La conjura de los necios en la plaza de las Cortes
21.09.2019
En los últimos días hemos asistido al capítulo final de la serie que por fascículos nos han hecho llegar con dinero público Pedro Sanchez y el PSOE. Parece que por conocer en exclusiva la poción mágica de la política, el presidente en funciones nos conduce al enésimo proceso electoral. Quizás Pedro, como Obelix, se cayó de pequeño en la marmita política y piensa que si se diera la circunstancia de no necesitar a algunos compañeros de viaje, el bipartidismo se restauraría por sí solo y su hiperliderazgo se trasladaría de facto a la sociedad. Quizás así el PSOE no necesite a Esquerra y a EH Bildu para gobernar. ¡Quién sabe! Lo único cierto es que en noviembre volveremos a tener elecciones a un Parlamento que trata la política como si de un cómic se tratara.
En los últimos días hemos asistido al capítulo final de la serie que por fascículos nos han hecho llegar con dinero público Pedro Sanchez y el PSOE. Parece que por conocer en exclusiva la poción mágica de la política, el presidente en funciones nos conduce al enésimo proceso electoral. Quizás Pedro, como Obelix, se cayó de pequeño en la marmita política y piensa que si se diera la circunstancia de no necesitar a algunos compañeros de viaje, el bipartidismo se restauraría por sí solo y su hiperliderazgo se trasladaría de facto a la sociedad. Quizás así el PSOE no necesite a Esquerra y a EH Bildu para gobernar. ¡Quién sabe! Lo único cierto es que en noviembre volveremos a tener elecciones a un Parlamento que trata la política como si de un cómic se tratara.
En Europa en los últimos
años hemos vivido ejemplos diferentes en función del país. En Portugal
un pacto de izquierdas ha hecho frente exitosamente al austericidio que
Europa pretendía imponer como previamente había hecho en Grecia. En el
país heleno, el surgimiento de Siriza ha durado lo que un caramelo a la
puerta de un colegio por aceptar como buenas y propias este tipo de
políticas. En Francia los partidos tradicionales se han hundido para dar
paso un partido de corte neoliberal en lo económico y socialdemócrata
en cuanto a las libertades individuales. En todos ellos, el sistema ha
permanecido inalterable en manos de aquellos que utilizando un mando a
distancia siguen jugando a la ruleta rusa con personas y pueblos. Una
tragedia por país y una duda para Sanchez por cada modelo. Decía
Ignatius en La conjura de los necios que “Al desmoronarse el
sistema medieval, se impusieron los dioses del caos, la demencia y el
mal gusto”. Parece que es en este estado en el que flota ágil el
superviviente Pedro Sanchez. Cuanto mayor es el caos más provecho saca
el líder del PSOE.
Lo que está bastante claro es el hartazgo de
la gente. Sin tener claro hacia dónde puede girar esta vez la ruleta,
parece que las personas de izquierda tienden a desilusionarse más
fácilmente. Así pues, parecemos destinados a sufrir una guerra
fratricida de Sanchez por desgastar a a Podemos y a Ciudadanos a partes
iguales y asegurarse así la mayoría absoluta a través de los votos de lo
que quede de la derecha ciudadana. Aún así no sabemos si la derecha va a
sumar lo suficiente como para que el sueño de Sanchez se convierta en
el enésimo fracaso del eterno aspirante. Si la derecha suma Pedro
Sanchez pasará al ostracismo en su partido y en la sociedad. Si la
izquierda trata de sumar con la derecha alguno de los dos hará resurgir
de nuevo a la izquierda fuera del partido socialista.
En nuestra
tierra y en Catalunya se puede vivir una situación variopinta. El
empoderar para el cambio al PSOE sin pedir nada ha supuesto un punto de
incomodidad nunca antes conocido para el propio PSOE. Ya ni siquiera el
PNV es un buen compañero de viaje fuera de las tierras naciones
históricas. Sanchez se ha encontrado en el espejo con su propio discurso
en las voces de Esquerra, Bildu y el PNV y ahora juega la partida en
dos territorios donde su desgaste va a medir su capacidad de gobernar
pero también su disposición a reformar el caduco Estado español. En
ambos frentes el desgaste abertzale parece mínimo y es Podemos quién
está cayendo a favor de estos. Parece pues que las candidaturas
abertzales pueden salir reforzadas y Podemos y el PSOE mantener su papel
secundario. ¿Qué lectura hará el PSOE de esto si se produce esta
situación de nuevo? Probablemente volverá a tender la mano a ciudadanos
para perpetuar el problema.
Parece que hoy día ser un buen
líder de izquierdas está ligado a la no intervención en problemas
internos de sus respectivos partidos. Se premia la mediocridad otorgando
poderes al complaciente y al silencioso pensando que el hartazgo
ciudadano es menor que la fuerza de sus militantes. Así afrontaremos el
cuarto proceso electoral sin primarias entre los partidos que se
denominan de izquierdas. La democratización de las listas electorales se
usa solo de argumento y de sistema cuando el interés radica en dar
puerta a algún compañero o compañera y no para incentivar el debate y la
cultura política de la participación. Así el eje del mal elige
compañeros de viaje cada vez más sectarios. De esos que miran hacia
dentro, hacia el fondo de la marmita y que procuran no alterar a los
verdaderos jefes de la tribu.
La única solución por tanto es la
unidad de los abertzales y partidos de izquierda con una apuesta
arriesgada y unas bases firmes: el derecho a decidir como pueblo y la
defensa del trabajador y sus derechos como base del reparto justo de la
riqueza. Aquí caben todos los partidos de Euskal Herria y Catalunya e
incluso muchos de otros lugares del Estado, incluido Podemos. ¿Seremos
así lo suficientemente audaces para combatir a los poderes facticos? El
eje económico neoliberal atronará por volvernos a dejarnos a todos fuera
de la jugada nombrándonos desde sus medios como el autentico “eje del
mal”. ¿Y si nos revelamos ante lo que parece nuestro inevitable destino?
No olvidemos que por mucho que alguien se haya caído en la marmita,
estamos a tiempo de evitar que la poción política sea cosa de uno.
Estamos a tiempo de rebelarnos.
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