lunes, 29 de diciembre de 2008

CARTA DE UN VECINO DE ALIAGA, TERUEL

(Aliaga, Teruel)


(Durante meses todos los vecinos de Aliaga, un pueblo escondido en las montañas turolenses, y de una forma ejemplar, que debería ser tenida en cuenta por los poderes públicos, por la lección que nos han dado de democracia y participación de todos ellos, estuvieron centrados en la resolución de un problema que les era vital: mantener once puestos de trabajo frente a una postura irracional y antidemocrática de los poderes públicos.
Resuelto aquel problema, ante el cual, por su gravedad y premura, quedaron pospuestos todos los demás, que visto desde el exterior podríamos tender a idealizar, ocultando con esa postura “idealizante” la verdadera esencia de cómo se resuelven los problemas, que es la lección que nos ha dado el pueblo entero de Aliaga, tiene ahora por resolver los más "domésticos."
Aliaga no debe ser el icono idealizante de nada, sino algo mucho más importante, real y efectivo: el ejemplo a seguir en cuanto a participación e intervención en la vida publica más cercana, antes de perdernos por los cerros de Úbeda, como es el municipio, para resolver los problemas más inmediatos.
M. Sogas.)

(CARTA)


"LO PROMETIDO ES DEUDA Y YO TENGO PALABRA

Querido señor alcalde de Aliaga, en fechas tan entrañables me veo en la obligación de recordarte que no eres más que un mero administrador de los bienes del pueblo, y con esto no quiero decirte que seas un buen administrador, no te vayas a equivocar. Quiero decir que debes contar con tus administrados para administrar lo que es de ellos legalmente: su dinero.
También quiero que no te equivoques en el concepto de democracia, y no lo pongo con mayúsculas porque hoy en día y gracias a nuestros gobernantes, este concepto ha sido deteriorado bajo siglas e ideales que se establecen como sus más fieles defensores.
La verdadera DEMOCRACIA es el gobierno del pueblo, por y para el pueblo, el cual delega en sus líderes cualificados su ejercicio y puesta en práctica.
Esto no tiene nada que ver con el hecho de que como he sido votado tengo poder absoluto para hacer y deshacer, ni para administrar de la forma que yo considero oportuno, como alcalde electo, digan lo que digan mis gobernados, al menos mientras duren los cuatro años de mi reinado. El gobierno lo otorga el pueblo, aunque sea lo único que otorga, y si alguien ocupa una situación de poder “temporal” debe tener presente eso, en primer lugar, que es temporal, y en segundo lugar gracias a quien lo desempeña.
Cuando los gobernantes amplían la distancia con los gobernados la situación se enrarece hasta límites insospechados de tal forma que los gobernados, al verse obviados por los gobernantes pueden pedir explicaciones, pues es de derecho, acerca de la gestión que sus gobernantes hacen de sus dineros. Esto no debe extrañarte y debes ser humilde y transparente, así como considerar las virtudes platónicas, que son necesarias para el desarrollo de la labor de los gobernantes. La prepotencia y el oscurantismo distancian gobernantes de sus gobernados, con los efectos que eso conlleva.
Con todo esto te propongo, entre tú y yo, que no nos hablamos, un ejercicio de autorreflexión, aprovechando estas fechas, y que pienses en la gestión que estás realizando y en el apoyo social que tienes; pero piensa también si los beneficios que te reporta el poder te compensan, y si con todo esto continúas con tu actitud, te doy las gracias porque seguiré teniendo motivos para criticar tu gestión.

Juan Carlos Vázquez”
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