El batacazo electoral que le espera al PP
La baja participación,
la posibilidad de huir del "voto útil" y el hecho de que los partidos
de gobierno suelen ser particularmente castigados en las elecciones
europeas explicarían porqué Rajoy quiere pasar de puntillas por estos
comicios. Todo apunta a un batacazo electoral del PP el próximo 25 de
mayo.
Existen varias formas de hacer pronósticos sobre los
resultados de unas elecciones. Algunas más acertadas que otras. Sin
duda, las encuestas son una excelente herramienta en este sentido, y
desde este blog hemos dado buena cuenta de que los científicos sociales
hacemos un importante uso de ellas. Pero un análisis político, sin más,
también puede ser una valiosa fuente de información
para vislumbrar las fortunas electorales de los partidos en el
gobierno, la oposición, así como de las nuevas formaciones políticas que
aspiran a conseguir algún tipo de representación. Un examen que
identifique los actores más relevantes, sus intereses, sus estrategias,
así como el contexto en el que operan puede resultar de mucha utilidad.
Eso sí, siempre y cuando los analistas no confundamos deseo con
realidad; una práctica en la que todo el mundo puede caer. Pero
-¡cuidado!- porque los politólogos también podemos.
En las líneas que siguen analizaré algunas regularidades empíricas en
las elecciones al Parlamento Europeo que permiten aventurarnos en lo que
pueda pasar el próximo 25 de mayo. Todas ellas indican que existen una
serie de razones objetivas por las cuales, para el caso de España,
deberíamos esperar un importante deterioro electoral del Partido
Popular.
Dichas regularidades son básicamente tres. En las elecciones al Parlamento Europeo 1) suele haber menos participación; 2) los partidos
grandes suelen recoger menos votos que en las generales; y 3) entre los
anteriores, los partidos en el gobierno sufren un mayor desgaste
electoral.
La primera regularidad es bien conocida.
Las elecciones al Parlamento Europeo despiertan bastante menos interés
que las elecciones nacionales. Para hacernos una idea, valga la pena
recordar que el diferencial de participación entre las últimas europeas
(2009) y las dos últimas elecciones generales en España (2008 y 2011)
estuvo alrededor de 25 y 30 puntos porcentuales a favor de las
elecciones nacionales, respectivamente. Aunque no podemos establecer una
relación directa entre la baja participación y el voto al gobierno,
veremos que, a la luz de otra de las regularidades empíricas, esto puede
que tenga implicaciones para ponderar los apoyos electorales de los
populares.
La segunda constante en las elecciones
europeas indica que los partidos grandes suelen hacerlo algo peor que en
las elecciones generales. O, dicho de otra manera, que los partidos
pequeños suelen hacerlo algo mejor. La razón principal es que en las
elecciones al Parlamento Europeo los votantes no están presionados a
votar de forma estratégica. Dado que el sistema electoral para elegir a
los 54 representantes españoles descansa en una circunscripción única (y
no en 52), los efectos proporcionales de la formula D'Hont a la hora de
transformar votos en escaños incentiva a que los ciudadanos voten de
manera “sincera”, es decir, que escojan su primer preferencia y no de
entre las opciones con más posibilidades de ganar un escaño. (Recuerden
que en la práctica -es decir, a la hora de sumar para ganar un escaño-
dar un voto a partidos pequeños en circunscripciones electorales en
donde se eligen pocos escaños suele terminar siendo un voto perdido).
La tercera regularidad empírica que nos deja el ya largo recorrido de
elecciones al Parlamento Europeo es que los partidos en el gobierno
suelen ser particularmente castigados. A pesar de que en las elecciones
europeas es muy habitual que los votantes elijan la misma papeleta que
escogieron en las elecciones generales anteriores, existe una parte
importante del electorado que aprovecha la oportunidad para expresar
algún tipo de descontento con el gobierno. Las elecciones que tienen
lugar durante el transcurso de una legislatura permiten a los ciudadanos
enviar una señal respecto al rumbo de las políticas gubernamentales. Es
por eso que la literatura académica otorga a las elecciones europeas
(como a las regionales o a las locales) la clasificación de “elecciones
nacionales de segundo orden”. Esto es, elecciones que son secundarias a las elecciones más importantes (las generales) y nacionales,
puesto que la lógica que impera en ellas, desde el punto de vista de
los partidos como de los votantes, está ligada a la arena política
nacional. Con este razonamiento, las europeas pueden convertirse en el
momento oportuno para castigar al gobierno por su desempeño o para
señalizar las preferencias de los ciudadanos y, así, intentar corregir
el rumbo de sus políticas.
