El Capitolio contra su clase trabajadora. Y viceversa
INSURGENTE.ORG / 2 mayo 2022
Tras el día de los
trabajadores (y padeciendo como estamos ese irredento imperialismo de los EE
UU, más vigente que nunca), desde InSurGente queremos echar un vistazo al otro
lado del charco. Considerando que, aunque la revolución surja en la periferia,
solo puede ser culminada revolucionando la retaguardia de los imperios, es buen
momento para echar un vistazo realidad del movimiento obrero en los EE UU.
El poder político
yanqui ha dirigido buena parte de sus empeños a dividir a los trabajadores,
abaratar la fuerza de trabajo y destruir a los sindicatos, con el uso común de
rompehuelgas y reprimiendo a sangre y fuego sus más combativas agrupaciones.
Además, ha procurado cooptar y corromper muchas de sus esferas dirigentes y del
sindicalismo amarillo, logrando incluso que una parte de ellos apoyaran las
políticas imperiales.
De hecho, el movimiento
sindical raramente era considerado en los últimos años como una voz de avanzada
o como un aliado consistente de los movimientos sociales progresistas, que
muchas veces quedan divorciados así de la clase obrera. No en vano, los
sindicatos llevan decenios afectados por la existencia de una extensa
aristocracia obrera que facilita la entrega de derechos, al estilo de CC OO y
UGT aquí. Por poner un ejemplo, cedieron el control de sus fondos de pensiones,
que ahora son administrados por entidades privadas.
La ofensiva patronal y
gubernamental contra el movimiento obrero (acentuada a partir de los años 80
del siglo pasado), la globalización, la deslocalización de los puestos de trabajo,
la automatización y otros diversos factores han llevado a la situación actual,
donde menos del 10% de los trabajadores están organizados en sindicatos. Pero,
aun así, se están abriendo horizontes y el movimiento obrero está
experimentando un despertar.
Así,
el 4 de enero leíamos en El
País el siguiente titular: “Estados Unidos vive la
época de la efervescencia sindical”. Y debajo: “Trabajadores de casi todos los
sectores se movilizan en demanda de mejoras salariales o laborales, bajo la
cobertura de los sindicatos o al margen de ellos”. Y un par de meses antes, el
mismo diario titulaba una noticia así: “La primavera sindical de Estados
Unidos”. Y debajo: “La escasez de mano de obra en sectores clave y el deterioro
de las condiciones por la pandemia impulsan las movilizaciones de sindicatos y
trabajadores”.
De hecho, hace un mes
Christian Smalls -el líder sindicalista con pinta de rapero- consiguió crear el
primer sindicato de Amazon en los EE UU, en la ciudad de Nueva York. De
proseguir las prácticas explotadoras, y si los trabajadores redescubren esa
poderosa herramienta que es el marxismo, la próxima vez puede ser la clase
obrera -y no el delirante trumpismo- quien asalte los cielos del Capitolio.
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