Rebelión
Público.es
19.02.2016
El punto clave
que los principales medios de información del país enfatizan como el mayor
obstáculo para conseguir el gobierno de coalición de izquierdas es el tema del
referéndum en Catalunya. Se dice que tanto para el PSOE como para el PP y
Ciudadanos, el referéndum es la línea roja que jamás cruzarán. Para poder
justificar esta postura, tales partidos presentan, deliberada y maliciosamente,
el referéndum en Catalunya como una llamada a la independencia, asumiendo
erróneamente que la aprobación del referéndum daría pie inmediatamente a la
independencia
Los dirigentes
pasados y presentes del PSOE, así como del PP y de Ciudadanos confunden (fruto
más de una malicia que de una ignorancia) lo uno con lo otro, y crean un
problema donde no debiera haberlo, pues permitir que se haga el referéndum no
quiere decir que se desee la independencia de Catalunya. El derecho a decidir
es el mero derecho democrático que un pueblo y nación debería tener dentro de
un Estado plurinacional, derecho que, en contra de lo que tales partidos
políticos están diciendo, existe en muchos países. El tema a debatir no es,
pues, sobre unidad de España o su desunión, sino sobré qué tipo de Estado se
desea. Este es un punto clave que los dirigentes de aquellos partidos (PP,
Ciudadanos y PSOE) no desean tocar, pues quieren mantener por todos los medios
posibles (incluidos los aparatos de represión del Estado que controlan) su
visión del Estado, un Estado heredado de la dictadura que le antecedió y que se
caracteriza por su visión uninacional, radial y escasamente democrática, en
lugar de ser un Estado plurinacional, poliédrico y mucho más democrático de lo
existente hoy en día en este país, y que las izquierdas democráticas (como
Podemos, En Comú Podem, En Marea y Compromís) están pidiendo. La lucha por la
democratización del país pasa por el reconocimiento de la plurinacionalidad de
España.
El derecho a
decidir es el derecho a elegir
Naturalmente
que el derecho a decidir, por definición, incluye el derecho a elegir,
incluyendo el derecho a decidir sobre el tipo de articulación, en este caso de
Catalunya con el resto de España, la cual tiene que tener a su vez el mismo
derecho a decidir, respetando la diversidad de España, de manera que la unidad
de esta esté basada en el consenso democrático y no en la fuerza militar o
policial. El mal llamado “tema difícil del referéndum” no es, pues, lo que
dicen o presentan aquellas fuerzas políticas que han intentado presentar tal
demanda como una demanda de ruptura de España. En realidad, no hay razón para que
no se pudiera resolver tal llamado problema si los partidos que están
explorando la coalición fueran partidos de izquierda con vocación democrática.
Soy consciente de que ni el PP ni Ciudadanos desean otro tipo de Estado que el
actual. Y de ahí que se inventen todo tipo de falsedades para defender su
visión del Estado, radial y uninacional. Pero los partidos de izquierda no
deberían compartir esta visión de la España uninacional, pues esta visión es
excluyente y oprimente con aquellos pueblos y naciones que no la comparten.
Como he escrito en muchísimas ocasiones, el PSOE tendría que recuperar la
visión plurinacional y poliédrica que tuvo en su pasado heroico, cuando luchaba
para establecer la democracia en España y apoyaba el derecho a decidir de las distintas
naciones de España y, con ello, su plurinacionalidad. Por desgracia,
abandonaron aquella visión, adaptándose (como se adaptaron en otras áreas de
igual importancia) haciendo suya su visión radial y uninacional hasta tal punto
que llegaron a considerar como nacionalistas y/o secesionistas a aquellos que
no compartían su visión de España.
