martes, 14 de septiembre de 2010

RESPUESTA A UNA CRITICA

COJONES, COJONES, COJONES, COJONES, COJONES…, COJONES elevado a la enésima potencia +1.
Tengo un crítico, o crítica, que debe ser muy valiente o valienta, pero que no da su nombre. Es posible que no tenga nombre, es posible.
No obstante y viéndome obligado por esa circunstancia del anonimato a la que él o ella me somete (lo cobarditas son así, que sueltan el bolígrafo y esconden la mano), es por lo que yo para entenderme cada vez que pienso en él o ella mentalmente le llamo hijoputa (menos ahora que lo escribo).
Qué se le va a hacer si la vida es así. Podría ser de otra manera, pero de momento es lo que hay.
Este crítico mío, o crítica, por que vayan ustedes a saber que será este sujeto o sujeta, me viene a decir que escribo muy mal, y eso sí que no, eso no se lo puedo pasar pora alto, porque yo otra cosa no, pero escribir cojones lo escribo la mar de bien, con todas las letras, vean: CO-JO-NES. Bien escrito, con dos cojones.
Pues le molesta a este crítico o crítica que yo diga cojones. ¡Pero Cristo bendito mío y sólo mío de la quinta caída, si escribo tan bien COJONES! No hay derecho a que se me diga que no escribo bien. Eso es una injusticia, ¡COJONES!
*+

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