La reconstrucción de La Palma
y la lucha de clases
Diario octubre
/ marzo 21, 2022
Alexis Dorta.— La erupción del volcán en La Palma vino a desvelar,
entre otras muchas cosas, la precariedad en que está sustentada la vida y el
modo de vida de prácticamente todos los habitantes del Archipiélago Canario. Y
lo está porque el territorio de las islas es volcánico en su mayor parte y
limitado al ser insular. Lógicamente esto condiciona, sobre manera, la forma en
que se desarrolla la vida, el trabajo y las relaciones sociales que tienen su
marco histórico y social en un territorio determinado y concreto.
El modelo
desarrollista impulsado por la burguesía canaria junto con los capitales
foráneos e internacionales, determinan un modo de acumulación y reproducción
ampliada de los capitales en el que la especulación y la explotación intensiva
y extensiva del territorio forma parte de su propia esencia. De tal manera que
en el capitalismo canario territorio y capital, territorio y acumulación,
territorio y beneficios están íntimamente conectados. La burguesía canaria ha
logrado apropiarse de la renta del suelo y ha conseguido, en base a la
especulación inmobiliaria, grandes ganancias sobre las que asentar su proceso
de reproducción social.
El volcán, con
su paso destructivo, ha puesto en evidencia esa tremenda debilidad en que se
cimientan las economías insulares; la enorme densidad habitacional, la
precariedad de las infraestructuras, la ausencia de planes de actuación
coherentes y sensatos, la falta total de perspectivas de futuro, todo eso y
más, ha puesto en relevancia la política burguesa en Canarias.
Ahora viene el
periodo de reconstrucción de La Palma; las demandas de la población afectadas
para que el desastre que han sufrido sea, en cierta manera, paliado y
solventado a través de una planificación de ayudas y planes públicos que tienen
que tener la condición sine qua non de contar con la participación democrática
y protagónica de los sectores populares de La Palma, del pueblo trabajador que
vive en la isla. Pero con toda seguridad esas ayudas públicas, y esos planes de
reconstrucción se verán directamente afectados por el propio modelo de
desarrollo especulativo, intrínseco al proceso productivo de las islas. La
especulación y las nuevas fuentes de ganancia para las constructoras y para las
empresas privadas harán su aparición tras la pantalla de la “colaboración
público-privada”. La Palma será escenario de una lucha de clases en torno a la
reconstrucción insular porque inevitablemente las demandas sociales del pueblo
palmero chocarán con los planes de acumulación de la burguesía. La gestión de
los fondos de reconstrucción será objeto de una encarnizada apropiación por
parte de los sectores privados del negocio y sobre esa gestión, su volumen, su
distribución, su cuantía y su modelo de decisión, tendrá que haber una lucha
entre los sectores populares y afectados organizados y los representantes
políticos de la burguesía.
Un factor
decisivo en este proceso de enfrentamientos será, sin duda, la solidaridad que
se pueda articular del pueblo canario hacia los sectores populares afectados
por el volcán en La Palma. La organización de un amplio movimiento de
solidaridad con las demandas sociales de los colectivos de afectados será
esencial a la hora de definir y decidir sobre las ayudas públicas y los planes
de reconstrucción que permitan un cambio cualitativo en las demandas sociales y
en las conquistas socio-económicas del pueblo trabajador de Canarias.
Ese es el nuevo
escenario de lucha de clases que se abate sobre el terreno de La Palma y de
Canarias en las próximas fechas.
FUENTE: unidadylucha.es
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