Un ejemplo de
ello es Alfonso Guerra, el autor del “cepillaje del Estatuto de Catalunya” en
las Cortes Españolas, y hoy, uno de los máximos exponente dentro del PSOE de la
oposición al referéndum en Catalunya, que en su día llegó a acusar nada menos
que al Presidente de la Generalitat de Catalunya, el socialista José Montilla,
y a la muy popular Presidenta del PSC, Manuela de Madre, de estar “contaminados
con el nacionalismo catalán”. Es esta visión excluyente, que domina el
establishment político mediático basado en la Capital del Reino (que tiene poco
que ver con el Madrid popular) la que está hoy utilizando el referéndum
(recurriendo a la sacrosanta Constitución) para evitar el establecimiento de
una coalición de partidos de izquierdas, prefiriendo en su lugar que se
establezca una coalición PSOE-Ciudadanos-PP. Su mal llamada defensa de la
“unidad de España” rememora la llamada de los golpistas del 1936, que también utilizaron
tal eslogan para imponer por la fuerza una dictadura de clase frente a la
mayoría de la población.
¿Cuál es, pues,
el mayor obstáculo para establecer el gobierno de izquierdas?
La mayor
dificultad para poder establecer una coalición de izquierdas –que el debate
sobre el referéndum está ocultando- es la política económica del PSOE, que es
más cercana a la de Ciudadanos y a la del PP que a la de Podemos. Ahí está el
problema mayor del que no se está hablando. Ni que decir tiene que el programa
económico del PSOE no es el mismo que el de las fuerzas conservadoras y
neoliberales que en España representan el PP y Ciudadanos. Sin ninguna duda, el
programa del PSOE tiene notables diferencias con los programas de estos dos
últimos partidos. Pero, sin embargo, el PSOE coincide con el PP y con
Ciudadanos (y con Convergència en Catalunya) en un tema central que influencia
todo lo demás. El PSOE comparte la misma visión estratégica y económica,
queriendo salir de la enorme crisis en la que todavía estamos sumergidos
continuando las políticas neoliberales que nos llevaron precisamente a esta
crisis y que han sido la mayor causa de que todavía estemos estancados en ella.
El desempleo en
España es enorme, y la calidad de empleo (tanto en intensidad como en cantidad)
continúa en unos niveles de deterioro nunca vistos antes. El PSOE, sin embargo,
no ha roto con el socioliberalismo, y continúa creyendo en la bondad de las
políticas impuestas por el Fondo Monetario Internacional (FMI), por la Comisión
Europea, por el Eurogrupo y por el Banco Central Europeo (BCE), que son las
mismas políticas que nos han llevado al desastre. La evidencia de que tales
políticas han causado la gran crisis, retrasando además la recuperación, es
robusta y abrumadora (ver mi libro Ataque a la democracia y al bienestar.
Crítica al pensamiento económico dominante. Anagrama, 2015).
Elementos
importantes del neoliberalismo en el programa del PSO
Y este
socioliberalismo aparece tanto en su programa (en la timidez de sus propuestas)
como en las declaraciones de sus principales asesores y/o economistas de
referencia. El coordinador del plan económico del PSOE y miembro clave del
equipo negociador del Sr. Sánchez, es el economista Sr. Jordi Sevilla, uno de
los mayores defensores del socioliberalismo. Si no se lo creen, lean por favor
sus declaraciones y su libro, De nuevo socialismo, donde se pueden ver
expresiones tales como “¿quién a estas alturas pide que se aumente el gasto
público en España?”, pregunta que él mismo se contestó, señalando que “solo los
socialdemócratas tradicionales (la manera amable de decir anticuados) como
Vicenç Navarro”. Hay que conocer que tal propuesta de no aumentar el gasto
público se hacía y se continúa haciendo en uno de los países con menos gasto
público por habitante en la Unión Europea de los Quince (UE-15), el grupo de
países más semejantes a España en la UE por su nivel económico (ver mi artículo
“El continuismo neoliberal en el PSOE”, Público, 02.07.15). Tal economista ha
dicho en muchas ocasiones que las instrucciones de la Troika sobre el déficit
deben obedecerse.
