El tiempo
del "postureo" PP-PSOE se ha acabado
Por mi parte opino que cada día está más
cerca un acuerdo PP y PSOE con un candidato de consenso. De ir a nuevas
elecciones los partidos clásicos saldrán peor parados, pues ya se les tiene
tomada la medida.
Veo del todo
improbable un acuerdo PSOE-Podemos, sería un suicidio para Podemos, a Podemos
le conviene pasar cuatro años en la oposición y dejar que se debiliten los
demás. El PSOE es un partido del que nadie quiere su cercanía, pues está en
recesión y agarrarse a él significaría compartir esa tendencia.
Para IU la única
opción razonable es intentar que la marca de Podemos En Común o En Común
Podemos sea un espacio integrador que se articule a nivel estatal de la misma
forma que se ha llevado a cabo en Cataluña y si esto fuera así integrarse
dentro. Si vamos a nuevas elecciones IU no tendrá capacidad para repetir
resultados. Sus votantes optarán por voto útil a Podemos aunque sea tapándose la
nariz.
Lo mismo podría
ocurrir con algunos votos transversales de C’s, que para dar la patada en el
culo al PP-PSOE voten en unas próximas elecciones, si se convocaran por no
poder formarse gobierno, a Podemos.
Sostengo esto
del acuerdo PP, PSOE con un candidato de consenso pues, a todas luces, parece
que el tiempo del "postureo" PP-PSOE se ha acabado. A partir de ahora
comenzarán a jugar el papel que desde la UE, el BCE y la Troika se exige de
ellos. Al fin y al cabo son lo que son, o sea, las dos caras de la misma
moneda.
Como ha dicho
Guillermo Fernández Vara en sus alabanzas al Grupo Municipal Socialista en el
Ayuntamiento de Cáceres por permitir, con su abstención, la aprobación del
presupuesto del PP, esto es: "tenemos una responsabilidad con el lugar y
con el tiempo que vivimos".
Y esa
responsabilidad que tienen PSOE y PP -a nadie se le escapa ya a estas alturas
de la película- es defender un mismo sistema con dos denominaciones que
"tanto monta, monta tanto". Sistema que no es otro que ese que en el
PP se llama neoliberalismo y en el PSOE se denomina ordoliberalismo. En
definitiva, estar al servicio de los de arriba perjudicando a los de abajo;
variando solo la receta en la mayor cantidad de vaselina que se aplica a los de
abajo para hacer digerir las políticas austericidas y de recortes que solo
benefician a los de siempre.
Javier
Caso Iglesias
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