SIRIA,
EL TOCINO Y LA VELOCIDAD
14.09.2015
Para algunos la crisis
humanitaria provocada por la avalancha de refugiados que huyen de la guerra de
Siria está poniendo en evidencia las contradicciones de la Unión Europea en
materia de asilo y, ¡Ay que risa, Marialuisa!, porque el tocino y la velocidad
siempre han sido cosas distintas.
O sea, que según estos,
la Unión Europea tal y como está planteada por y al servicio de los grandes
capitales dominantes sólo hace aguas porque no es capaza de dar asilo humanitario
a cientos de miles de personas.
Que sin salir de Europa
haya cientos de miles de niños que no están bien alimentados no es cosa de
preocupar, eso deben ser gajes del oficio o un mal menor necesario con algo de
colateralidad para que Blesa practique el robo de he sido yo, y qué pasa. Que aviso a mi amigo el Josmarí y os
enderezamos entre los dos y el pequeño Nicolás…, por ejemplo.
La crisis humanitaria
como denominan los finolis al destrozo de la vida material, moral y espiritual
de millones de personas que huyen de su tierra (Siria, como caso particular)
sencillamente para que una bomba inteligente, que a lo mejor hasta la ha
vendido el ministro de la Guerra del PP, señor Morenés, no les reviente la
cabeza y el cacho más grande del ojo lo encuentren a setecientos metros junto
al dedo pulgar de una de las manos envueltos en un amasijo de tripas,
cartílagos y un cordón de zapato que seguramente hubiera podido ser del vecino
que vivía tres calles más arriba. O sea, para que no los revienten en la misión
de paz que desinteresadamente efectúan los militares. Esto no la originan los
refugiados, sino los cuatro langostinos de los grandes capitales, bancos y
multinacionales que tienen que robarles al pueblo Sirio sus recursos, para lo
cual necesitan organizar la guerra mediante los políticos, los peones de brega
que interpone el capital entre ellos y los que trabajamos.
Los responsables de esta
situación no llegan de fuera, sino que está dentro de la amada Patria. Buscando
responsables podemos mirar a las musarañas o a Pablo Iglesias, pero los
verdaderos nombres propios que están detrás de tanta ruina material y
sufrimiento humano, los auténticos terroristas que perturban el orden social
para enriquecimiento propio, entre otros, son la señora o señorita Botín, del Banco
de Santander; Isidro Fainé, de “la Caixa”; Ignacio Sánchez, de Iberdrola;
Florentino Pérez, del “Hala Madrid”; Antonio Brufáu, de Repsol…, etc.,
componentes todos ellos del 0,0035% de la población española que controlan el
80,5% de la riqueza de España. Estos son los verdaderos responsables de los
refugiados y, al menos, para hacer algo de justicia, no toda, contra sus
patrimonios personales deben ir los gastos que puedan originar los refugiados
que lleguen a España.
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