(Plato de insectos como mierda alimenticia que la FAO nos quiere endosar. ¿No es mejor y más justo y necesario que se lo coman ellos?)
En un reciente informe de la FAO aparecido hace escasos días titulado “Insectos comestibles: perspectivas de futuro para la seguridad alimenticia y alimentación para el ganado”, dice que hay cantidubidubidá de insectos que son tetica monja o manjar de dioses que ofrecen un sin número de posibilidades como fuente de ingresos para las economías familiares, donde yo veo pintiparada, entre otras ilustres familias, a la del yerno del Rey, el Urdangarín, que como es un inútil y ni siquiera vale para robar con todo dispuesto para el robo y se ha quedado sin trabajo, pues que me lo veo criando moscas entre los contendores de basuras del Mercadona que es un primor y vendiéndolas por los pasillos del Palacio de Oriente en la recepciones oficiales de alto copete, donde quieras que no se sacará sus buenos cuartos, que no es una tontada 60 céntimos cartucho moscas de tres cuartos de kilo, a lo que hay que sumar lo que se saque la desimputada de su mujer en el friegue de escaleras en patios de casa de peones de albañiles jubilados. Suma total que no es moco de pavo para pasar realmente el mes.
También hace referencia el mencionado Informe a las amplias posibilidades que tiene el mosquito y demás compadres para ser transformados industrialmente en alimentos de mire usted que bien, que es cuando a mi me entra el jamacuco de la fe del carbonero y tal que raudo y veloz dardo, lanzo a cielo abierto mis plegarias, a cada cual más apañadita que la anterior, para que en ruego cansino y sordo pedir al Padre Nuestro que está en los cielos, que no se haga mi voluntada, sino la suya, porque es que como se haga mi voluntad la vamos a enmerdar y nos van a salir unos panes como Ostias y no es eso. No es eso tampoco, que no es eso, que hay que apaciguarse y templada, piadosa y amorosamente, pedir porque los mosquitos industrializados que son gloria bendita vengan a sustituir las salchichas de Calatayud que tanto le gustan al Rey, y el jamón pata negra Jabugo o más que se zampa Mariano Rajoy en sus vuelos de sano asueto, que al fin y al cabo es una cochinada, porque el jamón no es en suma más que un trozo de cochino cortado muy finamente, le sea sustituido por el rico entramado de patas de libélulas pardas al salto sobre sartén rusiente salteadas con abdómenes de avispas distraídas, y a Sus Señorías (que ninguna mía y ni falta que me hacen) le sean proveídos como base alimenticia de un día sí y otro también, los famosos cucuruchos de tela de araña difusa con cagajones de borrico viejo al aroma horneado de según van saliendo, como forma de potenciar tan saludable dieta alimenticia, porque lo que yo vengo a decir, es que ya vale la anguila y bien está que nos insulten y nos tomen el pelo, pero también le podían tomar el pelo de vez en cuando a su puta madre, ¿a que sí? Pues, eso.
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