Reflexiones
sobre la posición de Kostas Lapavitsas en torno a la "transición a la
moneda nacional"
Rebelión
Rprojet.gr
22.10.2015
En
un programa de transición claro, que para ser impuesto por la izquierda radical
precisa de un apoyo masivo, la salida del euro continúa siendo una condición
necesaria en un determinado momento; pero no es suficiente. Porque la
disociación de este objetivo de su contexto global dejaría espacio para
ilusiones peligrosas sobre cierto papel liberador de la moneda como tal.
La
experiencia de siete meses del gobierno de Tsipras (15 de enero de 2015 al 20
de agosto de 2015) demuestra de forma clara que si una política antiausteridad,
en beneficio de las clases subalternas, no está dispuesta a abordar la ruptura
con las euro-autoridades (Comisión europea, Eurogrupo, BCE, etc.) y el euro,
está condenada a transformarse en su contraria, en una política "promemorándum".
Esta previsión ya existía en el programa fundacional de Syriza bajo una fórmula
anticipatoria: "ningún sacrificio por el euro"; dicho de otro modo,
si se nos obliga elegir entre la persistencia del euro (y de su arquitectura
institucional) y la defensa de nuestro pueblo, elegiremos la defensa del
pueblo…
Tras
la experiencia de Chipre (marzo 2013), tanto la Plataforma de izquierda como la
Red Network radicalizaron esta tesis en el contexto de los debates y conflictos
de orientación en el seno de Syriza. El "ningún sacrificio por el
euro" ya no era suficiente. La necesidad de prepararse para un conflicto
inevitable con la eurocracia y salir del euro se situaba en primer plano como
la "condición necesaria" para poner en práctica una política contra
la brutal austeridad.
Ahora
bien, en sí misma, ¿es suficiente esta ruptura con el euro? Algunos camaradas
responden afirmativamente a esta cuestión. Incluso hay quienes afirman tener la
solución "técnicamente preparada", disponer de una "hoja de
ruta" para la salida de la crisis que beneficie a las clases populares a
partir de una "transición a la moneda nacional". Recientemente,
Dimitris Blenadis, [antiguo miembro del CC de Syriza, miembro de la Unidad
Popular] sostuvo que, en el fondo, la derrota electoral de la Unidad Popular se
puede explicar porque " no se disponía de una solución
técnicamente preparada a los problemas de la salida del euro",
añadiendo incuso que " determinadas fuerzas políticas (en el seno
de Antarsya, Plan B) ya habían realizado este ejercicio pero que la Plataforma
de Izquierda y la Unidad Popular no lo habían hecho suyo ."
Es
verdad que existen elaboraciones al respecto. Las más avanzadas son las de
Kostas Lapavitsas y Heiner Flassbeck (" Plan de cambio social y de
reconstrucción nacional para Grecia"). Es verdad que sus respuestas
cuentan con una base "técnicamente documentada". Pero no es nada
evidente que estas respuestas tengan que ver con la cuestión de impulsar una
batalla de clase que desemboque en la victoria contra las políticas de
austeridad. Fundamentalmente, las propuestas centran la probable salida rápida
de la crisis de "la economía nacional", en la transición de una
moneda "fuerte" (el euro) a una moneda "débil" (el dracma).
Sin embargo, la propia historia del capitalismo, incluso la más reciente, nos
enseña que estas dos cuestiones no son idénticas o, al menos, no son
necesariamente idénticas.
Examinemos,
por tanto, de forma más analítica, la perspectiva de K. Lapavitsas, con el fin
de ver si ella podría servir como guía para la acción para la Unidad Popular o,
más en general, para la izquierda radical.
¿Cuál
es el objetivo?
K.
