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La riqueza no es el dinero (a ver cuando coño los que se apellidan de izquierdas nos van a empezar a explicar esto para que podamos empezar a poner los puntitos sobre las ies y caminemos de la metafísica que tan bien le va al gran capital hacia la realidad que tanto nos favorecería), pero como lo que sigue es una broma, y un día es un día, no nos pondremos quisquillitas y daremos por bueno (lo que no es) que la riqueza es el dinero.
Nada de reformar el Código Penal que es un coñazo y una cosa muy seria y aquí estamos de broma. Nada de poner a los políticos del Congreso a la cosa esa que deben y que no hacen ni han hecho de ponerlos ahora a que hagan leyes justas para el pueblo que es el que los mantiene y a quien más quien menos enriquece. Nada.
Aquí a la broma que es en lo que estamos: al decreto que voy a dar yo en la puerta de mi casa en mi pueblo, a moco tendido, y en plan televisivo como los mundiales de futbol para que se entere hasta Cristo bendito, para evitar que nadie me venga diciendo luego:”Manolo es que yo no me enteré, que es que yo no sabía nada” (¡Cómo que tú no te enteraste, cómo que tú no sabias nada! ¡Haberte enterado, mal hijo de tu patria!, diré yo puesto en mi sitio, o sea, de muy mala leche, que yo cuando me pongo, me pongo. Lo tengo previsto todo).
El decreto que tendrá por nombre la Nueva Coloración del Dinero será conocido por la historia como el decreto Uno barra Uno sin contra barra Uno que lo pueda anular, más barra Uno, por si acaso, cuyo tenor, salvo error ú omisión en la transcripción, será del siguiente tenor y Ave María Purísima (ustedes ahora deben decirse así mismos: Sin pecado concebida, y a ver cuando dices de una puta vez ese decreto):
“Articulo Uno de Uno: En España no hay mas dinero y así será reconocido, sin rampa ni cartón, que el que figure nominalmente en las cuentas bancarias de cada cual, cuyo dinero puede ser visto materialmente por el interesado, sea o no titular de cuenta, en sus correspondiente entidades bancarias.
“Articulo Uno de Uno: Dichos dineros sin excepción alguna serán tintados de forma tal que puedan ser diferenciados a veinte años luz de cualquier otro dinero que en el momento de entrada en vigor del presente decreto (¡ya’antrao en vigor, ya’antrao!), que por h o por b esté en cualquier paraíso fiscal o bajo baldosa de alguna cocina, sea de gas, leña o cualquier otra forma de combustible.
Entendiéndose y haciéndose entender, que no se reconoce más dinero en todo el Estado Español y parte del extranjero que interese al caso, que los dineros coloreados ya mencionados anteriormente, por obra y gracia, y por ello, quedan convertidos en agua de borrajas los dineros sacados de España o resguardados del fisco de la susodicha España.
*+
Nada de reformar el Código Penal que es un coñazo y una cosa muy seria y aquí estamos de broma. Nada de poner a los políticos del Congreso a la cosa esa que deben y que no hacen ni han hecho de ponerlos ahora a que hagan leyes justas para el pueblo que es el que los mantiene y a quien más quien menos enriquece. Nada.
Aquí a la broma que es en lo que estamos: al decreto que voy a dar yo en la puerta de mi casa en mi pueblo, a moco tendido, y en plan televisivo como los mundiales de futbol para que se entere hasta Cristo bendito, para evitar que nadie me venga diciendo luego:”Manolo es que yo no me enteré, que es que yo no sabía nada” (¡Cómo que tú no te enteraste, cómo que tú no sabias nada! ¡Haberte enterado, mal hijo de tu patria!, diré yo puesto en mi sitio, o sea, de muy mala leche, que yo cuando me pongo, me pongo. Lo tengo previsto todo).
El decreto que tendrá por nombre la Nueva Coloración del Dinero será conocido por la historia como el decreto Uno barra Uno sin contra barra Uno que lo pueda anular, más barra Uno, por si acaso, cuyo tenor, salvo error ú omisión en la transcripción, será del siguiente tenor y Ave María Purísima (ustedes ahora deben decirse así mismos: Sin pecado concebida, y a ver cuando dices de una puta vez ese decreto):
“Articulo Uno de Uno: En España no hay mas dinero y así será reconocido, sin rampa ni cartón, que el que figure nominalmente en las cuentas bancarias de cada cual, cuyo dinero puede ser visto materialmente por el interesado, sea o no titular de cuenta, en sus correspondiente entidades bancarias.
“Articulo Uno de Uno: Dichos dineros sin excepción alguna serán tintados de forma tal que puedan ser diferenciados a veinte años luz de cualquier otro dinero que en el momento de entrada en vigor del presente decreto (¡ya’antrao en vigor, ya’antrao!), que por h o por b esté en cualquier paraíso fiscal o bajo baldosa de alguna cocina, sea de gas, leña o cualquier otra forma de combustible.
Entendiéndose y haciéndose entender, que no se reconoce más dinero en todo el Estado Español y parte del extranjero que interese al caso, que los dineros coloreados ya mencionados anteriormente, por obra y gracia, y por ello, quedan convertidos en agua de borrajas los dineros sacados de España o resguardados del fisco de la susodicha España.
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