JAQUE MATE: RAJOY COMUNICA QUE NO SERÁ PRESIDENTE
Triste Navidad en Moncloa: la suegra
gallega Elvira Rodríguez dice que su hija se muda
Debe armarse de valor y decirle a Felipe
VI que carece de apoyo. Y es que la Nochebuena en el Palacio de la
Moncloa ha sido la más triste de la legislatura porque Mariano Rajoy
ha comunicado a sus íntimos venidos de Galicia que será la última
Navidad en la Moncloa, lo que ha causado en su entorno familiar una enorme
sorpresa que se ha propagado como la pólvora. Según fuentes familiares de Rajoy
consultadas por “Espía en el Congreso”, la receptora de la mala nueva ha
sido Elvira Fernández, suegra de Mariano Rajoy y madre de su
esposa “Viri”, que se ha desplazado a Madrid para celebrar la Nochebuena
con su hija y sus dos nietos. “No traigas mucha ropa ni tampoco muchas
maletas, nos mudamos pronto”, le dijo su hija con voz apagada. La suegra
de Rajoy no pudo contener incluso una lágrima, según esta versión, y cada
vez que daba la noticia a algún otro familiar de su entorno gallego no podía
evitar emocionarse.
La extensa “familia” Rajoy
Resulta extraño comprobar como la ceguera
dentro de la familia de Rajoy y del Partido Popular es tal que ni
imaginaban que el presidente pudiera ser despedido por mandato expreso de las
urnas. Ignorantes de lo que es un sistema parlamentario –da miedo pensar
que España haya estado en manos de políticos tan poco curiosos del régimen que
los sustentaba–, el adiós de Rajoy y el comienzo de su purgatorio
ya sin el poder en las manos era una situación “cantada”. Su biografía íntima
lo acreditaba y “Espía en el Congreso” la contó durante 30 meses: sufrió
bulling de pequeño, disimuló sus tendencias sexuales todo lo que pudo y fue obligado
por Manuel Fraga a casarse ya cuarentón.
Recreación de 2008 cuando sugirieron a
Rajoy desde el PP que se quitara la barba
Como adolescente tuvo grandes problemas
para encontrar una sola pareja, hombre o mujer, pues todos lo consideraban un
tipo sobre todo muy aburrido, hijo de una familia de burócratas que había
logrado colocar a todos sus vástagos en la administración pero incapaz de
hacer relaciones sociales. El mismo ha contado sus noches de
soledad en las barras de los pubs de Pontevedra, concretamente en el “Daniel”.
Para colmo, un accidente le desfiguró la cara y le creó un nuevo rostro en el
cual no se reconoció nunca. Sin que sea necesario recurrir a Lacan o Freud,
cualquier psiquiatra español podría describir qué se esconde tras una mente tan
atormentada al que el destino obligó a colocarse una máscara física que
ciertamente le evitó más sufrimientos. Algún día sabremos como fue el día
en que, en la negrura de las insondables profundidades de su alma, decidió
devolver a los demás, individual y colectivamente, todas las crueldades
padecidas desde niño.
Rajoy envió a Aznar al rincón de pensar.
No obstante, sus hechos son reveladores.
La ingratitud y la frialdad en beneficio de sí mismo ha sido siempre su
norte. Queden para la historia las imágenes de la última reunión de la
cúpula del PP en la que mandó al propio José María Aznar, que lo
nombró a dedo, al rincón de pensar, cuando antes él mismo lo situaba antes
“a la derecha del padre”, osea, de sí mismo. Fruto de sus opacos delirios, Rajoy
castigó a millones de españoles al paro, al exilio o al suicidio. Solo
salvó a los pensionistas y a los altos funcionarios (y no en su totalidad). Blindó
a la España analógica que se agrupó en torno al PP, hizo oídos sordos y se puso
una venda ante las consecuencias que el estallido de la codicia provocó en
2008, incluyendo muertes por desesperación, desahucios de
familias enteras, hambre infantil denunciada por organizaciones
independientes como Cáritas y organismos internacionales…
Esperanza, Rajoy y Mas: el régimen
controla las oposiciones y restringió becas
Condenó al frío y a las tinieblas a todos aquellos que no pudieron hacer frente a las abusivas subidas de
la energía, sobre todo a los niños. Suprimió comedores escolares, despidió
profesores en la Universidad, subió las tasas para estudiar hasta
hacerlas inaccesibles, cerró plantas de hospitales condenando a
muerte a muchos enfermos a los que se les negó el tratamiento. Ahorró en becas,
suprimió las ayudas a los desempleados a los que incluso, en situaciones
desesperadas, hizo devolver el dinero por falta de algún inútil papel
burocrático o por haber realizado una pequeña chapuza que le ayudara a la mera
subsistencia. Débil con el fuerte y fuerte con el débil, ya los
conocemos. Asfixió a los humildes autónomos y a las pymes, a los
pequeños comercios y a los profesionales medios que sostienen todo este caro
andamiaje democrático con maratonianas jornadas de trabajo, inimaginables en
la administración o la política.
