El
camino de la libertad pasa por la consciencia
KAOSENLARED
7 de febrero de 2023 / Por
Vivimos en sociedades
socialmente tensionadas. Por un lado, el mundo de los ricos encabezado
por sus bancos, con sus paraísos fiscales, sus industrias militares y
energéticas, y sus negocios como exterminadores medioambientales, se esfuerza
por agrandar al límite su poder y riquezas por todos los medios a su alcance:
guerra, explotación progresiva de los trabajadores, ampliación sin medida – a
través de universidades, Iglesia, medios, y lobbies- de sus áreas de
influencia política y mental sobre la población y los gobiernos de cada
país, poniendo contra las cuerdas a la ya podrida democracia que supuestamente
debería impedir tan salvaje avidez, pero que no lo hace porque se ha
convertido en sistema vasallo.
Como los gobiernos no
son otra cosa que los mayordomos de todos los vampiros de los bienes comunes,
los pueblos comienzan a estar hartos. Protestas multitudinarias y huelgas
generales repetidas en Inglaterra y Francia; huelgas en sanidad y
educación en España, manifestaciones y protestas contra las cumbres
capitalistas sobre el clima o en Davos, y proliferación en Internet
de medios alternativos como el presente, evidencian que el descontento es
cada vez más visible. Y que esos medios alternativos lo analicen a diario
y pongan en evidencia la crueldad social de los poderosos y sus gobiernos
marionetas, muestra que nos hallamos ante un trabajo de concienciación de
largo alcance que involucra mayormente a sectores más jóvenes y
conscientes del mundo en que malvivivimos, dispuestos a dar la batalla de
las ideas contra el Sistema vampiro. Porque otra batalla no es posible.
Los pensamientos son energías y las ondas de emisión de energía buscan su
semejante vibratorio para unirse a él por afinidad electromagnética. Y los
ideólogos del Sistema lo saben hace mucho. De ahí que las leyes mordaza, y
otros límites judiciales y policiales a la libertad de expresión, estén a
la orden del día. Saben que la acumulación de un determinado tipo de energía en
el cinturón energético de la Tierra como fruto del pensamiento de muchos, puede
inducir a la acción colectiva. Esto explica el empeño de los
medios de incomunicación por callar la verdad, elaborar noticias falsas,
distraer la atención hacia banalidades y sembrar odio contra lo alternativo, porque
eso asegura pasividad, conformismo, desunión y desconfianza a lo que “no
suene “ a oficial.
Como los pensamientos
repetidos sobre algo pueden producir emociones que lleven a la acción
correspondiente, la meta de los ideólogos sociales es controlar el mundo
emocional de las masas a través de pensamientos negativos como el miedo y la
inseguridad. No hay más que recordar lo ocurrido en todo el Planeta con
la Plandemia para constatar con qué facilidad las masas atemorizadas se
someten gustosamente a recluirse, olvidan sus derechos de ciudadanos
libres, desconfían los unos de los otros, se distancian emocionalmente, dejan
de reunirse y se dejan inocular productos experimentales que son
presentados como vacunas y que producen miles de muertos en todas partes, mientras
se deja morir en residencias a miles de ancianos secuestrados en sus
habitaciones y sin atención médica, sin que tales cosas produzcan
manifestaciones y denuncias masivas inmediatamente contra los responsables.
Aquí vemos como la unión del poder político, el sanitario y el mediático pueden
controlar a millones de personas a través del miedo y la mentira y hacer con
ellos lo que lo deseen. Esto es preocupante en extremo, porque hasta partidos y
movimientos de izquierda, convencidos por la verdad oficial se tragaron
el anzuelo de las supuestas vacuas y no opusieron resistencia a las
medidas fascistas que soportábamos.
Es necesario cultivar
pensamientos de unidad, de confianza, de empatía, de amistad, de amor y
de colaboración y disponibilidad hacia los semejantes y hacia el
Planeta, para que la siembra de estos pensamientos y de otros semejantes,
mil veces repetidos, interiorizados y practicados se convierta en
materia prima para construir la nueva humanidad. Y más vale que nos demos
prisa.
Imagen de
portada: Foto en blanco y negro – PxHere | Detalles de
la licencia
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