Una postura
casi idéntica a la del Sr. Sevilla es la que sostiene el Sr. José Carlos Díez,
uno de los economistas de referencia del PSOE, que goza de una gran proyección
mediática en España, siendo asesor del canal televisivo que se considera más
progresista de España, La Sexta. Aparece constantemente en el programa Al Rojo
Vivo como el economista de la casa, y un tanto parecido en el programa de La
Sexta Noche. Pero lo que prueba más claramente la orientación neoliberal del
equipo económico del PSOE es el contraste, no solo entre los asesores
económicos nacionales, sino también entre los internacionales, del grupo de
trabajo que elaboró el programa económico de Podemos, que incluyó, entre otros,
al Premio Nobel Joseph Stiglitz y a Thomas Picketty. Para contrarrestar tal
lista, el PSOE mostró como su gran fichaje al Sr. Larry Summers, que fue uno de
los economistas más responsables de la enorme crisis de la banca en EEUU como
consecuencia de la desregulación bancaria que él (junto con Robert Rubin,
codirector del Goldman Sachs) realizó cuando fue Ministro de Finanzas del
Presidente Clinton (les aconsejo que vean el documental Inside Job)
¿Será posible
la coalición de izquierdas
La enorme
hostilidad que tales personajes, así como el aparato del PSOE y su vieja
guardia, han mostrado hacia la propuesta de Podemos se debe precisamente a que
su visión de cuál ha sido la causa de la crisis actual y la manera de
resolverla es mucho más cercana a la de Ciudadanos (cuyo economista de
referencia, el Sr. Garicano, es muy próximo al IBEX-35 y apoyó tanto las
reformas laborales del PSOE como las del PP, así como las medidas de austeridad
del PP) y a la del propio PP. Veo, por lo tanto, difícil que pueda llegarse a
un acuerdo, pues nos estamos jugando no ya la unidad de España (que ni Podemos,
ni En Comú Podem, ni En Marea, ni Compromís están cuestionando, como
maliciosamente lo están presentando las voces del bunker dentro del PSOE), sino
su propia viabilidad y el bienestar de las clases populares. Hoy el equipo
económico del PSOE es un equipo todavía comprometido con el liberalismo,
mientras que Podemos e IU están comprometidos –como la socialdemocracia siempre
estuvo comprometida (antes de que se convirtiera al neoliberalismo)- en
revertir las políticas de austeridad, enfatizando la necesidad de ampliar la
intervención del Estado para crear buen empleo y estimular la economía, pagando
tales inversiones con políticas redistributivas que signifiquen un amplio
aumento de los ingresos al Estado (en España el enorme retraso social de su
Estado del Bienestar se debe precisamente al bajo gasto público social).
El Sr. Díez,
con la frivolidad e ignorancia que lo caracterizan, anunciaba recientemente en
el programa Al Rojo Vivo que las políticas propuestas por Podemos llevarían
automáticamente al corralito que ocurrió en Grecia, expresión que quedó sin
corregir (como siempre ocurre en La Sexta y otros canales), pues no se invitó a
ningún economista con una visión contraria para que la cuestionase. Estos
personajes son meros sirvientes del establishment político-mediático europeo
cuyas políticas que promueven están causando un enorme dolor a las clases
populares de este país. He escrito en otra parte que Syriza podría haber
respondido de otra manera a la que había propuesto el gobierno griego y había
presentado Varoufakis en sus negociaciones (ver mi artículo “Crítica amistosa a
Varoufakis y a sectores de las izquierdas sobre lo ocurrido en Grecia”,
Público, 19.10.15) con la Troika. Pero lo que es incluso más importante es que
España no es Grecia. España es una de las potencias económicas de la UE, que si
se aliara con Italia, Francia y Portugal podría cambiar las políticas impuestas
por la coalición conservadora-socialista alemana revirtiendo las políticas de
austeridad. En contra de lo que asumen Jordi Sevilla, José Carlos Díez, Luis
Garicano y el blog Nada es Gratis del IBEX-35, así como los dirigentes del
PSOE, la Troika no es omnipotente, y sí que hay alternativas que raramente
aparecen en los mayores medios de información y persuasión (que nunca presentan
voces críticas con tales instituciones, dando en cambio grandes cajas de
resonancia a personajes que reproducen la sabiduría convencional que tanto
dolor está causando), que deberían aplicarse (ver Hay alternativas. Propuestas
para crear empleo y bienestar social en España, de Vicenç Navarro, Juan Torres
y Alberto Garzón) y que son factibles y realizables.
