ESTAMOS EN GUERRA
Ángeles
Maestro
Sociología
Crítica
Público.es
21.06.2015
Mientras las noticias, y al parecer el interés de la gente, se centran en quién gobernará ayuntamientos y Comunidades Autónomas decisiones de gran trascendencia para nuestras vidas se han tomado y se están tomando sin que la inmensa mayoría se entere.
A
pesar de que en muchos lugares no vaya a haber grandes cambios —las opciones de
gobiernos que se abren en la mayor parte de los gobiernos autonómicos se
circunscriben al PP apoyado por Ciudadanos o el PSOE apoyado por Podemos— los
cimientos de una Transición que dejó todo atado y bien atado empiezan a
resquebrajarse.
Aparentemente
está todo controlado. La herramienta fundamental del poder para disciplinar a
los gobiernos de todos los niveles —el pago de una gigantesca deuda pública y
la reducción del déficit— tiene todas las garantías legales para que funcione.
El
artículo 135 de la Constitución, el Tratado de Estabilidad de la Eurozona y la
Ley Orgánica 2/2012 [1] obliga a cada ayuntamiento, a cada gobierno autonómico,
al Estado y a la Seguridad Social a reducir drásticamente déficit y deuda [2] y
a renunciar a políticas sociales expansivas si no quieren correr el riesgo de
ser intervenidos. En 2014 los gastos destinados a la función “Deuda Pública”
supusieron el 18,9% del PIB [3], es decir, en torno a los 200.000 millones de
euros y muy cerca de la mitad de los Presupuestos Generales del Estado. La
situación del Estado en cuanto a la Deuda puede considerarse como el promedio
de las diferentes administraciones municipales y autonómicas.
A
pesar de esta evidencia que reduce a meras cartas a los reyes magos cualquier
programa electoral —como bien se está demostrando en Grecia— ninguna opción
política que haya obtenido representación, excepto las CUP en Cataluña,
planteaba con claridad la necesidad de oponerse al pago de la Deuda para
satisfacer las perentorias necesidades de millones de personas.
En
estas condiciones los grandes poderes públicos y privados, de aquí y de fuera,
en principio nada deberían temer. Los partidos que mejor han representado hasta
ahora sus intereses siguen gobernando en la mayor parte de los territorios, y
los que han emergido, si bien en un primer momento cuestionaban el pago de la
Deuda y la pertenencia a la OTAN, han retirado rápidamente tan incómodos
planteamientos.
Nada que afecte al poder del capital
está explícitamente sobre la mesa y sin embargo tienen miedo; no a ninguna
fuerza política concreta sino al pueblo. Saben, ellos mejor que nadie, que no
hay salida previsible a la crisis y que no tienen otro programa que no sea
recortar salarios, pensiones y derechos sociales. Y sus temores crecen en la
misma medida que disminuyen los de quienes cada vez tienen menos que perder.
El
problema de aquellos que a pesar de la crisis siguen engordando sus beneficios,
tanto por la destrucción de empresas y la concentración de capital, como por el
brutal incremento de la explotación, no es Podemos. Son los riesgos de la
inestabilidad, dicen.
Es
el desasosiego que con tanta claridad reflejaba Jean Claude Juncker, actual
Presidente de la Comisión Europea cuando decía: “Sabemos lo que
tenemos que hacer. Lo que no sabemos es cómo hacerlo y que nos sigan votando”.Planteamiento
inquietante porque si no es probable que cambien sus políticas el interrogante
es qué harán cuando no tengan los votos que las respalden.
En
otras palabras es lo que sentenciaba el gran gurú de la derecha norteamericana
Samuel P. Huntington “la más importante distinción política entre
los países no es la referente a su forma de gobierno, sino a su grado de
gobierno” [4]; es decir su estabilidad interna y su
alineamiento detrás de los EEUU.
Y
en situaciones de crisis tan profunda como la actual, cuando las posibilidades
del sistema para amortiguar la lucha de clases mediante concesiones sociales
son prácticamente nulas, el fascismo y la guerra se expanden.
La
mano invisible y el puño de hierro
Juan
Carlos abdicó apenas ocho días después de una elecciones europeas en las que
los partidos del Pacto de la Transición, y por ende sostenedores de la
monarquía, sufrieran un espectacular retroceso. Bastaron sólo cinco días tras
los comicios municipales y autonómicos para que se anunciara la visita del
Secretario de Estado de los EEUU para firmar el acuerdo bilateral que
convertirá a la Base de Morón en sede permanente del USAFRICOM (Mando de los
Estados Unidos para África). El objetivo es instalar allí de forma permanente
la Fuerza Especial de Respuesta de Crisis del Cuerpo de Marines de los Estados
Unidos (SP MAGTF Crisis Response). La mera hipótesis de un cambio político que
introdujera alguna inseguridad para sus intereses les ha hecho, también ahora,
reaccionar rápidamente.
Como
señala el comunicado de la Plataforma Global contra las Guerras [5], la
finalidad de la visita, cancelada por un accidente del mandatario americano,
era claro: “Esta fuerza aerotransportada de despliegue inmediato, a las órdenes
inmediatas del USAFRICOM, constaría de un retén permanente de 850 marines con
sus medios de proyección, ampliables a 3.500 en caso de crisis, con capacidad
de desplegarse en 9 horas al corazón de África, como cabeza de puente para una
intervención a mayor escala. Pero podría también ser puesto a disposición del
USCENTCOM (Mando Central de los Estados Unidos) para un despliegue semejante en
cualquier punto de Oriente Medio o del Mediterráneo oriental”.
