En Ucrania, contraofensivas, armamentos y armatostes
DIARIO OCTUBRE / mayo 31, 2023
La UE, imperialistas al servicio USA
Todos han leído
hasta el aburrimiento sobre el abastecimiento atlantistas de armas y municiones
al régimen tiránico de Kiev, pero poco oirán de la cantidad, efectividad y
calidad del propagandizado armamento. Ningún medio de prensa del Accidente
colectivo les comentará que ese armamento es, masivamente, obsoleto y tan
variado y distinto que, más que cohesionar al ejército ukronazi, lo
desorganiza, pues la variedad es tal que parece un catálogo de armas de museo
desvencijadas y tan distintas entre sí que las saben manejar unos y el resto de
reclutados no. Quien sabe cuatro letras de temas militares entiende que un
ejército, para elevar sus niveles de efectividad, debe disponer de armamento
cuanto más homogeneizado, mejor, que pueda manejar un número relevante de
soldados, de forma que, si una dotación cae o es herida, haya otros soldados
que puedan operar la pieza concreta. Pero el régimen ucraniano ha venido siendo
armado de armamento soviético obsoleto y muchos en mal estado; armas francesas,
gringas, suecas, alemanas, polacas, etc., no intercambiables entre sí, de forma
que el abastecimiento de municiones y el entrenamiento de tropas es un
rompecabezas que resta efectividad y agilidad al ejército ukronazi.
Otro tema es que la guerra de Ucrania está siendo utilizada por los ejércitos atlantistas para deshacerse de todo su material militar viejo o por ser descartado, con lo que logran, cínicamente, hacer gestos políticos rimbombantes y disponer de pretextos para aumentar el presupuesto militar para el nuevo armamento, masivamente de EEUU. El caso de los tanques Leopard españoles sirve de ejemplo. Eran tanques vetustos, en ruta al desguace, que el gobierno ‘socialista’ mandó a reparar de urgencia para que, al menos, se movieran sin quemar los motores. De esa forma cumplieron con las exigencias de EEUU y, al tiempo, pudieron deshacerse de tanques que eran chatarra.
La Estatua de la Libertad, con una metralleta
Hay una última
cuestión. El llamado “armamento moderno”, tipo tanques Abrams y sistemas
antiaéreos Patriot. Los tanques que se enviaron o están por enviarse son la
versión más básica y antigua, que han sido despojados de toda la tecnología
secreta o delicada, de forma que, si son capturados por Rusia, no puedan los
rusos hacerse con tecnología punta de EEUU. Igual ha ocurrido con los sistemas
Patriots, uno de los cuales demostró su incapacidad para repeler los misiles
hipersónicos Kinzal o Daga de Rusia. Fueron disparados todos sus 36 misiles y
ninguno dio en el blanco. Éxito total de Rusia y desmitificación de EEUU, pero,
ojo, no era la versión más sofisticada de los Patriots. Esa sólo está en manos
de EEUU e Israel, lo que no quita ningún mérito a los Kinzal, pues el hecho
relevante fue que se disparó toda su carga y ninguna dio en el blanco. Si los
Patriot son lo más avanzado tecnológicamente del armamento enviado a Ucrania,
debemos esperar más sorpresas, pues Rusia apenas ha sacado a relucir todo su
poder armamentístico y tiene bien guardadas sus armas más avanzadas.
Igual suerte
pueden seguir los afamados F-16, que EEUU ha aceptado sean enviados a Ucrania.
El Pepito Baiden (así lo escriben en ruso, sin Pepito) ha abierto la puerta al
entrenamiento de pilotos ucranianos, lo que llevará meses, muchos meses. Otro
‘pequeño detalle’ es que esos cazas polivalentes entraron en servicio de las
FFAA de EEUU ¡en 1978! Vaya, que tienen la friolera de 45 años de servicio y,
aunque un porcentaje de ellos son modernizados cada cierto tiempo, ¿los cazas
F-16 que dejarán en manos de los ukropendejos serán de 1978 o de 2023? ¿Aceptan
apuestas? ¿Quién asegura a los gringos que, dentro de los pilotos ukrobobos, no
hay agentes rusos, con el papel de copiar? ¿Entienden el detalle, mis agudos e
inteligentes palinuros y atlántidas? ¿Van los gringos a facilitar que Rusia
pueda acceder a su ‘last-tecno’? No. Pero de este tema tampoco dirán nada los
serviles medios desinformativos ‘libres’.
Otro tema.
Rusia lleva meses bombardeando con regularidad e intensidad los depósitos de
armas y centros de concentración de tropas ukronazis, de forma que los
ukronazis, además de los centenares de bajas diarias, deben soportar los
bombardeos rusos que, de general, dan en los objetivos. Los satélites espías
hacen su trabajo, pero hay otros ojos, humanos, que hacen el suyo. Damos por
hecho -no hacerlo sería ingenuo-, que hay decenas de miles de ojos en Ucrania
informando a Rusia los movimientos del ejército ukronazi. Esto lo saben los
atlantistas y es otra de las razones de fondo por la que no entregan, ni
entregarán, al gobierno títere de Kiev armamento de última generación.
Simpatizantes alemanes espiaban para la URSS en el corazón de la Alemania nazi.
Simpatizantes gringos le pasaban a la URSS secretos tecnológicos gringos. En
esa misma línea, Rusia viene recibiendo información desde Ucrania proporcionada
por ciudadanos ucranianos. Información de casi todo (o sin casi).
Si no se ha
dado la propagandizada contraofensiva no es por falta de ganas del Accidente
colectivo. Es que Rusia tiene demasiadas cartas en la mano y en la manga, de
forma que, lanzarla, podría ser muchísimo peor que no lanzarla, pero de ese
tema hablaremos en pocos días, mis pacientes atlántidas y palinuros.
De estos
menesteres no esperen que hablen los medios de desinformación atlantistas. No
lo harán nunca. La guerra seguirá, hasta el último ucraniano. Ya saben eso.
También esperen sorpresas, que las habrá. Como dijo el presidente Putin hace
poco más de un año, “todavía no hemos hecho nada”. Y no creemos que haya sido
un farol. Estamos en los preámbulos. Faltan los platos fuertes. Ya llegarán.
Artiomovsk* ha caído totalmente en manos de Rusia. Ahora dirán que esa ciudad
era irrelevante.
*La ciudad de
Bajmut fue fundada con ese nombre a finales del siglo XVI. En 1924 la URSS la
renombró como Artiomovsk en memoria del revolucionario bolchevique conocido en
la clandestinidad con el apodo de “Artiom”. Tras el Golpe de Estado fascista en
Ucrania, en 2016 volvió a llamarse Bajmut.
FUENTE: presos.org.es
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