rebelión
michelcollon.info
11.12.2015
Traducido del francés para Rebelión por Caty R.
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Como todas las
guerras la de Libia se vendió a los pueblos como una guerra de liberación, una
guerra «justa». Había que ayudar a los libios a desembarazarse de la dictadura
de Gadafi, nos dijeron. El francés Bernard-Henri Levy posó con un rebelde en
Bengasi para vender a los libios un futuro mejor. Nicolás Sarkozy, entonces
presidente de Francia, subió a la palestra para decir que simplemente la paz en
el mundo pasaba por la neutralización de Gadafi, presentado como la encarnación
del diablo en la tierra. Los medios de comunicación de todo el mundo repitieron
esa propaganda de guerra. Peor todavía, sin ninguna verificación los medios de
comunicación contaron que Gadafi bombardeó a su población y que utilizó armas
de guerra y otras bombas mortíferas contra un pueblo desarmado.
La ocasión hace
al ladrón, un tal Ali Zeidan se autoproclamó portavoz de la Liga Libia de los
Derechos Humanos. Para captar la atención del público Zeidan declaró que Gadafi
había bombardeado a su pueblo causando 6.000 muertos. No existe ninguna prueba
de esas acusaciones. Lo que no impidió que los medios difundieran ese balance
mortal que solo estaba en la cabeza de Ali Zeidan.
Con el apoyo de
cifras prefabricadas la Francia de Sarkozy instrumentalizó a la ONU con el fin
de conseguir luz verde para matar a Gadafi. Así el 26 de febrero de 2011, a
propuesta del ministro de Asuntos Exteriores de Francia Alain Juppé, el Consejo
de Seguridad de la ONU votó la resolución 1973 que creaba una zona de exclusión
aérea sobre Libia. Amparados por ese escudo jurídico los países de la OTAN
dirigidos por la Francia de Sarkozy sometieron a Libia a un bombardeo intensivo
y mataron a su presidente.
Rechazando
todas las manos tendidas por Gadafi y la vía de la negociación propuesta por el
gabonés Jean Ping (1), presidente de la Comisión de la unión Africana, la OTAN
dominada por los imperialistas occidentales mató a Gadafi.
El asesinato de
Gadafi trajo terrorismo, no el desarrollo prometido
Después de la
guerra de la OTAN contra Libia el país más próspero de África se convirtió en
un cementerio gigante. Una tierra de nadie donde se degüella a los seres humanos
como a los corderos de la fiesta de la Tabaski (2). El país se ha
convertido en una madriguera de yihadistas. Las escuelas y los hospitales están
destruidos. Las personas no pueden ir a la escuela ni cuidar su salud de forma
gratuita y masiva como en la época de Gadafi. Los grupos rebeldes rivales se
enfrentan por el control de los pozos de petróleo. El Gobierno de Trípoli
cuestiona la legalidad y la legitimidad del de Tobruk y viceversa. La economía
del país está paralizada. En Libia el desarrollo ha cedido el puesto a la
miseria. He aquí cómo una guerra neocolonial disfrazada de «guerra humanitaria»
(3) ha destrozado las esperanzas de todo un pueblo. Y las consecuencias de esta
guerra neocolonial van más lejos y nadie está seguro en ningún sitio.
Es evidente que
todos los países vecinos de Libia (Túnez, Argelia, Níger, Chad y Sudán) caen
progresivamente en la inseguridad. Cada uno de estos cinco países ya ha sido
víctima, por lo menos una vez, de ataques terroristas. El país de Gadafi ocupa
un lugar importante en la internacional terrorista al menos por tres razones:
1) Libia es una gran proveedora de fondos para el terrorismo (dinero procedente
de la venta de petróleo y otros tráficos en las zonas controladas por los
barbudos), 2) Base de reclutamiento y entrenamiento y 3) Base de repliegue.
Y el círculo de
los estados víctimas de la inseguridad en Libia es mucho más amplio. Para
desestabilizar a la República Centroafricana en diciembre de 2013 la Seleka de
Michel Djotodia aplicó un proyecto franco-chadiano con armas procedentes, entre
otros lugares, de… Libia. Los especialistas en asuntos de seguridad explican
que Boko Haram también debe su fuerza en gran medida al caos libio, que permite
al grupo terrorista obtener financiación y armas sin gran vigilancia. Los
islamistas que siembran el caos en Malí se aprovisionan a buen precio en los
arsenales libios. Así en los ataques de Tombuctú, Gao o Bamako encontramos que
Libia ha contribuido con adoctrinamiento, entrenamiento, financiación y/o
armamento.
Para conseguir
la destrucción de Libia Estados Unidos reconoce que lanzó más de 192 misiles
BGM-109 tomahawk. Francia se jacta de haber efectuado 2.225 bombardeos
aéreos con 11 misiles de crucero. Y todavía más, en lo más álgido de la guerra
contra Gadafi Francia armó a los terroristas para combatir y matar a un
presidente ejerciente. Como confirma Tony Cartalucci, la organización
terrorista que combatió al régimen de Gadafi en 2011 se benefició del apoyo
directo de la OTAN «que entrenó a sus miembros, les suministró armas, fuerzas
especiales e incluso aviones para ayudarles a derrocar al Gobierno libio» (4).
¿Habrá un tribunal de Núremberg para esas personas algún día?
