lunes, 27 de diciembre de 2010

EL REY QUE ES LA TIRA DE CAMPECHANO CON LA BANCA AMIGA Y CONTRA LOS TRABAJADORES POR UNA ESPAÑA CADA VEZ MAS DESIGUAL E INJUSTA ¡biba el Guey!

(El Rey y compaña dando ejemplar gesto evangélico y patrio de que no se puede vivir por encima de las posibilidades de cada uno como hacen los pecadores de los ocho milllones de pobres que hay en España. ¡Biba la roijilla campeona del mundo!)
Las hijas de Elena era tres y en eso bien poco podemos hacer, maños míos. Las ficciones literarias son así, intocables.
Lo que no tiene nada de ficción son los 65.000.000.000 de euros (como lo lee: sesenta y cinco mil millones de euros) que los trabajadores hemos ido ahorrando mes a mes con los decuentos de la nómina que constituyen el Fondo de Reserva para nuestras pensiones, a lo que llama el Rey que se haga piña con él para quitarnos ese dinero y metérselo en los bolsillos a los bancos, que en eso consiste la reforma de las pensiones que ha iniciado Zapatero y que como no lo evitemos continuará haciendo Rajoy cuando se deje caer por la Moncloa.
Los pobrecitos de los bancos a los que tan bien sirven Corona de España, Zapatero ahora, y cuando toque Rajoy, pierden dinero con sus fondos de pensiones PRIVADAS y pretenden solventar ese fiasco a costa de las costillas de los trabajadores.
Sin duda el valor patrimonial de la banca, más que el patrio, llevan a la tripleta atacante o hijos de Eleno: Casa real Española, PSOE y PP a cerrar filas, formando piña, como ha reclamado el Rey en su discurso navideño, contra los trabajadores y contra el bienestar general de los españoles y demás trabajadores extranjeros asentados en España.
Si fuéramos los trabajadores, que a fin de cuentas somos la inmensa mayoría de la sociedad, tal que tontos del culo, o en su defecto, acorchados total de sesos, en las próximas elecciones nos tendrçiamos que acelerar para meter el voto en la urna del PSOE o del PP, pero en caso contrario, sin llegar a rozar el totum totum de la listeza, con tan sólo con no ver clara la situación nos tendriamos que empezar a plantear sin furrufalla de palabras, que quienes nos han llevado a esta situación no pueden hacer más que llevarnos a otra peor, como se está viendo ya, y en consecuencia, si bien contra las hijas de Elena, pobrecillas, no podemos hacer nada por ser ficción literaria, contra los hijos de Eleno sí que podemos hacer, porque en ello además del presente, que bien malito está siendo, nos estamos jugando el futuro, el propio y el de nuestros hijos que bien negro nos lo tienen pintados los hijos de Eleno.
A ver, pues, maños míos, el qué del qué.
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