Para
tener una idea del grado de vasallaje del Gobierno (el del PP y el del PSOE,
que fue quien inició el trámite) y su complicidad con las políticas
imperialistas baste tener en cuenta que, pese a las gigantescas presiones
recibidas, ningún país africano aceptó nunca albergar la sede del USAFRICOM
[6]. La destrucción de Libia por los bombardeos de la OTAN en apoyo de los
“rebeldes”, ahora reconvertidos en supuestos enemigos, y su posterior invasión
permitió la instalación en Benghazi de dicho Comando estadounidense. Allí
estuvo menos de un año, hasta que el 11 de septiembre de 2012 el Consulado de
EEUU en esa ciudad fue asaltado y destruido resultando muerto, entre otros, el
propio embajador norteamericano.
La
firma de ese Convenio se inscribe en la trayectoria de intervención permanente
de una potencia extranjera que inició la Dictadura y a la que han venido
plegándose los diferentes gobiernos desde la Transición. Todos ellos,
supuestamente tan patriotas, han ido ampliando la presencia militar de EEUU,
han aumentado la implicación del estado español en todo tipo de intervenciones
militares y, en un ejercicio más de cinismo, han renunciado a preguntar si los
barcos o aviones que cruzan nuestro territorio llevan o no armamento nuclear.
Es
decir, el bipartidismo que ahora se tambalea está formado por dos partidos que
han pisoteado nuestra soberanía y han incumplido sistemáticamente todas las
condiciones incluidas en el “SÍ” en el Referéndum de la OTAN de 1986. Esos son
los partidos que ahora seguirán gobernando en coalición con las nuevas fuerzas
políticas en la mayor parte del territorio.
Con
la decisión actual del Gobierno, que sin duda contará con un amplísimo respaldo
parlamentario, además de someter a los pueblos en los que hay instalaciones
militares norteamericanas —especialmente a Morón— a un riesgo más que probable
de atentado, sitúa al conjunto de la población en la diana preferente de ataque
desde cualquiera de los múltiples frentes de guerra de EEUU. Máxime cuando los
tambores de guerra en la propia Europa suenan cada vez más fuerte y más cerca,
y cuando no cabe la menor duda de que la presión de la crisis y del complejo
militar industrial norteamericano está acercando cada día el riesgo de una
guerra a gran escala.
Y
es que como señala el Foro contra la Guerra Imperialista y la OTAN [7]:
“Estamos en guerra no es una proclama, es una descripción de la realidad. Una
realidad que nos negamos a aceptar para evitar reconocer que somos cómplices, o
admitir el riesgo que implica permanecer pasivos frente a la escalada belicista
de la coalición occidental de la que formamos parte.
Esta
crisis general del capitalismo no nos permite preocuparnos sólo de los
problemas sociales y cerrar los ojos ante la guerra porque está lejos y vemos a
los muertos como si fueran ficciones cinematográficas”.
Las
palabras de Thomas Friedman, asesor de Madeleine Albright no dejan lugar a
dudas: “Para que la globalización avance es imprescindible que EEUU actúe con
toda su omnipotencia. La mano invisible del mercado jamás funcionará sin el
puño invisible. Mc Donald’s no prosperará sin la Mc Donnell Douglas que ha
construido el F15. El puño invisible que garantiza un mundo seguro para Silicon
Valley se llama, ejército, aviación, marina y Cuerpo de Marines de Estados
Unidos” [8].
Por
eso, porque los partidos emergentes van a recibir la dosis de presión necesaria
de tal forma que “algo cambie para que nada cambie”, los pueblos no podemos
seguir mirando para otro lado cuando el fuego se propaga y llega cada vez más
cerca.
Por
dignidad, por la imprescindible solidaridad con otros pueblos y porque estamos
en el punto de mira: ¿Hay alguien ahí?
Notas:
[1]
Un pormenorizado informe sobre el TSCG y la Ley Orgánica 2/2012 puede
consultarse en http://redroja.net/index.php/noticias-red-roja/noticias-cercanas/1910-informe-de-red-roja-sobre-la-ley-organica-22012-el-final-de-cualquier-soberania-y-el-arma-de-destruccion-masiva-de-los-servicios-publicos
[2]
La Deuda, ahora equivalente al 100% del PIB, debera ser del 60% en 2020 y el
déficit estructural deberá ser 0.
[3]
Estos datos proceden del Programa de Estabilidad enviado por el Gobierno en
2014 a la Comisión Europea. Pag 59.http://www.mineco.gob.es/stfls/mineco/comun/pdf/Estabilidad_2014_2017.pdf
[4] Huntington, S.P. Political Order and Political Decay
[6]
El USAFRICOM entró en funcionamiento en 2007 durante el mandato de Georges W.
Bush y tuvo que instalarse en Stuttgart (Alemania) ante la negativa de todos
los gobiernos africanos a aceptar su instalación. No obstante, tropas
estadounidenses e israelíes están instaladas de forma permanente en la
ex-colonia francesa de Djibuti.
[7]
Texto completo en: http://www.lahaine.org/presentacion-del-foro-contra-la
[8] Thomas Friedman, asesor de Madeleine Albright. The
New York Times, 28-3-1999. Al mes siguiente se
celebraba en Washington la Cumbre de la OTAN, coincidiendo con los bombardeos
de la Alianza sobre Belgrado, en la que se decidía entre otras cosas, que su
zona de intervención abarcaba cualquier lugar del planeta donde estuviera en
peligro la seguridad energética de los países miembros o en caso de migraciones
masivas.
Ángeles Maestro Médica, militante de Red Roja
Fuente: http://blogs.publico.es/dominiopublico/13661/estamos-en-guerra/
Fuente: http://blogs.publico.es/dominiopublico/13661/estamos-en-guerra/
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