Los “Círculos” de Podemos. Condición necesaria, pero no suficiente
17. febrero 2014
A mi juicio hay que dejar claro desde un principio y fuera de
discusión, que la creación de Círculos para la discusión, compuestos por
los ciudadanos que voluntariamente quieran asistir y participar en cada
barrio o pueblo, es fundamental, insustituible, para lograr la fuerza
política necesaria con el objeto de frenar en primer lugar el esquilmo al que nos tiene sometido el gobierno del PP a las ordenes de la Troica, y en segundo lugar, para buscar la solución alternativa a tal esquilmo.
Por tanto, desde este punto de vista nada tengo que alegar en contra de la creación de esos Círculos propuestos por PODEMOS.
Ahora bien. Sería de ingenuos hacerse a la idea que la creación de
esos Círculos, participación de ciudadanos y aprobación por todos de los
asuntos concretos de que se traten traerán por sí mismo y de forma
mecánica, la solución a nuestros problemas.
Y esta es la primera advertencia que querría hacer llegar a PODEMOS, y
en consecuencia, a todos los que tengan previsto darle su voto, porque
si se llegara a esperar esto de esos Círculos, el fracaso lo tenemos
asegurado.
Hay que dejar meridianamente claro y asentado, que si el pueblo tiene
necesariamente que participar en la discusión de todo aquello que le
afecte y contribuya a mejorar sus condiciones de vida aquí y ahora, la
existencia de los Círculos propuestos por PODEMOS es fundamental, y que
en torno a ellos o desde ellos, constituyen el centro y punto de
referencia alrededor del cual gire todo lo demás.
Hay que tener presente, que algunas cuestiones de las que deban ser
tratadas, discutidas y acordadas en los Círculos, siendo insoslayables e
inaplazables en el tiempo su tratamiento y discusión (como podrían ser
impedir un desahucio, evitar el cierre de un centro médico,
paralizar una determinada obra, promover que los responsables de una
decisión política perjudicial para el pueblo sean llevados a los
tribunales, o intentar ganar unas elecciones, por ejemplo), no afectan
necesariamente al meollo de la raíz en la que se originan los problemas,
que son las relaciones de producción capitalistas, lo que nos lleva a
considerar que sin descuidar ni abandonar en absoluto dar respuesta a
los problemas más inmediatos y acuciantes, no se puede olvidar el
contexto donde estos se producen y saltan a la vista.
Es imprescindible y urgente que este contexto sea conocido radical y
claramente por todas y cada una de las personas, intervengan o no en los
Círculos, porque de su conocimiento se desprenderá sin que nadie de
fuera venga a decírnoslo, si una determinada cuestión que
inexcusablemente ha de ser tratada en los Círculos, responde a la
exclusiva necesidad de resolver un problema sin que el origen del mismo
se vea afectado, y por lo tanto, habrá que tener en cuenta
que se volverá a repetir en un periodo de tiempo más o menos largo, o
si por contra, a la vez que se soluciona se erradica en todo o en parte
la raíz de donde parte.
El punto de referencia que ha de marcar si una acción concreta tiene
como único fin la resolución de un problema, o si además de ello, al
tiempo que se resuelve incide en la raíz del mismo para evitar que se
vuelva a reproducir, lo constituye el conocimiento de la esencia del
funcionamiento del sistema capitalista, a partir de la fórmula
establecida por Marx: D – M … P … M´- D´, que escrita así podría parecer
que se trata de un enigma indescifrable para todo aquel que no sea un
docto en economía, pero que debidamente explicada en unos cuantos minutos sobre una pizarra, resulta comprensible para todo aquel que sepa sumar, restar, multiplicar y dividir.
Y esta explicación del funcionamiento del sistema capitalista,
explica además el por qué se producen sus crisis de forma objetiva
(sumando, restando y dividiendo números en su forma más elemental) y por
tanto, sin ninguna necesidad de recurrir a palabras vacías de orden
cuasi metafísico, tales como “avaricia” de algunos capitalistas,
“inmoralidad” de algunos administradores del capital, “burbuja”,
“confianza”, etc., y que en modo alguno resulta incompatible con
cualquier asunto que pueda ser tratado en los Círculos, sino
complementario o referente. Y de esta explicación previa es de lo que
carece el planteamiento que hace PODEMOS de los Círculos, y en
consecuencia, es de lo que habría que dotarlos.
Hasta aquí me he referido a PODEMOS, pero a mi juicio y por las
mismas razones, podría ser aplicado a la campaña lanzada por IU para la “Revolución Democrática y Social”,
al igual que a cualquier otro partido u organización social o sindical
que propugne la necesidad de la unidad de acción del pueblo como fuerza
política a utilizar en su favor.
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