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Me duele en el alma cuando comparo al PSOE y al PP y concluyo que ambos son de derechas, con alguna diferencia en las formas, pero básicamente idénticos en cuanto a objetivos.
Del Partido Popular no hay noticia de que ninguno de sus dirigentes haya renunciado nuca a nada personalmente y haya antepuesto el interés social al propio.
Hay nombres lustrosos que, sin haber aportado nada a la sociedad, se han dedicado a leer libros, cosa que cualquiera podría haber hecho, se han aposentado en un buen puesto con sueldo fijo y no escaso, y desde esta posición se han dedicado al medre personal: Fraga, Aznar, etc.
En el Partido Socialista Obrero Español, al igual que en cualquier otro partido de izquierdas, si es fácil encontrar personas que lo dieron todo, no por el partido, que éste si es de izquierdas no es más que un simple instrumento, sino por mejorar las condiciones de vida de todos sus semejantes, incluidos los de derechas.
Evidentemente, este tipo de personas con conciencia social, con pleno convencimiento de que es posible una organización social justa, no están en el PSOE actual, ni yo pensaba en el mismo al mencionar a esas personas que anteponían los intereses sociales a los propios. No pensaba, pues, ni en Felipe González, ni en Alfonso Guerra ni en José Luís Zapatero.
La lucha efectiva, disfrazada de amores patrios y desvelos sociales entre José Luís Zapatero y Rajoy, como representantes aparentes de la izquierda y la derechas políticas, no están basadas en la intención de ambos para crear una mejores condiciones de vida para todos en general, sino para favorecer la acumulación y concentración de capitales a favor de los grupos económicos que apoyan a uno y otro, siendo la resultante final, tanto si se lleva el gato al agua Zapatero como Rajoy, el empeoramiento social relativo de cada uno de nosotros, votantes del PSOE o del PP.
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Me duele en el alma cuando comparo al PSOE y al PP y concluyo que ambos son de derechas, con alguna diferencia en las formas, pero básicamente idénticos en cuanto a objetivos.
Del Partido Popular no hay noticia de que ninguno de sus dirigentes haya renunciado nuca a nada personalmente y haya antepuesto el interés social al propio.
Hay nombres lustrosos que, sin haber aportado nada a la sociedad, se han dedicado a leer libros, cosa que cualquiera podría haber hecho, se han aposentado en un buen puesto con sueldo fijo y no escaso, y desde esta posición se han dedicado al medre personal: Fraga, Aznar, etc.
En el Partido Socialista Obrero Español, al igual que en cualquier otro partido de izquierdas, si es fácil encontrar personas que lo dieron todo, no por el partido, que éste si es de izquierdas no es más que un simple instrumento, sino por mejorar las condiciones de vida de todos sus semejantes, incluidos los de derechas.
Evidentemente, este tipo de personas con conciencia social, con pleno convencimiento de que es posible una organización social justa, no están en el PSOE actual, ni yo pensaba en el mismo al mencionar a esas personas que anteponían los intereses sociales a los propios. No pensaba, pues, ni en Felipe González, ni en Alfonso Guerra ni en José Luís Zapatero.
La lucha efectiva, disfrazada de amores patrios y desvelos sociales entre José Luís Zapatero y Rajoy, como representantes aparentes de la izquierda y la derechas políticas, no están basadas en la intención de ambos para crear una mejores condiciones de vida para todos en general, sino para favorecer la acumulación y concentración de capitales a favor de los grupos económicos que apoyan a uno y otro, siendo la resultante final, tanto si se lleva el gato al agua Zapatero como Rajoy, el empeoramiento social relativo de cada uno de nosotros, votantes del PSOE o del PP.
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