El plasma de su asesora de prensa acabó
con la paciencia de los periodistas y con Rajoy
Sacudió la profesión periodística con su
plasma como nunca nadie había osado antes. Y eso es el único
motivo de agradecimiento: los periodistas lo perdieron todo, hasta el miedo.
Fue un aciago día para él, pues con aquel denigrante acto ordenado por su
periodista de cabecera, la venezolana Carmen Martínez Castro (una
desconocida en el periodismo político español), los periodistas dejaron de
tenerle miedo a los políticos: ahora eran los políticos los que le debían tener
pavor a la indigencia laboral y económica de los periodistas. La opinión
pública dio un giro necesario e inesperado e internet hizo el resto, las
exigencias de trasparencia y las medidas contra la impunidad y la corrupción se
multiplicaron y ahora van en aumento.
Rajoy creía haberse rodeado de
celebridades y solo resaltaba ante la mediocridad
Que un blog político tan modesto y
precario como “Espía en el Congreso” haya alcanzado más de 12
millones de visitas, mucho más que ningún otro reputado analista y
columnista de papel e incluso que la totalidad de algunos periódicos digitales,
ya es significativo. Y aún más: que sus 700 noticias –la última
desvelando la Operación Menina– hayan influido tan enormemente en la nueva
opinión pública digital –que es la más decisiva frente a las vegetativas
inercias de la del papel– solo es posible gracias al desprecio de
Mariano Rajoy. Cualquier otro gobernante hubiera hecho gala de cierta
perspicacia ante lo desconocido pero, lamentablemente para ellos este tipo de
personajes, se suelen rodear de asesores y altos cargos tan mediocres como
ellos: Wert, Margallo, Catalá, Morenés, Báñez, Jorge Fernández, Méndez de
Vigo, Tejerina, Alonso, Ana Mato… Rajoy premió a Soria ante las
sólidas acusaciones de corrupción y a Guindos por la quiebra de Lehman
Brothers. Porque Rajoy exhibe con sus escasos actos –la oratoria no
es su fuerte– un enorme desdén hacia la opinión pública, el talento o el
mérito de los demás, rasgo inequívoco de la mediocridad.
“Le dije a Mariano: tenemos dinero
suficiente”, reveló Bárcenas
Inundó España de corrupción sobre todo
por su permisividad y amparo. Tenía que
haber dimitido el mismo día en que le sorprendieron en connivencia con Bárcenas
–“Luis, sé fuerte”– en un SMS que llenó de vergüenza e indignidad a
todos los ciudadanos menos a los de su partido. En su lugar se cargaron al
periodista que los publicó. Ellos miraron para otro lado con tal de seguir abrevando
el dinero público a manos llenas y colocando a sus familias en las
instituciones sin el menor pudor. A nadie puede extrañar ahora que el PP
esté aislado como un leproso. Rajoy, cada mañana, se ponía un tapón en los
oídos y un antifaz en los ojos: le sosegaba la lectura del “Marca” –el
único diario que lee– y disfrutaba observando los roscos que dejaba el humo
de sus habanos. Así pasó 4 largos años, que transgredió incluso en 1 mes,
haciendo trizas los más ancestrales hábitos parlamentarios que el pudor
aconseja. Quiso que el frío y la lluvia de diciembre disuadieran del masivo
acceso a las urnas por el cambio pero se encontró con el diciembre más caluroso
del último siglo. Hasta los cielos tuvo en contra este desalmado que hizo
buena la conocida soberbia y corrupción de todos sus predecesores. La
compasión y el perdón consustancial al género humano obligan a desearle ahora
que descanse en paz.
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