La desesperación
del mundo unipolar por no querer convivir en un mundo multipolar
DIARIO OCTUBRE / mayo 3, 2022
Níkolas Stolpkin.— Todo esto no se trata de Ucrania; todo esto se trata de frenar el desarrollo de un mundo multipolar, el cual señala la decadencia del actual mundo unipolar y sus estructuras.
Ucrania
simplemente ha sido el vehículo utilizado por las grandes potencias
occidentales, para buscar frenar el creciente ascenso de un mundo multipolar en
desarrollo. EE.UU. y sus aliados vasallos han emprendido una dura resistencia
por frenar el mundo que amenaza con desplazar su cetro de dominio. Ucrania era
el país clave. EE.UU. y sus aliados de la OTAN debían generar las condiciones
en Ucrania para que Rusia se viera obligada a intervenir. 2014 fue el año clave
para empezar a generar significativamente esas condiciones. Rusia estaría al tanto.
Y el pasado 24 de febrero (inicio de la Operación Militar Especial rusa sobre
Ucrania) fue la fecha esperada para proceder y deshacerse de la influencia rusa
en Europa con las múltiples sanciones aplicadas.
Nunca
habíamos sido testigos de semejante lluvia de sanciones por parte de un
conjunto de países, muy obedientes al imperio de EE.UU., hacia un solo país
(Rusia). Ni siquiera se imaginó la salida en masa de grandes empresas
capitalistas de Occidente en suelo ruso.
El
nivel de ruptura con Rusia es tal que pareciera ser total. Pero lo curioso es
que ese mundo acostumbrado a llevar las banderas de la “democracia” y la
“libertad” por el mundo, no han tenido más alternativa que incrementar el fuego
abrasador de la guerra que podría desparramarse a nivel mundial.
Pero…
¿Qué fue lo primero que se ha hecho a partir de la entrada en escena de Rusia
en Ucrania? Pues no se ha hecho más que incrementar la ayuda militar a Ucrania,
dizque para “ayudar al pueblo ucraniano”. Lo que habla de un mundo unipolar
desesperado por no querer convivir con un mundo multipolar.
Al
incremento de la ayuda militar, EE.UU. y aliados al unísono han impuesto
medidas draconianas contra Rusia como si de un gran muro de contención se
tratara. La idea es que Rusia y su influencia no puedan entrar de ninguna forma
en el “amenazado” mundo unipolar.
Pero
¿por qué empezar con Rusia? Para nadie era ajeno que Rusia en estos últimos
tiempos estaba forjando, y con buenas intenciones, grandes proyectos con
Alemania, en cuanto a energía. Eso a EE.UU. no le gustó para nada, ya que su
zona de influencia (en Europa) podía hacerse más dependiente de los recursos
energéticos de Rusia. Pero además Rusia era (es) el principal socio estratégico
de China, potencia mundial que tiene muy preocupados a EE.UU.
Ucrania
ha sido una pieza clave para buscar frenar y debilitar a un actor protagonista
del mundo multipolar, pero no significa mucho. Simplemente sirve (Ucrania) de
instrumento a los intereses de EE.UU. para intentar salvar su mundo unipolar.
Ciertamente
estamos viviendo un momento histórico que podría desembocar en una
conflagración mundial o en una Nueva Guerra Fría entre los que defienden el
mundo unipolar y los que defienden un mundo multipolar.
Desconocemos
hacia dónde se inclinará este momento histórico, pero surgen muchas
interrogantes a partir de las consecuencias que hoy estamos observando. No
sabemos qué habrá de pasar con la globalización y el dólar; no sabemos cómo
habrá de perjudicar internamente a Europa de proseguir las hostilidades hacia
Rusia; no sabemos qué habrá de pasar con estructuras como la OTAN, el FMI, BM,
ONU…; no sabemos si China caerá en el mismo saco junto a Rusia, etc.
EE.UU.
junto a sus aliados están jugando casi todas las cartas por detener el ascenso
del mundo multipolar. Por lo que no nos debiéramos sorprender si EE.UU.
estuviera hoy madurando las condiciones necesarias en Taiwán para que China,
ante las provocaciones, también pudiera intervenir militarmente y sufriera
medidas tan draconianas como hoy Rusia está siendo víctima.
Si
China cayera en el mismo saco que ha caído Rusia, ¿qué habría de pasar con los
vigentes tratados comerciales que hoy mantiene China con países europeos y
Latinoamericanos? ¿Los inversionistas estadounidenses también saldrán en masa
de China?
El
peor escenario sería una conflagración mundial. ¿EE.UU. y aliados están
preparados para ello? O mejor: ¿EE.UU. y sus aliados vasallos están dispuestos
a aislarse y no acoplarse a un mundo multipolar en desarrollo?
Lo
cierto es que el destino de Ucrania es incierto, todo indica que habrá de
terminar muy mal y por la tozudez de un comediante (Zelensky), títere del
imperio estadounidense. Lo más probable es que Ucrania pierda más de lo que
pudo en un principio llegar a un acuerdo con Rusia.
Níkolas Stolpkin
Analista político nacional e internacional – Political
Analyst – Crítico de política y Cultura Contemporánea.
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