UNA
NUEVA GEOPOLÍTICA DEL
CONOCIMIENTO PARA LA BATALLA
DE IDEAS
José
Carlos Bonino Jasuai
Sociología Crítica
13.08.2015
“Valen más trincheras de ideas que trincheras
de piedras”. José Martí.
Asistimos
en la actualidad a una turbulencia en el modelo comunicacional vigente. En las
tres últimas décadas se ha venido gestando un nuevo modelo comunicacional y
tecnológico en el que casi la totalidad de la información ya está digitalizada,
hablamos de un lenguaje universal que puede migrar de un lugar a otro en
segundos. Esta información es poder para quien la gestione, y quien tiene ese
poder, construye las reglas del juego en nuestra realidad.
El
flujo de información moderna ha sido diseñado para tener una velocidad que
arrolle al espectador, para que este no tenga el tiempo de reaccionar,
discernir o interpretar, para que consuma sin reflexionar, para que sueñe con
el rico que un día será, para que se proyecte socialmente como tal y no para
que luche hoy con los trabajadores como el y defienda las conquistas sociales
que le pertenecen.
La
esfera ciclópica y la única mercancía gratuita
El
flujo de información actual ha sido calificado por Ignacio Ramonet como una
esfera ciclópica, una unión indiferenciada y acrítica de la comunicación, la
información y la propaganda. Hoy por hoy, según Ramonet, existe una sola
mercancía gratuita en nuestro tiempo y esa es la información.. pero el sistema
que está tan preocupado por los beneficios, ¿por que ofrece una mercancía
gratuita?
A
simple vista nos parece que el negocio de los grandes media está en el comercio
de la información, es decir, que está en vender la información a la gente, a
nosotros. En realidad consiste en vender grupos de potenciales consumidores de
esa información a los anunciantes, a las grandes transnacionales, cuando
consumimos información, estamos siendo ofrecidos a esas transnacionales que
luego nos venden objetos y servicios. Pero para que esta lógica funcione, los
grupos de potenciales consumidores tenemos que ser lo mas numerosos posibles y
así la ganancia será igualmente cuantiosa.
Para
esto el nivel de la información debe ser muy superficial, un registro
lingüístico muy reducido, el castellano tiene 40,000 vocablos, esta información
básica utiliza solamente entre 600 y 800, digamos un castellano a la mínima
expresión, para que sea de amplia circulación. Además es necesario que sea una
información con una lógica bilateral: o bueno o malo, o blanco o negro, una
información deshidratada de su normal complejidad y de sus matices, es como
desarrollar una idea en blanco y negro, sin proyección. Para esto es necesario
también que esta información posea un fuerte carácter emocional y con emocional
entendemos una información fugaz, inmediata y extraordinaria.
Está
claro que nadie invierte en una información que regala y una información sin
inversión es una información de baja calidad. Y así nos acostumbramos a solo
leer los titulares de las noticias, preferimos los textos de tres líneas, sin
profundidad. O peor, nos mostramos interesados por las imágenes fugaces, los
videos que duran menos de un minuto y lo programas de televisión enlatada que
importamos y que no reflejan nuestra realidad, ni nuestras necesidades, estamos
alejándonos progresivamente de la radio donde hay que escuchar con atención,
para volcarnos en la inmediatez y la superficialidad de la imagen y el video.
El
poder mediático y el Gobierno Mundial
Esta
situación está a la raíz de la crisis de la prensa escrita mundial y de las
editoriales en general, que no logran vender sus periódicos o libros y no tiene
más remedio que alinearse a la crisis y dejar de invertir en información de
alto contenido y calidad y “Lo que no existe en los medios, no existe en la
mente de los pueblos” (Manuel Castells); y en este escenario perdemos todos,
porque la opinión publica se empobrece y la opinión publica es el sistema
nervioso de cada sociedad.