Lapavitsas/1 pretende que: a) La
"recuperación de la soberanía monetaria" establece las bases para, b) Un
"plan de desarrollo basado en las inversiones públicas que favorecerá
en paralelo las inversiones privadas"; un plan que será acelerado por c) "la
recuperación del mercado interno frente a los productos importados, que
mejorará y reanimara el papel de las pequeñas y medianas empresas… y que
estimulará las exportaciones". Desde el punto de vista del tiempo, su
previsión sobre esta salida de la crisis es particularmente optimista porque
parte de d) "la posibilidad de un desarrollo
acelerado, tras los primeros meses de dificultades…"
¿Cuál
será el "motor" de este despegue dinámico de la "economía
nacional"? K. Lapavitsas no tiene dudas: la devaluación de la nueva
moneda. "La devaluación de la nueva moneda contribuirá al despegue de
la economía griega a partir del estímulo de la producción interior y de las
exportaciones . Según las estimaciones más sólidas, los
efectos de la inflación [vinculados a la devaluación] oscilarán
alrededor del 10 % durante el primer año y, después, el índice de inflación
tenderá a bajar."
Está
claro que K. Lapavitsas habla de un plan ambicioso para la salida del
capitalismo griego de la crisis, una crisis que sacude al capitalismo
internacional desde los años 2007-2008. Contra este punto de vista, podríamos
traer a colación toda la discusión internacional entre marxistas que, en
conclusión, hace hincapié en que no existe una salida pacífica o
"fácil" de una crisis del sistema como la actual. También podríamos
invocar la estimación de una gran parte de economistas que "prevén"
que si la relación de fuerzas entre el capital y el trabajo sufre un cambio
fundamental a través de revueltas sociales y políticas, la "salida de la
crisis" (cuando llegue…) tendrá características mucho más sanguinarias y
amargas para las clases oprimidas y explotadas. Pero no es nuestra intención
entrar en un debate bizantino.
La
posición de K. Lapavitsas plantea una cuestión bastante sencilla: si existe una
salida a la crisis del capitalismo griego tan sencilla y rápida, ¿por qué ni
siquiera una fracción minoritaria y un poco significativa de la clase dominante
se orienta hacia esta solución?, ¿por qué los capitalistas -que, por
definición, conocen sus intereses mejor que todos nosotros- continúan muy
mayoritariamente con una orientación de "el euro a cualquier precio"?
Una
primera respuesta consistiría en insistir sobre un punto: defienden esa
posición porque ellos [los elementos decisivos de las clases dominantes] están
"vendidos", reproduciendo de ese modo, de forma grosera, las teorías
de la dependencia. Una respuesta diferente sería la de recordar que los capitalistas
no conocen mas que el proteccionismo y la devaluación monetaria como armas para
la competencia. Es cierto, se trata de instrumentos conocidos, pero resultan de
una eficacia y de una duración limitadas. Porque las medidas de devaluación
competitiva serán también rápidamente utilizadas por el resto de las
"economías nacionales" y de ese modo la crisis se hace más grave y
peligrosa para el sistema en su conjunto
¿Con
qué medios?
El
objetivo al que "se" aspira aparece más claro cuando se tienen en
cuenta los medios con los que "se" trata de alcanzarlos.
K.
Lapavitsas pone el acento en que " El factor más importante para
el éxito de la transición a la moneda nacional está en la determinación del
gobierno, que estará reforzada por la fuerza de su apoyo y la participación
popular…" Aquí encontramos reproducida una estimación fundamental
del equipo dirigente de… Tsipras: el motor de un cambio histórico se situaría
de forma central en la orientación de un gobierno (que, además, no se
caracteriza como un gobierno realmente de izquierda o como un "gobierno
obrero" u de otro tipo). Sin embargo, a fin de evitar deformar su
posición, examinemos los márgenes que dispone semejante orientación para
combinar la "determinación gubernamental" con el "apoyo y la
participación popular" necesaria.
Se
sabe que la clase obrera y las fuerzas populares se movilizan o hacen suyos los
distintos "planes" partiendo, en su gran mayoría, de sus condiciones
materiales. La promesa inicial de Syriza de restablecer el salario mínimo a 751
euros significaba: a) El compromiso de compensar de forma
relativamente inmediata, la pérdida de poder adquisitivo sufrida por los
trabajadores y trabajadoras durante los años de los dos memorándum (2010-2012); b) la
aplicación más general de objetivos anunciados en el programa de Syriza. Por
otra parte, fue por ello que el abandono abierto de ese objetivo fue el anuncio
más claro de la "traición" del gobierno Tsipras que se materializa
con la firma del protocolo de acuerdo el 13 de julio de 2015 en Bruselas.
