RAZA IBERICA
Entró al bar aquel hombre, blasfemó,
y con la blasfemia un santo de primer orden y su Santísima Madre quedaron
rodando por los suelos.
Una copa de aguardiente y a
continuación otra le rasparon la garganta, al poco le quemaron el estómago, y
esto le removió las esencias políticas y las echó fuera a trompicones.
España se está cagando, dijo, y
luego añadió que la capital de España era Bilbao, y que la mayor fábrica de
analfabetos era también España,y luego que se cagaba en la madre que los
parió a todos, ¿o no?, acabó
preguntándose.
Garraspeó cabeceando sobre el
mostrador. Empezó tarareando el himno de la Legión Española, al que arrimó un
pedazo de jota navarra y a éste le pegó unas palabras de que la Virgen del
Pilar no quería ser francesa, a lo que
empalmó que le robaron el carro un día de romería y que cuando le
enterraran que le pusieran un grano de uva en el paladar, y que el gol de
Marcelino era un gol y no los que andaban metiendo ahora cuatro hambrosianos,
¿o no?, acabó preguntándose.
Sacó la cabeza por la puerta del bar
y tras ella echó el cuerpo aquel hombre, entrado en años, bien conjuntado de
pantalones grises, camisa blanca y jersey azul marino.
Se fue tirando de sus recuerdos, con
pasos lentos y curvos, como sus piernas, midiendo la acera de uno a otro lado,
parando de cuando en cuando para fijar pies y rumbo, vista en todas parte y en
ninguna, con brazos arqueados, separados
del tronco, gesticulando, como si escribiera en la pizarra del aire.
*
* *
Manuel
Sogas Cotano
Zaragoza
2 Octubre 2005
*++
No hay comentarios:
Publicar un comentario