El
‘cuento ilustrado’ más antiguo que se conoce tiene más de 51.000 años
TERCERAINFORMACION /
04.07.2024
Una pintura con figuras humanas interactuando con un cerdo salvaje, descubierta en la isla de Sulawesi (Indonesia), es la prueba más antigua de arte rupestre narrativo. El hallazgo, realizado con un nuevo método de datación, retrasa la edad de estas narraciones artísticas en al menos 5.700 años.
Panel de arte rupestre
fechado en Leang Karampuang. / Universidad Griffith
En la cueva caliza de Leang Karampuang, en la
región de Maros-Pangkep al sur de la isla de Célebes o Sulawesi (Indonesia), se
ha hallado una pintura que retrata una historia con tres figuras
humanas que interactúan con un cerdo salvaje. Una nueva técnica de datación
revela que se pintó hace al menos 51.200 años.
Un equipo de científicos, codirigido por
investigadores de la Universidad australiana de Griffith, la Agencia Nacional
de Indonesia y la Southern Cross University, apunta esta semana en la
revista Nature que podría ser la prueba más antigua conocida
de narración de historias en el arte.
“Por primera vez disponemos de arte rupestre
datado con fiabilidad más allá de los 50.000 años. Antes de este trabajo, la
prueba más antigua de la creación de imágenes en humanos son los nódulos de
ocre grabados en piedra, encontrados en el yacimiento de la cueva de Blombos,
en Sudáfrica, datados hace 100.000 años. No hay nada más entre medias que
conozcamos en la actualidad”, dice a SINC el coautor Maxime Aubert,
investigador de la Universidad de Griffith.
La datación de estos yacimientos de la isla de
Célebes demuestra que las pruebas de narración de historias tienen un origen
mucho más profundo y antiguo que evidencias similares del arte rupestre
europeo.
Este hallazgo tiene importantes implicaciones para nuestra comprensión del origen del arte primitivo. «Nuestros resultados son muy sorprendentes: ninguna de las famosas obras de arte en cuevas europeas de la Edad de Hielo es tan antigua como esta, a excepción de algunos controvertidos hallazgos en España”, apunta Adhi Agus Oktaviana, especialista indonesio en arte rupestre de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación en Yakarta, que lidera el estudio.
Parte del equipo de
investigación. / Griffith University
Revolución en la datación del arte rupestre
En concreto, los resultados del novedoso método
de análisis que han aplicado, con escaneo o imágenes de series de
uranio por ablación láser (serie LA-U), les han
permitido datar capas diminutas de carbonato cálcico que se habían formado
sobre la obra. Así se ha descubierto que esta obra artística tiene una
antigüedad de al menos 51.200 años, lo que la convierte en la imagen de arte
rupestre narrativo más antigua conocida con una datación fiable.
“Desarrollamos esta metodología que supone una
mejora significativa con respecto a otras y debería revolucionar la datación
del arte rupestre en todo el mundo. Con este nuevo enfoque, datamos la prueba
más antigua de narración de historias que se conocía y que se creó hace 48.000
años y el mismo método lo hemos aplicado al yacimiento recién descubierto”,
añade le investigador.
El método ya lo utilizaron en la cueva de Leang
Bulu’ Sipong 4, también en Indonesia, en una «escena» narrativa que
representa figuras de teriántropos (seres en parte humanos y
en parte animales) cazando cerdos verrugosos y búfalos enanos. Anteriormente,
había sido datada por el equipo hace al menos 44.000 años y con esta técnica
demostraron que es unos 4.000 años más antigua.
«Es digno de mención que el arte rupestre más
antiguo que hemos encontrado hasta ahora en Sulawesi consiste en escenas
reconocibles: es decir, pinturas que representan a seres humanos y animales
interactuando de tal manera que podemos deducir que el artista pretendía
comunicar una narración de algún tipo», apunta Adam Brumm, del
Centro Australiano de Investigación sobre la Evolución Humana (ARCHE) de Griffith.
El profesor Brumm afirma que se trataba de un
hallazgo novedoso, ya que la visión académica de las primeras pinturas
rupestres figurativas era que consistían en paneles con una sola figura en los
que no se apreciaban escenas evidentes, y que las representaciones pictóricas
de relatos no eran evidentes.
“El arte rupestre más antiguo de Sulawesi no es
‘simple’, es bastante avanzado y muestra la capacidad mental de la gente de la
época. También sugiere que esta destreza debe tener un origen mucho más
antiguo, probablemente en África, y que posiblemente haya arte en cavernas más
antiguo esperando a ser descubierto y datado”, enfatiza Aubert.
Las investigaciones anteriores de este equipo en la región sugerían que el arte rupestre surgió al menos al mismo tiempo en Europa Occidental y el Sudeste Asiático, pero estos nuevos hallazgos demostrarían que el arte rupestre es más antiguo en el Sudeste Asiático, “aunque sabíamos que los humanos modernos estuvieron en esta región antes de llegar a Europa”, asegura el experto.
Foto aérea de la colina
Karampuang. / Google Arts & Culture
Quién estaría detrás de su autoría
Todos los yacimientos se encuentran en una
pequeña zona del suroeste de Sulawesi. La población local está muy orgullosa de
este arte rupestre, pero afirma no tener ninguna relación con él. La mayoría de
los habitantes de Indonesia proceden de un grupo de marinos y agricultores (los
austronesios) que llegaron al archipiélago hace unos 4.000 años.
Los autores creen que estas pinturas fueron
hechas por humanos modernos, pero no excluyen completamente que otras
especies humanas también pudieran haberlas hecho. “Sabemos por el ADN
de los indígenas de Papúa que hubo al menos tres especies que se aparearon con
humanos modernos en la región y no sabemos nada de ellas. El arte rupestre más
antiguo que hemos datado hasta ahora ya es bastante complejo, con arte
figurativo y narración de historias, por lo que puede tener un origen mucho más
profundo”, señala Aubert.
Los cuatro yacimientos más antiguos de Sulawesi
son todos de escenas narrativas. Esto demuestra que el pintor o los pintores
pretenden transmitir más información sobre las pinturas que
solo una imagen estática individual.
“Nos están diciendo cómo mirarlas en asociación”, apunta el científico, que concluye: “Nosotros, como humanos, nos definimos como una especie que cuenta historias, y estas son las pruebas más antiguas de que lo hacemos”.
Imagen interior de la
cueva. / Griffith University
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