ACTUAR COMO SI...
(Ultimo intento de humanización de un paisano de Plutón)
Edward De Bono, en su libro “seis sombreros para pensar”, desarrolla una serie de formas creativas de pensamiento, el denominado pensamiento lateral.
En su primer capítulo se centra en los pormenores de lo que calificó “actuar como sí”.
Esta forma de pensamiento creativa, se basa en el principio según el cual, si una persona adopta la postura de un pensador, hace sus movimientos, adopta la intencionalidad de lo que representa y se la manifiesta a sí mismo y a los que le rodean. Muy pronto su cerebro adopta el roll que está actuando.
En “cristiano”, esto significa que si finges ser un pensador, un investigador, un loco o un alcalde de izquierdas, acabas convencido y con la convicción de que los demás te creen, es como si lo fueras. Por lo que si nuestra persona en cuestión “actúa como si…”, no quiere decir que lo sea realmente. Simplemente es una forma de pensamiento, de pensamiento creativo a modo de ejercicio mental, una forma de empatizar con los roles ajenos o añorados por el individuo/a.
Para “ser” realmente se precisa de la voluntad de ser y para ello se requieren un nivel mínimo de excelencia intelectual que posibilite esa creatividad necesaria para desplegar la abstracción “como si fuese”. Si la potencialidad del intelecto no alcanza a discernir lo real de lo ficticio o fingido se corre el riesgo de que el individuo en cuestión sufra una crisis inconsciente de supervaloración, (hecho este que no reviste ninguna gravedad mientras el individuo esté a unos cuantos kilómetros sobre el nivel de la realidad). Esta concepción supravalorada de sí mismo, no basada en la observación directa ni en la experiencia empírica, conduce, irreversiblemente, a nuestro personaje anónimo hacia las lindes de la autocracia, hacia un empodereamiento cuasi ridículo, que le incita a basar toda su actividad atendiendo a dos premisas básicas:
1.- sólo él decide lo que está bien o mal
2.- nunca dará la cara más que para atribuirse los éxitos propios y ajenos.
Estos dos principios son en los que se pueden resumir los diez mandamientos del decálogo del aprovechado, definidos por Juan Carlos Vicente Casado en su estudio sobre la asertividad.
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