Los rostros y las historias detrás de la movilización de pensionistas de todo el país
- Este
miércoles los jubilados de todo el país han vuelto a plantarse frente a
la Cámara Baja para recordar que pretenden ir hasta el final con sus
reivindicaciones
Han llegado desde lejos al corazón mismo del país. Una distancia de cientos de kilómetros, recorridos a pie desde Bilbao y Rota (Cádiz)
por los más osados, para exigir la sostenibilidad y continuidad del
sistema público de pensiones. Eran muchos miles de pensionistas y
estaban dispuestos a difundir dos mensajes principales: que no se
rendirán hasta ver como el Gobierno blinda las pensiones acorde a la
subida del IPC y que su lucha es, sobre todo, por el bien de las
siguientes generaciones, quienes corren el riesgo de que no se les garantice una pensión digna en el futuro.
La movilización de este miércoles en Madrid ha sido una jornada histórica por la confluencia de las mareas de pensionistas de todo el país, pero los pensionistas llevan movilizándose más de dos años. Durante todo este tiempo han ido creciendo como setas las 270 plataformas de todo el país que forman parte de la Coordinadora Estatal de Defensa del Sistema Público de Pensiones (COESPE). Los mayores de 60 años han dicho basta: sirvieron de colchón a sus familias durante la crisis, enfrentando el copago sanitario y la pérdida de poder adquisitivo de sus pensiones. Ya no están dispuestos a tolerar más.
La subida del 0,25% que les ofreció el Gobierno de Mariano Rajoy era “una mierda”, dejaron claro en uno de sus primeros lemas y, el hecho de que el expresidente no escuchara lo suficiente sus demandas, contribuyó a su debilitamiento. Poco después de la movilización feminista de 2017, los pensionistas pillaron por sorpresa a las autoridades del Congreso de los Diputados y lograron quebrar el cordón policial. Las imágenes de su desafío dieron la vuelta al país. Además, durante todo este tiempo los pensionistas vascos han sostenido en el tiempo su movilización, con protestas cada lunes.
Este
miércoles los jubilados de todo el país han vuelto a plantarse frente a
la Cámara Baja para entregar sus demandas y recordar que pretenden ir
hasta el final con sus reivindicaciones.
Mariano, 79 años (Vallecas, Madrid) ha trabajado toda la vida en la construcción, sin contar con que a los 8 o 9 años ya andaba con el ganado de su familia en su natal Extremadura. “Mi infancia fue peor que la de esos niños que vemos ahora del tercer mundo”, cuenta. Después de una vida de sacrificio, su jubilación tampoco ha sido lo tranquila que debería. “Hemos tenido unas pensiones de miseria, que no se podía vivir con ellas”, critica señalando sobre todo al PP. “Si no hay movilización no se consigue nada, así que seguiremos en la lucha”.
Maricarmen y Salvador, 62 años y 71 años (Tenerife). Este matrimonio de artistas se ha dedicado a ofrecer espectáculos de magia para los turistas que visitan su isla, pero ahora se preocupan por que tanto ellos como sus hijos puedan disfrutar de unas pensiones dignas. “Hay que blindar las pensiones para que sean un derecho constitucional, y no dependan del vaivén de quienes nos gobierna”, explican. También quieren que las pensiones se garanticen en los Presupuestos Generales del Estado.
Antonio, 66 años (Almería). “Hemos venido a defender las pensiones y la igualdad de las mismas. No hay derecho a que se deje de cobrar el 50% de ellas por viuedad”, defiende este portavoz de la Plataforma de Pensionistas de Almería. Después de llevar trabajando desde los 15 años explica que perdió el 18% de su retribución por jubilarse a los 61 años. “Fue como una condena de cárcel”, cuenta.
Ascensión, 63 años (Almansa), ha trabajado toda su vida en una fábrica de zapatos, como la mayoría de compañeros que han venido a Madrid con ella. A las 5 de la madrugada tomaron un bus para venir a Madrid a exigir lo que les corresponde. “Que no nos bajen más las pensiones, que cada día nos quitan más, y que nos suban lo que nos han quitado”, reivindica.