En
el "Plan de transición a la moneda nacional" existe una referencia a
un "determinado aumento progresivo del salario mínimo", sin
precisar la cuantía ni los criterios para ese progreso. Además, se añade que
" es importante incrementar el salario mínimo, pero que también es
necesario que el movimiento obrero organizado apoye el esfuerzo de transición
del país hacia una base más sólida ". Esto no puede más que
levantar la presunción de que las necesidades de los trabajadores se consideran
como subordinadas a las prioridades del saneamiento de la economía nacional.
Los
expertos sindicales -y recientemente, con mucha claridad, Elias Ioakeimoglou,
economista consejero científico de la Confederación griega del Trabajo
(INE/GSEE)- han demostrado que el incremento sustancial de los salarios es una
condición irremplazable para la reducción del paro, oponiéndose así a quienes
delegan la solución del problema del paro a los automatismos de una próxima
recuperación.
No
sé de dónde saca Lapavitsas su certeza sobre la estimación de que la
devaluación de la nueva moneda se limitará al 10 %. Sin embargo, quien realiza
propuestas como esas debe proponer el incremento (por lo menos) igual de los
salarios, que se realice en paralelo y de forma simultánea; incremento cuya
realización es improbable cuando se da una rápida inflación; incluso aunque se
establezca su indexación automática. Si no es así, lo que propone de hecho es
que la financiación de la "economía nacional" se realice mediante la
transferencia de recursos provenientes de las rentas salariales.
Este
plan, que da como hecho un crecimiento acentuado del turismo y de las
exportaciones, etc., se basa en la ilusión de una salida "negociada"
del euro con las "élites" griegas. Prevé la existencia de la " posibilidad
de continuar en la UE… Así pues, Grecia no quedará aislada, sino que seguirá
una orientación diferente a la de los países del núcleo de la UE ".
Este "Plan" se basa en la ilusión de una salida del euro
"acordada" con las instituciones europeas, la eurocracia.
Recientemente,
el camarada Dimitris Belandis criticó a la Red Network atribuyéndole -según
dice él- cierta subestimación del conflicto necesario con el imperialismo.
Ahora bien, desde nuestro punto de vista, la idea de una salida "negociada"
no toma en cuenta ese conflicto con las principales fuerzas imperialistas. Al
contrario, constituye una ilusión paralela, diferente, pero análoga a la que
tuvo el equipo de Tsipras cuando esperaba un "compromiso honesto" con
la eurocracia (Eurogrupo, Comisión Europea, BCE, etc.).
El
valor de los trabajos de K. Lapavitsas consiste en demostrar la necesidad de la
anulación de la deuda, probar la necesidad de la nacionalización/socialización
de la banca y de dar una prioridad absoluta a la cuestión del paro y al
esfuerzo por organizar todos esos objetivos en un plan socio-político
coherente. Estos elementos sugerentes de su contribución deben encontrar su
encaje en un programa de transición claro, pero tomando como punto de partida
el conflicto con los efectos concretos y acumulativos, que se sentirán de forma
aguda, de los memorándums y de las medidas de austeridad que se derivan de
ellos; todo ello con la perspectiva puesta en la emancipación socialista del
conjunto de la sociedad. La afirmación de la salida del euro, el Grexit, no
puede constituir el punto de partida de la campaña.
En
el marco de tal programa y en su puesta en pie -que no puede ser realizado más
que por una fuerza importante de la izquierda radical y en el contexto de una
recuperación de las movilizaciones sociales-, la salida del euro será siempre
una condición necesaria, pero no una condición suficiente. Porque si este
objetivo [la salida del euro] se desgaja de un contexto más amplio y de las
agresiones sufridas por las clases populares, da pie a peligrosas ilusiones
sobre el papel pretendidamente liberador de la moneda en cuanto tal, con lo que
conlleva en términos del bloque social a construir..).
Nota:
1/ Ver “La transition à la monnaie nationale», costaslapavitsas.blogspot.com
Sotiris
Martalis. Ex miembro del Comité Central de Syriza. Sindicalista del sector
público. Miembro de DEA, organización que, tras la ruptura de Syriza, forma
parte de Unidad Popular.
Artículo
publicado en griego en la web Rprojet.gr
Traducción: VIENTO SUR
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