Los monclovines estos del capital que constituyen la banda de Robín Hood el malo, el que roba a los pobres para dárselo a los ricos, con más ganas de cháchara y joder al personal por joderlo que otra cosa, han decidido alterar el orden público en Barcelona para tratar de esto y lo otro, pero sin tratar el origen del problema que constituye su propia reunión para conspirar y alterar el orden social a la par que nos mandan a que trabajemos más por menos dinero y en peores condiciones hoy que mañana, precisamente a quienes con nuestro trabajo creamos la riqueza existente de la que ellos, porque sí, se apropian y se apropian…, y que no se cansan de robarnos incluso el porvenir, oyes.
Pues esta parva de monclovines del capital que aparece en la foto, tan sonrientes, bien vestidos y con todas las pintas de no haber dado un palo al agua en su vida para aportar algo beneficioso para la sociedad, es la que a través de sus respectivos gobiernos atitiretados a su servicio nos han llevado treinta años atrás, dejándonos un presente en España (sus rastro dejados en Grecia, Portugal y otros países son de la misma injusta naturaleza) de más del 40% de paro juvenil, de más del 30% de precariedad laboral y del 63% de la población activa no llega a los mil euros al mes de sueldo, y con todo esto, Rajoy, que es un dócil servidor de sus amos del capital nos la tiene sentenciada: cada reunión de sus ministros servidores como él del gran capital, nueva reforma, o sea, nuevo recorte…, que digo yo, que hasta que como La Bullonera: “… que se nos hinchen los huevos y caigas de cabecica, del Puente Piedra hasta el Ebro…” ¿Ú qué, maño, ú qué?
Pues a esta parva de infrascritos delincuentes del capital responsables de la situación de paro e inseguridad social existentes, y lo que te rondaré Morena, como no les paremos los pies y las manos de robar, es a la que ha obsequiado el ministro del Interior que nosotros pagamos, pero que a ellos sirve, ocho mil policías para su tranquilidad goce, roce y disfrute de la noche catalana, y del día, porque no hay noche sin día ni ladrón que se canse robar ni corrupto que por sí mismo se vaya de la política.
Y, ya que estamos en esto, señor ministro del Interior, ¿no sería mucho más mejor, pero mucho más, ¡donde va a parar!, que ya que están los ocho mil policías en buena concordancia y dispuesto para mantener la paz social mirando al ciudadano normal por si hiciera o hiciese falta amoratarle una ceja, en defensa propia, señor ministro que eso no se duda nunca, en defensa propia, que se le mandara o mandase a eso ocho mil policías la mía vuelta, ¡ar! Y la emprendiesen a la detención preventiva de todos y cada uno de eso reunidos del BCE y compaña, que son los responsables de todos los desordenes públicos?
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