(Que penita de hijo y que martirio de hombre: Mariano Rajoy es sosetín hasta en sus momentos de euforia. ¿Que expresión pondrá el león de la Moncloa haciendo el amor o cagando? Sólo como ejemplo, que tampoco yo quiero hacer sangre)
Era de esperar que la selección española sin la delincuencial correspondiente en el palco de autoridades dándoles oé, oé, oé, oé a los súbditos españoles en pantalón corto que capitanea el Duque Del Bosque acabaran en las botas de la selección de Lua, tal que las hijas de Elena, que como se sabe eran tres, dos por parte de Fred y uno por parte de Neymar, que para mas INRI y cachondeo circunstancial, se va a liar a patadas contra el Real Madrid para defender el pabellón del simbolismo de más que un club que es el Futbol Club Barcelona, donde anida el padre de Messi defraudando a la Hacienda pública, y por tanto, quitándole recursos a la sanidad pública, lo que imposibilita que esta le pueda pegar neuronas a los que son cortitos de estatura para convertirlos en personas de regular estatura para que se vuelvan locas metiendo goles como hace el susodicho Messi, que de no haber sido por los cajones de neuronas de crecimiento y potajes de garbanzos que le pago el Barcelona Futbol Club para darle en estatura lo que Dios le negaba, de qué va a meter el Messi tanto goles, ¡amos, anda, de qué!
Sin el Rey en el palco dando cabezazos de sueño a ritmo de peteneras con aires de maracuyá brasileira a la pata coja; sin el presidente del gobierno abobao con la lengua fuera; sin el príncipe con su bufandilla de forofo señalándole a la princesa que el césped no es para revolcarse, sino para el tiqui taca de la balompédica, y sin la previsión de que la reina entraría en el vestuario al final del partido para compartir las intimidades de los futbolistas medio en porretas voceando ¡camarero una me mero!. Ya digo, en estas condiciones no hay selección que gane.
O sea, que es que incluso ni yo solo hubiera podido ganarle a los brasileños, y cuidadín, cuidadín, que cuando me pongo a esto del gol me entra una mala leche que ni les cuento, porque yo a las buenas soy muy bueno, pero en esto de medio desnudo y dándole a lo del gol para que el cabrón de Rajoy no me quite más pensión me sofoco, y más vale no llevarme la contraria que me entra un come come por dentro que se la lío a mi padre si hace falta.
Sin el Rey en el palco dando cabezazos de sueño a ritmo de peteneras con aires de maracuyá brasileira a la pata coja; sin el presidente del gobierno abobao con la lengua fuera; sin el príncipe con su bufandilla de forofo señalándole a la princesa que el césped no es para revolcarse, sino para el tiqui taca de la balompédica, y sin la previsión de que la reina entraría en el vestuario al final del partido para compartir las intimidades de los futbolistas medio en porretas voceando ¡camarero una me mero!. Ya digo, en estas condiciones no hay selección que gane.
O sea, que es que incluso ni yo solo hubiera podido ganarle a los brasileños, y cuidadín, cuidadín, que cuando me pongo a esto del gol me entra una mala leche que ni les cuento, porque yo a las buenas soy muy bueno, pero en esto de medio desnudo y dándole a lo del gol para que el cabrón de Rajoy no me quite más pensión me sofoco, y más vale no llevarme la contraria que me entra un come come por dentro que se la lío a mi padre si hace falta.
Y, ahora qué, zagalones. Pues eso digo yo, que ahora qué. Pues el qué, es que Mariano Rajoy no ha podido traducir a hecho político la victoria de la selección española y no nos ha podido dar una alegría para este cuerpo serrano, ay, que penita y que dolor, y al no habernos podido contentar con las euforias patrias de pelotón, tampoco nos tiene tiernitos del todo para podérnosla meter doblada un poquito más y robarnos algo más de las pensiones, por lo que los mercados financieros a lo mejor se le incomodan, porque los mercados son muy sensibles para estas cosas y necesitan mucha tranquilidad de espíritu para invertir con todas las garantías el dinero robado honradamente por el encarcelado Bárcenas, o los cuatro millones distraídos de Messi a la Hacienda pública.
A lo que iba, que si no luego se me olvida. Que lo más mejor de todo es que Rajoy dimita por embustero y por ladrón amigotado de Bárcenas, que quieras que no siempre repercutirá en el buen juego de la selección española y la selección es la selección, que no me quiero meter en política yo.
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