(7 de la mañana madrileña. En primer plano el chupete del Nacho ¿Que estuvo haciendo el Nacho en la alevosa y oscura noche madrileña?)
Pasa en las mejores familias, lo reconoce Alfonso Guerra, que es muy gracioso. Alfonso Guerra se enchispa o enzurrapa, y el maestro José María Aznar también.
Lo que pasa es que Alfonso Guerra primero le da al palique, y después, lo ha dicho él, de cabeza al barril de vino, y así el personal cree que Alfonso Guerra de borracho nada de nada. Y esto está muy bien pensado, porque si la política consiste en el engaño, pues se engaña y a otra cosa mariposa.
Aznar es más zafio, como se ha hecho rico galopante se cree cerca de Dios, pero por hacerle un favor a Dios, no por otra cosa, y por eso se emborracha y se pone a decir en televisión que se emborracha por que le da la gana y a ver por qué él, Dios mismo cuando le entra la turuntela, tiene que hacer caso a las señales de tráfico, pero claro, luego pasa lo que pasa.
Primero, que me pongo como el Pipo contra él por los argumentos que me da, y segundo, esto ya es de mas calado político, sus hijos políticos en plan zángano, tomándolo como ejemplo, van, se empipan, se vuelven tarumbas al volante, se les cruza la vista, porque el vino tiene eso, que es de un cruzado óptico despampanante, volantazo a un lado, volantazo al otro, catapún, pin, pan, a tomar por el culo el coche, destrozo al canto, que es lo que le ha pasado al Jefe de las Juventudes del PP (joder como empinan el codo estos jóvenes), Nacho Uriarte, diputado del PP en el Congreso, Vocal en la Comisión no permanente de Seguridad Vial y Prevención de Accidentes, a las 7 de la mañana, hora nacional, las 7, porque los del PP de local nada, todo por lo nacional, conducía (es un decir) el coche de un amigo, porque este amigo del Nacho había bebido de tal modo que no conocía ni a su padre que se le cruzara (¡Ave María, ruega por estos jóvenes del PP, Ave maría, que no se te olvide, Ave María, ruega por ellos) y el Nacho, que debía ser el mas sano en lo tocante al bebercio, una ese que hace y luego una contra ese para no estamparse contra la pared. Frena un poco, pero no frena…, curva este lado seguida de una contra curva para no salirse de la calle…
¡Nacho, Nacho, por Aznar y los Santos Apóstoles Zaplana y Abel en levitación nacional simultánea, que viene un coche retrocediendo…!
De coche retrocediendo nada de nada. No hagan caso. Era un coche que estaba parado en un semáforo, al que el Nacho, zurrupeto perdido que iba, le embistió por detrás jodiéndole la trasera.
Eso, sí, hay que hacerlo constar, los abogados del Nacho lo han defendido la mar de bien, por eso de que todos somos iguales ante la ley, han logrado del juzgado que no juzgue el acto criminal del Nacho un Jurado Popular, porque lo más seguro es que lo habrían cargado de grilletes y lo habría enviado a una ONG a purgar sus culpas.
Menos mal. Menos mal que el Nacho no era un fontanero del montón que iba a sus pegotillos, porque de haberlo sido, el Jurado Popular de justicia rápida se lo habría comido vivo.
*+
Pasa en las mejores familias, lo reconoce Alfonso Guerra, que es muy gracioso. Alfonso Guerra se enchispa o enzurrapa, y el maestro José María Aznar también.
Lo que pasa es que Alfonso Guerra primero le da al palique, y después, lo ha dicho él, de cabeza al barril de vino, y así el personal cree que Alfonso Guerra de borracho nada de nada. Y esto está muy bien pensado, porque si la política consiste en el engaño, pues se engaña y a otra cosa mariposa.
Aznar es más zafio, como se ha hecho rico galopante se cree cerca de Dios, pero por hacerle un favor a Dios, no por otra cosa, y por eso se emborracha y se pone a decir en televisión que se emborracha por que le da la gana y a ver por qué él, Dios mismo cuando le entra la turuntela, tiene que hacer caso a las señales de tráfico, pero claro, luego pasa lo que pasa.
Primero, que me pongo como el Pipo contra él por los argumentos que me da, y segundo, esto ya es de mas calado político, sus hijos políticos en plan zángano, tomándolo como ejemplo, van, se empipan, se vuelven tarumbas al volante, se les cruza la vista, porque el vino tiene eso, que es de un cruzado óptico despampanante, volantazo a un lado, volantazo al otro, catapún, pin, pan, a tomar por el culo el coche, destrozo al canto, que es lo que le ha pasado al Jefe de las Juventudes del PP (joder como empinan el codo estos jóvenes), Nacho Uriarte, diputado del PP en el Congreso, Vocal en la Comisión no permanente de Seguridad Vial y Prevención de Accidentes, a las 7 de la mañana, hora nacional, las 7, porque los del PP de local nada, todo por lo nacional, conducía (es un decir) el coche de un amigo, porque este amigo del Nacho había bebido de tal modo que no conocía ni a su padre que se le cruzara (¡Ave María, ruega por estos jóvenes del PP, Ave maría, que no se te olvide, Ave María, ruega por ellos) y el Nacho, que debía ser el mas sano en lo tocante al bebercio, una ese que hace y luego una contra ese para no estamparse contra la pared. Frena un poco, pero no frena…, curva este lado seguida de una contra curva para no salirse de la calle…
¡Nacho, Nacho, por Aznar y los Santos Apóstoles Zaplana y Abel en levitación nacional simultánea, que viene un coche retrocediendo…!
De coche retrocediendo nada de nada. No hagan caso. Era un coche que estaba parado en un semáforo, al que el Nacho, zurrupeto perdido que iba, le embistió por detrás jodiéndole la trasera.
Eso, sí, hay que hacerlo constar, los abogados del Nacho lo han defendido la mar de bien, por eso de que todos somos iguales ante la ley, han logrado del juzgado que no juzgue el acto criminal del Nacho un Jurado Popular, porque lo más seguro es que lo habrían cargado de grilletes y lo habría enviado a una ONG a purgar sus culpas.
Menos mal. Menos mal que el Nacho no era un fontanero del montón que iba a sus pegotillos, porque de haberlo sido, el Jurado Popular de justicia rápida se lo habría comido vivo.
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