lunes, 13 de diciembre de 2010

¡SALVE, MARIANO! LOS QUE TE VAMOS A SUFRIR TE SALUDAMOS

(César Mariano relizando las prácticas preceptivas del cursillo acelerado del Inem antes de tomar la vara de mando del Imperio)


Video de la faena que realizó el diestro Mariano Rajoy, "El Niño del Imperio", en la castiza Plaza del Congreso de los Diputados, donde lidió al miurilla Corredor seulino de la famosa ganadería Mireustedpordonde, al que después de revolcar por el centro de la plaza entre los aplausos de la afición, cortó orejas, rabo y demás talantes.


A Zapatero en el Imperio Monclaviatum-tum le quedan cuatro telediarios. Hasta las próximas elecciones generales que por desgracia (aunque merecidamente, porque total, la política es de los politicos, asi que se jodan y vivan a mi costa) para los que vivimos de nuestro trabajo ganará el César del PP Mariano Rajoy. ¡Salve, César Mariano!

Hace casi treinta años Felipe González con sus políticas no socialistas nos metió en Málaga, donde nos ha mantenido Zapatero, hasta que dentro de unos meses Mariano Rajoy, que tampoco es socialista, nos meta en malagón.
No sé si alguna vez he dicho que Mariano Rajoy no es santo de mi devoción. Si no lo he dicho lo digo ahora. No es santo de mi devoción, y no se me enfade nadie por esta aseveración, porque la tengo muy bien fundamentada: Mariano Rajoy no es santo.

A Mariano Rajoy yo le tengo por enemigo, igual que a Zapatero. Enemigo de esos de matar ni me mortificarlos, o de echarles a los militares encima para que le obliguen a trabajar para mi, no.
Enemigos porque cada cosa que a ellos les beneficia para mantener o conseguir el poder a mi me perjudica, y enemigos, porque a cada cosa que ellos proponen para el bien social la practica demuestra que no lo es.

Enemigos, porque tomándome ellos por tonto entontecido (cosa que no soy. Yo soy solo tonto) no se cansan de decirme simplezas, de hacerme comulgar con ruedas de molino y, en suma, de faltarme el respeto, que es cuando yo me encabrito y de vez en cuando se me escapa y les digo que me tienen hasta la mismísima cosa testicular, que en el lenguaje llano de mi pueblo viene a llamarse cojones, chispa más o menos.

Los halagos cuando vienen de las propias filas casi no son halagos, porque podrían no estar exentos de servilismo (caso de los aplausos que recibe Rajoy en el Congreso de los suyos, o cuando pasa lo mismo por parte de Zapatero. Los halagos buenos, los macizos, son los que llegan del campo enemigo, porque darle la razón al enemigo ya es duro de cojones, que es mi caso ahora con el futuro César Rajoy.

Tontadas, gansadas, payasadas, simplezas, sosadas e idiotices, sin faltar en más de una orquestada ocasión de acusaciones gravísimas contra el propio Zapatero le son conocidas a maese Rajoy, y como este es de derechas, después de decirle a Zapatero que a partir un piñón con él y a lo que sea de menester para hacer que el capital obtenga más beneficios a costa del trabajador (los controladores son un caso particular), cualquiera que sea su calificación y sueldo, pero bien llegado para el capital, que en definitiva es lo que defienden tanto Zapatero como Rajoy, ambos, junto a la derecha camuflada del Congreso el día 9 de diciembre de Cataluña, País Vasco y Canarias, dicen que guay a la militarización de los controladores aéreos, eso sí, sin que sepamos todavía a ciencia cierta que es o que pasa con los controladores.

Sabemos, que no he dicho yo que no se haya hablado de los controladores, lo que dicen determinados medíos de comunicación, y lo que dice el gobierno y lo que dicen quienes no tienen información directa de los controladores pero dan por bueno y sin rechistar lo dicho por los medíos de comunicación y el gobierno, y los que se mofan directamente de los controladores por el simple hecho de haber sido militarizados.

Sin embargo, los que no han hablado en realidad, o yo al menos no lo he escuchado, son los que primero deberían haber hablado, que son los propios controladores. Y por si éramos pocos, va la abuela ahora y se pone a parir y nos pare unos militares, que no es que sustituyan con la declaración del Estado de Alarma a los controladores haciendo el trabajo material que ellos hacían, como yo inocente de mí pensé en un primer momento, sino que los militares se ponen a vigilar a los controladores para que estos bajo vigilancia marcial hagan lo que normalmente venían haciendo: controlar el tráfico aéreo. Y ahora si que sí. Ahora que quizás sería cuando mas información de primera mano nos podría interesar a la mayoría de la sociedad, resulta que los controladores no pueden decir ni Mús., porque estando militarizados si hablas te pasa que mira que te endiño con el mango el almirez.

No digo tampoco que no estemos en una democracia, ¡Dios y el Ángel Gabriel que es más bueno que el pan me libren de meterme en política, que es cosa de banqueros!, siendo además que son los hechos los que mejor y más claro hablan, lo que digo es que en democracia prima la palabra y hay un sector de trabajadores, los controladores aéreos, que no pueden hablar por estar militarizados, que es lo que ha aprobado el Congreso de los Diputados, que tampoco quiero decir con esto que el Congreso no me represente, sino que lo que legisla el Congreso van contra los intereses de los trabajadores. A favor de los intereses del capital sí, que el Congreso representa la voluntad popular, lo que yo queria decir que no me salía es que el Congreso no defiende los intereses de los trabajadores y yo soy un trabajador. Muy privilegiado por cierto: tengo trabajo.

Por ser trabajador le temo más a Mariano Rajoy que a una vara verde, y mucho más después de ver el pedazo de discurso que se cascó en el Congreso de los Diputados, como ha podido ser visto en el video de arriba, el mejor sin duda de toda la carrera política o lo que sea de Rajoy, con el consiguiente revolcón político a Zapatero de cara a la galería, que a mi juicio constituyó la gotita de agua que le lleve a la Moncloa, por desgracia para nosotros los trabajadores si no hacemos algo para evitarlo.

¡Salve, César Mariano! Más acuérdate de mi cuando estés sentado a la derecha del reino de la Moncloa, y no me tengas en cuenta todo lo que acabo de decir que ha sido un lapsus, hombre. No sé como decirte… Un mal patinazo neuronal de la única neurona que tengo que no deja de joderme los sesos. No Amén.
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