Si
por un lado a nivel global se privatiza la educación superior, es decir, el
saber se convierte en un privilegio para los pocos que pueden pagarlo,
paralelamente la información se vacía de su contenido racional y conceptual, se
vuelve más superficial. El resultado es una privatización de la intelectualidad
pública y, por consiguiente, de la conciencia social; y esto hace parte de una
estrategia global ya que “la manipulación de las mentes es mucho mas eficaz que
la tortura de los cuerpos” (M. Castells).
En
la actualidad la industria mediática es un aparato ideológico creado con el
objetivo pedagógico de darle legitimidad al Gobierno Mundial. Este gobierno
mundial que comúnmente decimos que es el 1%, esta conformado por el complejo
militar industrial, el sistema financiero, su brazo armado que hace la guerra pregonando
la paz y el poder mediático a sus servicios que le da legitimidad política y
cultural.
Relación
entre letra y poder
En
este punto nos preguntamos, ¿cual es la relación entre letra y poder? Un padre
y pedagogo llamado Lorenzo Milani, decía que el que sabe mil palabras hará
hacer lo que quiera al que sabe quinientas.
Un
concepto útil para analizar esta estrecha relación entre letra y poder lo
propone el uruguayo Ángel Rama. Habla de una Ciudad Letrada, de un círculo de
intelectuales ligados al poder que funcionan como un anillo protector y
ejecutor de las órdenes de una elite en el poder, desde la colonia hasta
nuestros días. Afirma que el poder del signo y de la palabra es tal, que no
representa lo real sino que lo crea.
Durante
los últimos 500 años este circulo de letrados han administrado la tecnología de
la letra y su funcionamiento, que está a la base de su poder y su prestigio, a
través de afirmaciones como “lo que no está escrito no existe”; no basta que
esté dicho o solamente imaginado, y de este modo subalternizan todos los
saberes originarios porque son orales y los tildan de inferiores por ser
organizados bajo otra lógica.
El
resultado es que en nuestro tiempo histórico conviven dos cosmovisiones en
tensión dialéctica: una cosmovisión hegemónica a la que corresponde una
historia y una memoria oficial; y una cosmovisión subalterna, a la que
corresponde una tradición oral y una historia no oficial. Una continua
negociación sin igualdad de condiciones entre un conocimiento formal y una
sabiduría popular.
Durante
los últimos cinco siglos la sabiduría autóctona nuestramericana ha resistido a
un epistemicidio, hemos sido victimas de un homicidio epistemológico de
nuestros saberes autóctonos, pero si intentamos construir nuestra emancipación
por reacción a esta injusticia histórica no llegaremos muy lejos. Como decía un
religioso colombiano, “una víctima que odia, es victima dos veces y estoy
convencido que merecemos un futuro mejor”.
La
batalla de ideas y una nueva geopolítica del conocimiento
Tal
vez esa segunda independencia hacia la que caminamos en materia de diálogo de
saberes y de construcción de un saber emancipatorio, pasa a través de la
construcción de epistemologías múltiples que nacen de un sinnúmero de
experiencias humanas, saberes locales, comunitarios contextualizados que nacen
de la vida diaria de los pueblos y se legitiman como parte de una red semántica
de significados cultural y geopolíticamente situados, que nos permita
reorientar la producción, circulación y el consumo del conocimiento y así
pensar nuestra realidad a partir de nuestras circunstancias históricas.
“La
justicia global pasa a través de la justicia cognitiva” (Boaventura De Sousa
Santos). Y la justicia cognitiva a través de la construcción de un conocimiento
emancipador que es poder político, porque es capaz de mover a las masas ante su
realidad. Nos encontramos en la actualidad en la batalla de las ideas (Cmte.
Fidel Castro) y esa batalla se juega alrededor del poder de la información y la
batalla por ese poder está en nuestras mentes y solo el conocimiento nos dará
conciencia, y la conciencia libertad de acción y de decisión. Basta una idea
para cambiar al mundo ya que “una idea se transforma en una poderosa fuerza
material, cuando conquista la consciencia de las masas populares”(Marx).
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