Pero existe una razón
adicional que podría explicar por qué los gobiernos sufren un particular
desgaste en este tipo de elecciones, y está ligada a lo que se conoce
como "el ciclo de popularidad del gobierno". Los niveles de aceptación
de un gobierno suelen estar en una especie de “luna de miel” justo
después de ganar las elecciones, pero éstos suelen disminuir
progresivamente a lo largo de la legislatura, al menos hasta que un año
antes de las siguientes elecciones nacionales el partido del gobierno
intenta remontar poniendo todos sus recursos a trabajar y el gobierno a
rentabilizar sus inversiones a largo plazo. En este sentido, si la
convocatoria de las elecciones europeas cae a mitad de mandato, la cita
electoral probablemente pillará al gobierno en su peor momento en
términos de popularidad.
En lo que respecta España,
estas regularidades empíricas sugieren que el Partido Popular sufrirá un
severo golpe electoral el próximo 25 de mayo. Fundamentalmente por lo
explicado en los dos últimos puntos. Con un sistema electoral más
proporcional al que estamos acostumbrados, antiguos votantes del PP
podrían elegir sin ataduras estratégicas entre otras opciones políticas.
Esto podría traducirse en un transvase de votos hacia formaciones
políticas cercanas ideológicamente: UPyD, VOX o el mismo PSOE.
En lo que respecta al ánimo del electorado para castigar o corregir las
políticas del gobierno podríamos encontrar un buen listado de
motivaciones. A los votantes del PP puede que no les hayan gustado los
incumplimientos electorales (subida de impuestos, recortes en pensiones,
sanidad y educación, apoyo con dinero público a los bancos), o que
simplemente no estén a gusto con el rumbo de sus políticas en lo que
queda de legislatura.
Como señalaba más arriba,
existe una alta correlación entre el voto en las elecciones generales y
las subsiguientes elecciones europeas, por lo que es muy probable que el
PP retenga una parte significativa de sus apoyos. Para ilustrar esta
relación he preparado un gráfico con el porcentaje de votos al partido
que ganó el gobierno en 2008 (PSOE) y el porcentaje de voto que este
partido consiguió 15 meses después para el Parlamento Europeo (Gráfico
1). Como se pude apreciar, la relación es muy fuerte. Los datos
provienen de la base de Resultados Electorales del Ministerio del
Interior y están agregados a nivel municipal.
Gráfico 1. Relación entre voto al gobierno (PSOE) en las europeas (junio 2009) y en las generales (marzo 2008)
Pero como también apuntaba anteriormente, el gobierno suele perder más
apoyos que sus competidores (sobre todo si son partidos grandes). Con
los mismos datos, he preparado dos gráficos más en donde se muestra la
relación entre la pérdida de votos del partido de gobierno (Gráfico 2) y
del principal partido de la oposición (Gráfico 3) en las europeas en
función del apoyo anteriormente recibido en las elecciones generales. La
línea roja marca como referencia el 0, es decir, cuando un partido
obtiene prácticamente la misma cantidad de votos en ambas elecciones.
Aquellos puntos que quedan por arriba de esta línea indican los
municipios en donde se votó en las europeas al partido en cuestión en un
porcentaje mayor que en las generales, mientras que los que quedan por
debajo apuntan una pérdida de apoyos electorales en la cita con las
urnas europeas. Si comparamos ambos gráficos (el primero para el PSOE y
el segundo para el PP) vemos que el desgaste fue más acusado para el
gobierno de entonces, incluso en aquellos municipios en donde el PSOE
había cosechado un porcentaje bastante alto de votos en las generales.
Gráfico 2. Relación entre pérdida de votos del gobierno y votos en las generales
Gráfico 3. Relación entre pérdida de votos del ppal. partido de la oposción y votos en las generales
Si a le esto sumamos que las elecciones pillan a la candidatura de
Arias Cañete prácticamente a mitad de la legislatura de los populares,
así como que la posible baja participación venga provocada por el
desgaste del bipartidismo, el panorama del partido del gobierno para las
europeas resulta muy sombrío. Por eso, dadas las regularidades
empíricas analizadas y la delicada situación del PP en las encuestas, no
es de extrañar que Rajoy quiera pasar de puntillas por los comicios
europeos, retrasando el nombramiento del cabeza de lista o haciendo una
campaña de perfil bajo. Pero aunque siga la estrategia de la avestruz,
nada parece indicar que el PP vaya a ser capaz de evitar un batacazo made in Europe.
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