Rusia está en medio de los
planes europeos de ‘transición ecológica
DIARIO OCTUBRE / julio 14, 2022
Francia
tiene tecnología nuclear propia para construir centrales nucleares de
tecnología punta, independiente de la rusa, pero la materia prima, el uranio,
procede de Rusia, de tal manera que algunas explotaciones nucleares, como la
alemana, son conjuntas.
Al
final, el plan de Bruselas ha sido salomónico: tanto el gas como las nucleares
han recibido la etiqueta verde, por lo que ambos subsectores pueden
beneficiarse del dinero fácil.
El
dilema es interno a Alemania, que no sabe si debe hacer un excepción con la
empresa nuclear franco-rusa. ¿Por que cerrar las centrales nucleares alemanas y
permitir una extranjera?
Como
se ve, el capital no es tan “multinacional” como muchos suponen. También tiene
pasaporte, lo que complica las retóricas de los partidos políticos. ¿Somos más
bien verdes o más bien nacionalistas?
La
empresa nuclear francesa Framatome es propiedad de la empresa pública EDF en un 75 por cien, fabrica combustible para
centrales nucleares en Francia y en el extranjero. Tiene una filial en Alemania,
Advanced Nuclear Fuels (ANF). Su planta de Lingen, en el noroeste del país,
produce combustible principalmente para las centrales eléctricas de Europa
occidental. La central debe seguir funcionando después de 2022, a pesar de que
Alemania ha decidido cerrar definitivamente todos sus reactores y abandonar la
energía nuclear.
En
abril, los alemanes se sorprendieron al descubrir que, para mantener la planta
en funcionamiento, Framatome planeaba asociarse con una filial de la
empresa nuclear estatal rusa Rosatom, llamada Tvel. No obstante, el plan tiene
que ser aprobado por el Ministerio de Economía alemán.
La
cuestión se complica porque, aunque cierren las centrales alemanas, sigue
suministrando combustible a centrales extranjeras, incluidas las dos belgas de
Doel y Tihange, que llevan más de cuarenta años en funcionamiento. ¿Hasta dónde
alcanza el cierre de los reactores en Alemania? Aunque no tengamos centrales en
Alemania, ¿podemos vender uranio a las que están fuera del país?
El
Ministerio de Economía (socialdemocracia) dice una cosa y el de Medio Ambiente
(verdes) dice otra. Naturalamente, nadie habla de los intereses de los belgas,
ni tampoco de los de las empresas propetarias de Lingen y Gronau, que son de
capital británico y holandés. Rusia está en medio.
Desde
2015 la central de Lingen funciona a menos de la mitad de su capacidad. Con
Rosatom, podría tener más pedidos, ya que Rusia dispone de la tecnología
necesaria para producir combustible para los reactores rusos de los países del este de Europa (que también forman parte
de la Unión Europea).
Es
un negocio que no puede fallar. Rosatom ampliaría el mercado para la central
belga, que podría funcionar a pleno rendimiento. Además, consolidaría su
mercado en el este de Europa y adquiriría otros nuevos en el oeste con la
etiqueta “Made in Germany”, o sea, con la posibilidad de acceder a los fondos
verdes europeos. Por fin, el plan elevaría la indemnización que el Estado tiene
que pagar para cerrarla.
Si
la colaboración nuclear entre Francia y Rusia sigue adelante, resolvería el
nudo principal de la energía nuclear, al menos formalmente: los residuos
nucleares, que podrían almacenarse en Sibería.
En
2019 el monopolio francés Orano, sucesor de Areva, firmó un contrato con una
filial de Rosatom para construir una planta de uranio empobrecido, situada en
el emplazamiento de Zelenogorsk, al norte de San Petersburgo, en el Golfo de
Finlandia. Ese mismo año, Rosatom anunció la firma de un contrato con Framatome
y la empresa alemana Siemens para el suministro de sistemas de control para una
planta en Hungría. En abril de 2020, EDF también consiguió un contrato para suministrar el
sistema de protección de los reactores de la central nuclear Kursk II, en
Rusia.
En
occidente los medios de comunicación sólo hablan del gas, pero Rusia también
estaba ganando influencia en el sector nuclear europeo y les
va a resultar muy complicado que las sanciones consigan frenar ese desarrollo.
No hay forma de sancionar a una empresa rusa sin sancionar a las propias
empresas europeas.
FUENTE: mpr21.info
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