Suficiente es suficiente
DIARIO OCTUBRE /
febrero 24, 2022
He de reconocer que me ha sorprendido la rapidez del movimiento ruso. Decir ahora que estaba casi telegrafiado en el discurso de Putin, después de todo lo dicho y hecho anteriormente, con documentos y declaraciones, no sirve de nada porque es opinar a posteriori. Pero en ese discurso había algo que no estaba dicho de forma abierta pero sí indirecta: suficiente es suficiente. Se acabó el juego occidental, la prepotencia occidental. Estamos en otra era donde Occidente ya no tiene hegemonía. Y nunca más la tendrá.
Rusia puede que
esté en su “momento Irak”. Es decir, ¿cuántas veces hemos oído decir a EEUU (e
Israel) eso de “tenemos todo el derecho a tomar medidas para salvaguardar
nuestra seguridad?”. Se dijo en Irak, en Afganistán, en Gaza, en Líbano, en…
Rusia está aplicando la misma receta.
Rusia puede que
esté en su “momento Responsabilidad de Proteger”. Es decir, ¿cuántas veces
hemos oído decir a Occidente en pleno eso de “tenemos todo el derecho a
proteger a la población con una intervención humanitaria, incluso a costa de
invadir otro país?”. Se dijo en Somalia, en Serbia, en Libia, en Siria, en…
Kosovo. Sobre todo en Kosovo, con lo que eso supuso. Rusia está aplicando la
misma receta.
De esos polvos
vienen estos lodos.
Comencé esta
aventura de escribir en 2014 hastiado de la ignorancia e inacción de la
“progresía” ante el golpe nazi en Ucrania (que fue defendido, repásense las
hemerotecas) y la respuesta, dedididamente antifascista, de la población del
Donbás. Este fue el primer artículo de esta página que
publiqué. Tienen razón en el Partido Comunista de los
Bolcheviques ruso cuando hablan de los primeros movimientos anti-oligárquicos
en el Donbás y en lo que ha quedado la cosa. Pero eso no invalida todo lo
anterior, ni lo de la recalcitrante resistencia a la junta neonazi de Kiev.
Durante mucho
tiempo mantuve un constante interés en la lucha antifascista en el Donbás,
hasta el asesinato de Zajarchenko en septiembre de 2018. Os aconsejo que lo leáis y
veréis mi posición respecto a Rusia y el Donbás. Ahí decía, entre otras cosas,
esto: “Si en EEUU hay un “estado profundo” que está engullendo a Trump,
en Moscú también lo hay y son los neoliberales quienes están rodeando, como una
anaconda, toda la política, apretando y apretando cada vez más haciendo que el
cuerpo no deje de mirar a Occidente. Los Acuerdos de Minsk fueron la última
oportunidad de poder negociar con Occidente de una forma civilizada. Desde
entonces, uno tras otro, los más significados dirigentes, claramente
antifascistas, han sido asesinados uno a uno: Mozgovoi, Motorola, Givi y ahora
Zajarchenko. Con él muere la etapa romántica del antifascismo. Ninguna de las
muertes se ha aclarado, ni se hará. Unas son claramente achacables a los
servicios secretos ucranianos, otras a ajustes de cuentas (como ocurrió con
Mozgovoi) porque se negaba a aceptar el retorno de los clanes oligárquicos al
Donbás”.
Desde entonces
todo ha ido en la línea que le ha interesado al Kremlin, aunque la obstinación
neonazi y el apoyo occidental no han hecho otra cosa que empujar a Rusia hacia
lo de hoy. Rusia no es inocente, pero tampoco es culpable. Esa es la tragedia.
En cualquier
caso, hay que volver a Marx (ya que todo el mundo saca a relucir a Lenin y a
Stalin) para recordar aquello de la contradicción principal y la secundaria.
Consiste en que la contradicción secundaria siempre se subordina y condiciona a
la principal o primaria. Aquí la contradicción principal es EEUU y la OTAN y la
secundaria Rusia. Es por eso que toda la izquierda rusa, como os conté, apoya el reconocimiento de
las repúblicas de Donetsk y Luganks, por aquello de la colaboración puntual
entre la burguesía y las fuerzas socialistas, en términos marxistas. Y eso
siempre condicionado a lo otro, a la principal o primaria, la que convierte en
enemigos a unos países occidentales que han arrinconado a Rusia hasta donde ya
no puede retroceder más.
Como decían en
la División 316 del Ejército Rojo, los conocidos como “los 28 hombres de
Panfilov” que se enfrentaron a dos divisiones de la infantería nazi durante
4 días en noviembre de 1941, “no podemos retroceder, detrás de nosotros solo
está Moscú”. Solo sobrevivieron 6 de esos 28, pero los nazis no llegaron a
Moscú.
El Lince
FUENTE: elterritoriodellince.blogspot.com
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Operación antinazi de Rusia en Ucrania