Curiosamente
cuando los especialistas, a veces circunstanciales, nos explican el auge del terrorismo
en África en el informativo de las 20h se cuidan de no decirnos por qué llegó
con tanta facilidad y repetición. Como si la ley del azar según la cual nunca
hay efecto sin causa de repente se hubiera vuelto inútil. Habrán observado que
nadie de ese ejército de «especialistas en África» que desfila por su pantalla
para «explicar» el ataque al hotel Radisson Blu de Bamako ha considerado
necesario informarles de que el famoso Mokhtar Belmokhtar que reivindicó el
ataque es un puro producto de la CIA que le reclutó, entrenó, armó y utilizó en
varios «frentes».
La Libia de
Gadafi, la verdad de las cifras
Más allá de la
propaganda de los imperialistas y sus medios con respecto a Libia es importante
decir lo que hizo Gadafi por su país y por África, con las limitaciones
inherentes a la naturaleza humana.
Libia accedió a
la independencia el 24 de diciembre de 1951 tras una guerra contra los colonos
italianos. Apoyado por los ingleses y los estadounidenses el rey Idriss, jefe
de la cofradía religiosa de los Senussi se convirtió en el presidente de
la joven república. En ese año 1951 todavía no se había descubierto el petróleo
libio.
Pero Inglaterra
y Estados Unidos instalaron bases militares en el país que les permitían
controlar el mar Rojo y el Mediterráneo. En 1954 Nelson Bunker Hunt, un rico
tejano, descubrió el petróleo en el país (5).
El potencial
era enorme, 44.000 millones de barriles. Y de buena calidad. Durante un decenio
el rey Idriss vendió el petróleo al 30% del precio mundial. El poco dinero
obtenido servía esencialmente para el enriquecimiento personal del rey y sus
allegados. El 1 de septiembre de 1969 un joven oficial militar menor de 30 años
accedió al poder por medio de un golpe de Estado contra el rey Idriss. ¿Su
nombre? Muammar Gadafi. La primera decisión de Gadafi fue cerrar las bases
militares extranjeras de su país. Subió el precio del petróleo libio después de
nacionalizarlo. Las importantes sumas de dinero generadas por la venta del
petróleo se invertían en el desarrollo de Libia.
Con Gadafi la
tasa de alfabetización pasó del 10 % en 1969 al 88 % en 2011. La esperanza de
vida subió de 57 años en 1969 a 74 en 2010. Antes de su asesinato Gadafi llevó
el PIB de Libia a 12.062 dólares estadounidenses por habitante. Los libios se
beneficiaban de un crédito a 20 años sin intereses para construir su casa. Los
recién casados recibían 64.000 dólares para comprar su hogar conyugal. El
Estado concedía una ayuda financiera de 20.000 dólares a los libios que
emprendían actividades privadas susceptibles de impactar positivamente en la
economía del país…
En el plano
africano Gadafi permitió al continente tener su primer satélite desembolsando
la suma de 300 millones de dólares en 2006 para que África dispusiera de un
satélite, necesario para la telefonía barata y la televisión de largo alcance.
No paró ahí. Además constituyó una reserva de 30.000 millones de dólares para
financiar al Banco Central Africano (Nigeria) al Banco Africano de Inversiones
(Syrte) y al Fondo Monetario Africano (Yaundé).
¿Por qué
mataron a este hombre a pesar de su balance ampliamente positivo?
La guerra
desencadenada el 19 de marzo de 2011 contra Gadafi solo tenía un objetivo:
detener el desarrollo de Libia y la liberación de África valientemente
emprendida por «el Guía» libio.
Precisión
importante: antes del primer satélite africano financiado en tres cuartas
partes por Gadafi África desembolsaba todos los años la suma de 500 millones de
dólares para alquilar los satélites occidentales. Lo que quiere decir que
Gadafi privó a los capitalistas-imperialistas de una renta de 500 millones de
dólares anuales.
Al dotar a
África de instituciones financieras como el Banco Central Africano, el Fondo
Monetario Africano y el Banco Africano de Inversiones, el capitalismo
financiero internacional estaba amenazado de muerte. Porque esas instituciones
puramente africanas acarrearían tres consecuencias fatales para los
imperialistas: 1) Fin del servicio de la deuda que genera intereses
astronómicos al FMI y al Banco Mundial. 2) El euro y el dólar perderían su
hegemonía monetaria, en el comercio Norte-Sur y a veces en el de Sur-Sur,
previa al desarrollo del continente.
Notas:
(1) Jean Ping
publicó en 2014 un libro titulado Eclipse sur l’Afrique: fallait tuer
Kadhafi? Lamentando que los estados imperialistas rechazasen cualquier
solución negociada en la crisis libia mantiene que dichos estados son los
responsables del caos que reina actualmente en el país.
(2) La imagen
de los 20 egipcios coptos degollados en Libia por los terroristas dio la vuelta
al mundo.
(3) Para
entender mejor la guerra de la OTAN contra Libia léase el libro de Michel
Collon titulado Libie, OTAN et Médiamensonges. Manuel de contrepropagande,
Investig’Action-Couleurlivres, 2011.
(4) Rediseño de África: EEUU apoya a Al
Qaida en malí. Francia viene al rescate
(5) Michel
Collon, Grégoire Lalieu, La stratégie du chaos. Impérialisme et islam. Entretien avec Mohamed Hassan,
Investig’Action-Couleur livres, Bruselas 2011, P.203.
Olivier Ndenkop
es un periodista camerunés colaborador en Journal de l'Afrique
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