Los que vivimos en Zaragoza si la política no lo remedia, que no tiene pintas de ello, nos vamos a convertir en los “chivatillos” de la O.T.A.N, necesarios para que esta organización militar pueda, en base a al información que le demos, tirar una bomba atómica allá donde el mercado ordene, porque si nos dejamos de tonterías y llamamos a las cosas por su nombre, es el Dios Mercado el que dispone, propone (no tira la bomba, sino que manda tirarla) y recoge los beneficios.
Siendo el Dios Mercado los jefezuelos gordos de los bancos y unas cuantas empresas allegadas, y los políticos oficiales tal cual hoy conocemos sus voceros, especialmente, los más gordos jefes del PSOE y del PP, que son los que más sartén y más mango de poder delegado tienen.
Estos días anda por tierras zaragozanas un eurodiputado de izquierdas, Willy Meyer, el que nos ha dicho que: “Cinco altos cargos militares quieren discutir en la cumbre que se celebrará en Abril en Bucarest la posibilidad de utilizar la bomba atómica como primera respuesta dada la situación internacional. Para eso, hace falta un sistema de vigilancia terrestre que determine dónde se hará estallar y ese sistema se pretende ubicar en Zaragoza.”
Así que, las zaragozanas y los zaragozanos nos vamos a convertir en los colaboradores necesarios e imprescindibles para la “Nuclipaz”, la paz que reina una vez que revientan los núcleos de los átomos para reventar y deshacer a cientos, miles o cientos de miles de personas, las cuales, eso sí, unas vez reventadas o deshechas, se quedan en paz para siempre, no hay que volver a matarlas.
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Siendo el Dios Mercado los jefezuelos gordos de los bancos y unas cuantas empresas allegadas, y los políticos oficiales tal cual hoy conocemos sus voceros, especialmente, los más gordos jefes del PSOE y del PP, que son los que más sartén y más mango de poder delegado tienen.
Estos días anda por tierras zaragozanas un eurodiputado de izquierdas, Willy Meyer, el que nos ha dicho que: “Cinco altos cargos militares quieren discutir en la cumbre que se celebrará en Abril en Bucarest la posibilidad de utilizar la bomba atómica como primera respuesta dada la situación internacional. Para eso, hace falta un sistema de vigilancia terrestre que determine dónde se hará estallar y ese sistema se pretende ubicar en Zaragoza.”
Así que, las zaragozanas y los zaragozanos nos vamos a convertir en los colaboradores necesarios e imprescindibles para la “Nuclipaz”, la paz que reina una vez que revientan los núcleos de los átomos para reventar y deshacer a cientos, miles o cientos de miles de personas, las cuales, eso sí, unas vez reventadas o deshechas, se quedan en paz para siempre, no hay que volver a matarlas.
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