CARTA ABIERTA DE ALEXIS
TSIPRAS A LOS CIUDADANOS ALEMANES
Sociología Crítica
2015/02/01
El
presidente griego, Alexis Tsipras, ha remitido una carta abierta al pueblo
alemán en la que intenta explicar qué ocurre realmente en Grecia, especialmente
con relación a la deuda. El escrito comienza pidiendo que lo lean sin tener una
idea preconcebida. “Seré franco: la deuda griega es insostenible actualmente y
nunca será devuelta”, afirma el dirigente de Syriza en un pasaje de su carta.
La
mayoría de ustedes, queridos lectores [alemanes], tendrán una idea preconcebida
sobre de qué trata este artículo antes de haberlo leído siquiera. Les ruego que
no sucumban a semejantes preconcepciones. El prejuicio no ha sido nunca una
buena guía, especialmente durante periodos en los que una crisis económica
refuerza estereotipos y genera ignorancia, nacionalismo e incluso violencia.
En
2010 el estado griego dejó de ser capaz de pagar sus deudas.
Desafortunadamente, los responsables europeos decidieron fingir que el problema
podría ser superado mediante el mayor préstamo de la historia, con la condición
de una austeridad fiscal que, con precisión matemática, hundiría los ingresos
nacionales de los que salía el pago de la deuda, tanto de la anterior como de
la nueva.
Así,
un problema de insolvencia se resolvió como si fuese un caso de falta de
liquidez. En otras palabras, Europa adoptó las tácticas de los peores
banqueros, quienes se niegan a reconocer préstamos malos y prefieren conceder
otros nuevos a la entidad insolvente, de manera que puedan fingir que el
préstamo original está funcionando, cuando realmente lo que se logra es
extender la bancarrota en el futuro.
No
se necesitaba más que sentido común para ver que la aplicación de la táctica
“prolongar y fingir” llevaría a mi país a un estado trágico. Así, en lugar de
la estabilización de Grecia, Europa estaba creando las circunstancias para una
crisis autoalimentada que socava los cimientos de Europa misma.
Mi
partido, y yo personalmente, disentimos firmemente con el préstamo de mayo de
2010. No porque ustedes, ciudadanos de Alemania, no nos dieran suficiente
dinero, sino porque nos distéis demasiado, mucho más de lo que deberíais haber
concedido, y nuestro Gobierno aceptó más, mucho más de lo que tenía derecho a
aceptar. Dinero que, en todo caso, ni ayudó al pueblo griego (que estaba siendo
arrojado al agujero negro de la deuda insostenible) ni atajó el crecimiento
desmedido de la deuda nacional, y todo con un gran coste para los
contribuyentes griegos y alemanes.
De
hecho, incluso después de que haya pasado un año entero, desde 2011 en
adelante, nuestras predicciones se confirmaron. La combinación de nuevos y
gigantescos préstamos con asfisiantes recortes en el gasto público no solamente
no lograron controlar la deuda, sino que además castigaron a los ciudadanos más
débiles, convirtiendo a gente que hasta entonces había vivido una existencia
mesurada y modesta en pobres y mendigos, negándoles, sobre todas las cosas, su
dignidad.
El
colapso de ingresos provocó la ruina de miles de empresas, reforzando el poder
oligopólico de las grandes firmas supervivientes. Así, los precios han ido
cayendo, pero más lentamente que nóminas y salarios, deprimiendo la demanda de
bienes y servicios, y destrozando los ingresos nominales, mientras la deuda
continuaba con su crecimiento inexorable. En este escenario, el déficit de
esperanza se aceleró incontroladamente y, antes de que pudiésemos darnos
cuenta, el “huevo de la serpiente” eclosionó, con el resultado de bandas
neonazis patrullando nuestros barrios, difundiendo su mensaje de odio.
A
pesar del fracaso evidente de la lógica de “extender y fingir”, ésta todavía se
aplica hoy día. El segundo “rescate” griego, aplicado en la primavera de 2012,
añadió otro enorme préstamo sobre los debilitados hombros de los contribuyentes
griegos, pulverizando nuestra reserva de la seguridad social y financiando una
despiadada cleptocracia nueva.
Respetados
analistas han hecho referencia recientemente a la estabilización de Grecia,
incluso a signos de crecimiento. Por desgracia, la recuperación es un espejismo
que debemos evitar lo antes posible…
Permítanme
que les diga que este lamentable intento de montar una nueva versión de las
estadísticas griegas, con el objetivo de declarar terminada la actual crisis de
Grecia, es un insulto para todos los europeos que, por lo menos, se merecen la
verdad acerca de Grecia y de Europa. Seré franco: la deuda griega es
insostenible actualmente y nunca será devuelta, especialmente cuando Grecia
está siendo sometida a una constante axfisia fiscal.
La
insistencia en estas políticas sin salida, y en la negación de la simple aritmética,
le cuesta al contribuyente alemán muchísimo, mientras, al mismo tiempo, condena
a una orgullosa nación europea a la indignidad permanente. Y lo que es peor: a
este ritmo, más pronto que tarde, los alemanes irán contra los griegos, los
griegos contra los alemanes y, de manera poco sorprendente, el ideal europeo
sufrirá fallas catastróficas.
Alemania,
y en particular los esforzados trabajadores alemanes, no tienen nada que temer
de la victoria de Syriza. Nuestro objetivo no es enfrentarnos a nuestros
socios. No es asegurar préstamos más grandes o, equivalentemente, mayores
déficits. Nuestro objetivo es, más bien, la estabilización del país,
presupuestos equilibrados y, por supuesto, el fin del exprimir a los
contribuyentes griegos en el marco de un préstamo que es, simplemente,
impagable. Estamos comprometidos a terminar con la lógica de “extender y
fingir”, pero no contra los ciudadanos alemanes, sino con una visión de
ventajas mutuas para todos los europeos.
Estimados
lectores, entiendo que, tras vuestra “demanda” de que nuestro gobierno cumpla
con todas las “obligaciones contractuales”, se esconde el miedo de que si
vosotros nos dejáis a los griegos un poco de espacio para recuperarnos,
volveremos a las viejas y malas costumbres. Reconozco y respeto esta
preocupación. Sin embargo, déjenme decirles que no fue Syriza la que incubó la
cleptocracia que hoy finge suspirar por “reformas”, siempre y cuando dichas
“reformas” no afecten sus mal habidos privilegios.
Estamos
preparados y deseamos introducir reformas profundas, para las que buscamos el
mandato de los electores, naturalmente en colaboración con nuestros socios
europeos. Nuestro objetivo es crear un New Deal europeo, dentro del cual
nuestro pueblo pueda respirar, crear y vivir en dignidad.
Una
gran oportunidad para Europa ha nacido en Grecia. Una oportunidad que Europa no
puede permitirse perder.
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