LUCAS BRETT. Las relaciones de
España con Israel, más fructíferas que nunca
DIARIOOCTUBRE / octubre 26, 2024
La hipocresía
del gobierno más progresista de la historia sigue sorprendiéndonos. Hace unos
días, Pedro Sánchez fue “crítico” una vez más -a pesar de su ambivalencia- con
los continuos ataques de Israel a Palestina y Líbano, declarando que imponer
“un nuevo orden regional por la fuerza lo único que va a traer es más desorden
y más destrucción en Oriente Medio”, y exigiendo que “es hora de que la
comunidad internacional despierte”, como si él no formara parte de esa comunidad
internacional que da la vista gorda al genocidio. Pero más allá de todas las
supuestas críticas, ¿en qué se traducen con respecto a las relaciones con
Israel?
Pues en unas
relaciones más fructíferas que nunca. De hecho, a lo largo de los últimos años,
las relaciones entre España e Israel en el ámbito del comercio militar y
económico han seguido una tendencia clara: cooperación, colaboración
tecnológica y acuerdos multimillonarios. A pesar de las declaraciones públicas
de condena y críticas hacia las acciones militares de Israel, la realidad
económica y militar entre ambos países cuenta otra historia, una historia que
expone las contradicciones e hipocresías de la política exterior española.
Cifras que
hablan de colaboración, no de ruptura
Los datos económicos
y comerciales entre España e Israel son contundentes. En 2022, España exportó a
Israel bienes por un valor de 2,17 mil millones de dólares1, entre los que destacan coches, productos
cerámicos y máquinas. Las exportaciones han experimentado
un crecimiento del 20% con respecto a 2021, lo que demuestra
una relación económica robusta y en expansión. Por su parte, Israel exportó a
España 1,05 mil millones de dólares en productos como materias
plásticas y productos químicos orgánicos, consolidando una relación bilateral
económica significativa.
Además,
empresas españolas de relevancia tienen filiales en Israel2. Entre ellas se encuentran gigantes
como CAF, Amadeus, Naturgy y Siemens,
que tienen operaciones establecidas en el país. Según un informe de diciembre
de 2023, 28 empresas españolas tienen filiales en Israel, una
prueba más de la implicación económica directa en la región.
El comercio
militar
Y aquí viene lo
potente: Pedro Sánchez, en el mismo acto de este lunes ha instado a que “la
comunidad internacional suspenda de inmediato el envío de armas a Israel”,
añadiendo que “sin armas no hay guerra”. Y como ya uno se puede esperar, en
este aspecto España tampoco se queda atrás. En 2022, España exportó
a Israel 2,34 millones de euros en material militar3, incluyendo municiones,
bombas, misiles y sistemas de dirección de tiro. En noviembre de 2023,
mientras las tensiones en Gaza seguían aumentando, la empresa Nammo
Palencia exportó 987.000 euros en municiones a Israel, a
pesar de las declaraciones del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel
Albares, asegurando que no se había autorizado ninguna nueva exportación de
armamento.
España también
ha sido un receptor clave de tecnología militar israelí. Entre los contratos
más destacados está el de 168 sistemas de misiles Spike LR2,
valorado en 237,5 millones de euros, adjudicado a PAP
Tecnos Innovación SAU, una filial de Rafael, una de las empresas líderes en
armamento en Israel.
Estas cifras
muestran claramente que, mientras el gobierno español condena públicamente la
violencia y las violaciones de derechos humanos en Palestina, en la práctica
sigue manteniendo una estrecha relación militar con Israel, contribuyendo
indirectamente a su capacidad bélica.
Aún con todo
ello, la cooperación no se limita ni mucho menos al ámbito militar. Las
colaboraciones entre universidades, empresas y gobiernos de
ambos países se mantienen a través de proyectos financiados por la Unión
Europea. Además, existe una colaboración significativa en inteligencia
y seguridad, lo que refuerza la relación estratégica entre ambos países,
facilitada también por la OTAN y la Unión Europea.
La empresa
israelí Elbit Systems, uno de los mayores proveedores de tecnología
militar y de inteligencia, ha conseguido contratos por valor de más de 576
millones de euros con el gobierno español para el suministro de
sistemas avanzados, como el SILAM (Sistemas de Lanzacohetes de
Alta Movilidad).
La política
exterior de España hacia Israel no solo revela que las declaraciones
oportunistas caen en saco rato cuando financias el genocidio, sino más bien
la clara complicidad del gobierno de Pedro Sánchez con el israelí. Mientras el
presidente critica las acciones de Israel en Palestina, su administración
sigue financiando y equipando al mismo régimen que perpetúa la
violencia.
Esta postura es
claramente hipócrita, pero no incoherente. El verdadero objetivo del gobierno
sigue siendo suministrar armas a Israel y continuar con los negocios como si
nada ocurriera. Sin embargo, incluso las facciones más conservadoras del
partido pueden llegar a criticar esta posición anti-humana. Por ello, para
mantener una buena imagen pública, adoptan ante la prensa una postura “neutral”
o “anti-violencia”. Esta actitud, en realidad, equivale a alinearse con el
opresor y negar el derecho del pueblo palestino a defenderse. Lamentablemente,
este tipo de discursos logran calar en la gente, presentándose como una especie
de sentido común, cuando en realidad lo que hacen es normalizar la masacre
mientras la financian en secreto. Así intentan calmar a los sectores más
progresistas del partido y a sus votantes. Lo que está claro es que las
declaraciones parciales de condena a los actos de Israel se desvanecen ante los
contratos millonarios que España sigue firmando con la industria militar
israelí. El comercio de armas no es neutral, y mientras se
mantenga, las palabras de Sánchez serán vacías y su
gobierno, cómplice del sufrimiento palestino.
3. https://centredelas.org/publicacions/businessasusual/?lang=es
Vía:insurgente.org
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