Javier, 63 años (Langreo, Asturias). “La gente joven es la que tendría que estar aquí”, dice rodeado de miles de pensionistas este asturiano de la cuenca minera que, asegura, no ha dejado de luchar en toda su vida. “Los jóvenes tendríais que atar los playeros y poneros a luchar. Nosotros podremos cobrar más o menos, pero vosotros os vais a quedar a dos velas”, insiste.
La movilización de este miércoles en Madrid ha sido una jornada histórica por la confluencia de las mareas de pensionistas de todo el país, pero los pensionistas llevan movilizándose más de dos años. Durante todo este tiempo han ido creciendo como setas las 270 plataformas de todo el país que forman parte de la Coordinadora Estatal de Defensa del Sistema Público de Pensiones (COESPE). Los mayores de 60 años han dicho basta: sirvieron de colchón a sus familias durante la crisis, enfrentando el copago sanitario y la pérdida de poder adquisitivo de sus pensiones. Ya no están dispuestos a tolerar más.
La subida del 0,25% que les ofreció el Gobierno de Mariano Rajoy era “una mierda”, dejaron claro en uno de sus primeros lemas y, el hecho de que el expresidente no escuchara lo suficiente sus demandas, contribuyó a su debilitamiento. Poco después de la movilización feminista de 2017, los pensionistas pillaron por sorpresa a las autoridades del Congreso de los Diputados y lograron quebrar el cordón policial. Las imágenes de su desafío dieron la vuelta al país. Además, durante todo este tiempo los pensionistas vascos han sostenido en el tiempo su movilización, con protestas cada lunes.
Mariano, 79 años (Vallecas, Madrid) ha trabajado toda la vida en la construcción, sin contar con que a los 8 o 9 años ya andaba con el ganado de su familia en su natal Extremadura. “Mi infancia fue peor que la de esos niños que vemos ahora del tercer mundo”, cuenta. Después de una vida de sacrificio, su jubilación tampoco ha sido lo tranquila que debería. “Hemos tenido unas pensiones de miseria, que no se podía vivir con ellas”, critica señalando sobre todo al PP. “Si no hay movilización no se consigue nada, así que seguiremos en la lucha”.
Maricarmen y Salvador, 62 años y 71 años (Tenerife). Este matrimonio de artistas se ha dedicado a ofrecer espectáculos de magia para los turistas que visitan su isla, pero ahora se preocupan por que tanto ellos como sus hijos puedan disfrutar de unas pensiones dignas. “Hay que blindar las pensiones para que sean un derecho constitucional, y no dependan del vaivén de quienes nos gobierna”, explican. También quieren que las pensiones se garanticen en los Presupuestos Generales del Estado.
Antonio, 66 años (Almería). “Hemos venido a defender las pensiones y la igualdad de las mismas. No hay derecho a que se deje de cobrar el 50% de ellas por viuedad”, defiende este portavoz de la Plataforma de Pensionistas de Almería. Después de llevar trabajando desde los 15 años explica que perdió el 18% de su retribución por jubilarse a los 61 años. “Fue como una condena de cárcel”, cuenta.
Ascensión, 63 años (Almansa), ha trabajado toda su vida en una fábrica de zapatos, como la mayoría de compañeros que han venido a Madrid con ella. A las 5 de la madrugada tomaron un bus para venir a Madrid a exigir lo que les corresponde. “Que no nos bajen más las pensiones, que cada día nos quitan más, y que nos suban lo que nos han quitado”, reivindica.
Javier, 63 años (Langreo, Asturias). “La gente joven es la que tendría que estar aquí”, dice rodeado de miles de pensionistas este asturiano de la cuenca minera que, asegura, no ha dejado de luchar en toda su vida. “Los jóvenes tendríais que atar los playeros y poneros a luchar. Nosotros podremos cobrar más o menos, pero vosotros os vais a quedar a dos velas”, insiste.
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