El Sr. Díez, en
su intento por desacreditar la coalición de partidos de izquierda, señaló que
la resistencia ofrecida por el gobierno portugués a las políticas de austeridad
le llevaría a un desastre, pues la Troika no lo aceptaría. Tres días más tarde,
la Comisión Europea, parte de la Troika, aceptó el presupuesto presentado por
el gobierno portugués, y fue la Comisión Europea la que tuvo que aceptarlo,
pues hoy el establishment europeo está más que preocupado por la posibilidad de
que se abra otro flanco en el sur de Europa. Lo que ocurrió en Grecia les
supuso un coste político elevado. Si Italia, Francia y Portugal se resistieran,
junto con España, a estas políticas, la polarización que existe en Europa
–entre este establishment europeo, hegemonizado por los partidos conservadores
y liberales (con la ayuda de los partidos socioliberales) y los demás,
alcanzaría niveles difícilmente absorbibles por tal establishment. Los
gobiernos pueden oponerse y resistir, y lo ocurrido hace unos días en Portugal
es una señal de ello.
La otra
observación es que en las políticas de pactos entre los distintos partidos no
es coherente aceptar propuestas que entran en conflicto entre sí. Por ejemplo,
es más que probable que el PSOE (e incluso Ciudadanos) aceptara la necesidad de
hacer un rescate rápido a la población dañada por la crisis que está en una
situación insostenible. En realidad, el impacto de la crisis y de la mal
llamada recuperación en el nivel de pobreza ha sido tan acentuado que los
partidos conservadores y neoliberales han aceptado la necesidad de hacer algo
para ayudar a los pobres. Y de ahí aparecen los programas antipobreza. Pero el
problema de la pobreza es mucho más amplio que el problema de los pobres, pues
el crecimiento de la pobreza es un síntoma de las políticas públicas
neoliberales que se extienden desde las dos reformas laborales (la del gobierno
Zapatero y la del gobierno Rajoy) hasta los recortes (realizados por el
gobierno PSOE y por el gobierno PP). Intentar cuidar a los pobres sin revertir
aquellas políticas es dar agua al sediento en un vaso con un agujero. El poco
éxito de los programas antipobreza se debe a este hecho. Aumentar los salarios,
dar más poder a los sindicatos, expandir la protección social y el gasto
público y crear empleo, es mucho más eficaz que transferir fondos públicos a
los pobres, lo cual siendo importante, es dramáticamente insuficiente. No es
muy coherente pactar con Ciudadanos el rescate a los pobres, y a la vez no
hacer nada o hacer lo que pide Ciudadanos, que aumentará todavía más la
pobreza, no solo de los pobres, sino también de todos los demás.
Una nota como
conclusión
Lo que estamos
viendo hoy en España es que el establishment financiero y económico español,
que tiene una influencia excesiva sobre los establishments político-mediáticos,
quiere destruir a Podemos, y si no puede, al menos ningunearlo. Utilizan todo
tipo de argumentos y falsedades, llamándolos bolivarianos, yihadistas, iraníes,
independentistas, utópicos, pronazis, progolpistas, y una predecible larga
lista de insultos. Y cuando, por primera vez, llegan a las Cortes Españolas,
como la tercera fuerza política parlamentaria (que, de alargarse la campaña
tres semanas más, podrían haber alcanzado la segunda posición), se los pone en
el “gallinero”. Y ahora estamos viendo que además se les está responsabilizando
-con la ayuda de los grandes medios de información y persuasión- de ser ellos
los que están dificultando la coalición de las izquierdas, cuando, en realidad,
la dirección del PSOE y la vieja guardia de tal partido nunca han intentado
hacer tal coalición. Desde el principio vieron que sus máximos aliados eran y
son Ciudadanos, pues son los que ideológicamente son más cercanos a ellos. Y
ahora tienen la desfachatez de acusar a Podemos de que este partido sea el responsable
de que no se haga la coalición. Y con la ayuda de los medios, y con el soporte
del establishment financiero y económico de siempre, parece que lo están
consiguiendo. Así es esta España que ellos quieren mantener. Quieren evitar el
cambio profundo que el país necesita. Así de claro.
Vicenç Navarro,
Autor de Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento
económico dominante (Anagrama, 2015)
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