viernes, 18 de junio de 2010

DIME CON QUIEN TE ACUESTAS Y TE DIRE QUIEN ERES

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(Ahí los tienen -ni un voto a ninguno de ellos-, gilipolleando con la camiseta de la Seleccion. La situacion actual no la va a arreglar ninguno de estos dos selec-buenos españoles, pero la Seleccion Española tampoco. Y es que Zapatero, bajo mano, el muy cuco, para que no cobren los 600.000 euros por futbolero, le a aplicado un recorte de goles a la dicha Selección)


Para Aznar los hechos no cuentan (y lo malo es que tampoco van a contar para los trabajadores que voten al PP en las próximas elecciones. Salvo que los sindicatos no se dediquen a marchas forzadas para dar explicaciones a la sociedad de la situación real por la que atravesamos –gracias a las política made in Aznar que se viene aplicando-).
No cuenta para Aznar (y no cuenta porque distorsiona la realidad) que su época de bonanza económica” se debió, como señala Mota en su artículo a “las tasas de crecimiento (2) de la economía española en este periodo se explican por los efectos de un apolítica monetaria (decidida por el Banco Central Europeo) excesivamente relajada en relación con la elevada inflación española. Resultado: tipos de interés relativamente negativos, estímulo masivo de las operaciones especulativas, una burbuja inmobiliaria progresiva que los equipos económicos de Aznar se negaron a controlar, alicatado total de las costas, corrupción municipal y cientos de miles de empleos precarios.”
Afirma Mota que “cualquier cosa que haya estropeada Zapatero con su indecisión pueden arruinarla del todo Aznar, Rajoy y Montoro con sus recetillas caseras.”
Son hechos contrastables, y no opinión de Moto o mía, que los gobiernos de Aznar en materia económica “ni liberalizaron mercados, ni cambiaron las condiciones laborales, ni se atrevieron con una Ley de Cajas, ni racionalizaron la Administración Pública.” “Eso sí –continua diciendo Mota- , privatizaron empresas públicas cuyas presidencias entregaron después de la privatización a empresarios y políticos afines.”
La crítica que razonadamente le hace el periodista Jesús Mota a los gobiernos de Aznar para desmitificar “sus milagros económicos”, y por extensión a Rajoy, encarnación del PP, la basa, y sigue siendo hecho contrastable, en que cuando subió al poder Aznar la tasa de crecimiento fue del 2,4 por ciento. Pero no obstante, esa misma crítica tiene que ir mucho más allá (que no va); tiene que trascender radicalmente a nombre propios como Aznar o a cualquier otro.
Si fuéramos capaces de desproveer de simpleza a Aznar y de demagogia y simpleza a Rajoy y todo el PP, veríamos que lo que hace Zapatero en relación con lo que ha hecho el PP y con lo que prevé hacer si llega al poder, en el fondo no dieren en nada. Por tanto, lo que hay que criticar es a esto que llaman liberalismo que no es sino el capitalismo con traje nuevo.
Hay un dato que se obvia con absoluta facilidad, y por obviarlo no se repara en la importancia fundamental que tiene para explicar la situación real por la que atravesamos en todo el mundo capitalista y no sólo en España (Zapatero no gobierna en Grecia, ni en Francia, ni en Rumania, ni en USA…) y a la vez, por lo menos, para intuir por donde tienen que ir los caminos para salir de esta situación que padecemos (y que padeceremos más de seguir por el camino que vamos con los recortes salariales y disminución de derechos sociales).
El dato que pasa desapercibido, y al que me acabo de referir, lo menciona también Mota en su artículo, y es, que a pesar de haber concluido la recesión económica en 1.993 el paro no disminuyó. Efectivamente.
Para aclarar este punto del por qué cuando hay crecimiento económico no hay necesariamente disminución del paro, puede verse mi artículo.(3) publicado en este mismo Blog el día 14 de este mismo mes.
*+
(2) El crecimiento económico, unidad “divina” de la medición capitalista, tiene que ser una de las primeras cosas que cuestionemos, pues ella no lleva necesaria y obligatoriamente en sí misma un desarrollo económico (que es cosa distinta), ni una mejora social generalizada, ni una más amplia y mejor libertad para todos, ni un desarrollo de las instituciones democráticas. El desarrollo económico sí.
(3) Para explicar la crisis del capitalismo y actuar contra ella (1)

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