los islamistas les han robado su religión.
El padre del terrorista de Volgogrado también piensa que no hay que confundir
dos cosas tan distintas.
"No es el islam, es una
enfermedad", denuncia el padre de Alexéi, que califica la operación
antiterrorista rusa en Siria, lanzada el pasado mes de septiembre, de
"medida prudente y razonable".
Interpelado sobre si entendía que
esta operación se llevaba a cabo también en contra de su propio hijo, la
respuesta del padre fue: "Sí, lo entiendo".
El Estado Islámico se ha gastado
millones de dólares en organizar campañas de reclutamiento en línea y en
persona por todo el mundo, centrándose principalmente en los jóvenes marginados
que están dispuestos a sacrificar sus vidas por la ideología yihadista
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