España
en su laberinto
KAOSENLARED
21 de noviembre de 2023
ESPAÑA EN SU LABERINTO
¿De qué hablamos cuando
hablamos de España? Parece fácil responder que se trata de un país
inserto en la mal llamada “Unión Europea”, servidora de los
EEUU, y de su brazo armado OTAN. Estos dos polos de inserción con el
“mundo exterior” ( todo “gracias al PSOE”) hacen de este un país vasallo
en una Europa vasalla, donde la macroeconomía y la geopolítica de toda la
UE se subordinan, no a las necesidades de los pueblos europeos y del español,
por supuesto, sino a las de” Bruselas”, plataforma de control y puesto de mando
de las grandes corporaciones militares, económicas y financieras
del otro lado del Atlántico unidas a las de este.
Así tendríamos una foto
de–digamos- una “macro-España”. Pero si descendemos a la arena de la España
interior, a la micro-España, las cosas pintan de otro modo, como nos
describe el historiador inglés Gerald Brenan en su obra “El laberinto español”
editado en 1942 y que parece escrito esta semana.
Cito:
“España, tanto económica
como psicológicamente, difiere en tal grado de los demás países de la Europa
occidental, que las palabras con que se hace principalmente la historia-
feudalismo, autocracia, liberalismo, Iglesia, ejército, Parlamento, sindicato,
etc. tienen sentidos muy distintos a los que se les presta en Francia o
Inglaterra….(sic)…Lo primero que hay que observar es la fuerza del sentimiento
regional y municipal”.En lo que puede llamarse su situación normal, España es
un conjunto de pequeñas repúblicas, hostiles o indiferentes entre sí, agrupadas
en una federación de escasa cohesión”.
Fácilmente
nos viene a la memoria el Estado de las Autonomías con sus dimes y diretes
incapaces de acordar un Estado federal, entre otras cosas porque la
Constitución- sagrada Nueva Biblia- exige un rey por decreto franquista.
Por lo tanto, si la
macro-España nos induce a pensar en UNA entidad nacional inserta
en UNA colectividad internacional, como un bloque compactado,
la “micro”, nos muestra durante los cuatro últimos siglos el deseo de
independencia de vascos y catalanes- y que en el presente no solo
continúa, sino que parece ir alcanzando mayores cuotas de poder con el actual
gobierno. Y esto ha enfurecido soberanamente a los fascistas y
parafascistas de la” España Una, Grande y Libre” ( y mejor Imperial, si
se pudiera) que perdieron estos días la posibilidad de gobernar.
Como nostálgicos irredentos de Franco pululan por las calles del país
gritando su enfado por haber perdido, especialmente en Madrid, corazón del
fascismo nacional.
Exaltados contra el
PSOE, y entre dialogantes, desafiantes y furiosos con la policía y
hasta con su rey, vienen alimentando el ruido de
sables, y por ello andan revueltos, al parecer, uniformados de la España
Una Grande y Libre afines a jueces nostálgicos de la dictadura y a sus
correspondientes medios de desinformación añadiendo leña al fuego en la
hoguera patriotera en la que todas estas fuerzas oscuras y destructivas
se calientan cantando al sol, con camisa nueva y todo.
Lo único nuevo de esta
gente, sin embargo, no es esa su canción de cuna ni su camisa azul o
parda. La única novedad son las máscaras democráticas bajo las que
quieren ocultar su condición, aparentando respetar el Parlamento y las
instituciones que tanto desprecian y tanto desean ver desaparecer, mientras se
presentan a ser elegidos para destruir lo que puedan de la poca democracia que
nos queda. Por eso les molesta tanto perder.
Abochorna ver sentados en
el Parlamento a todas esas cabezas vacías de inteligencia racional y de
cualquier moral, que viven obsesionadas por gobernar, dominar y excluir a
través de la violencia y la mentira a todo el que no se les parezca por el
color de la piel, la nacionalidad, las ideas o la fe.
Fingen que odian a Cataluña
o Euskadi porque pese a que en uno y otro caso tienen un peso decisivo
las derechas, por ser estas nacionalistas y hasta republicanas, les
enerva aunque sean familia, porque los de la España Una y todo eso
quieren controlar todo el pastel de “grande y libre”
para ellos solitos y tener bajo sus botas al resto,” familia” incluida.
Cuando les vemos exigir
hipócritamente por las calles igualdad y libertad están exhibiendo su
voluntad de poder sobre las voluntades nacionales e igualarlas todas a sí
mismos. Un solo partido, un solo jefe, una sola ideología nacional, un solo gobierno
dictatorial, una sola religión-la suya disfrazada de cristiana- y una sola raza
blanca. Este es su santo y seña, viejo y renovado. Y un idioma excluyente, la
cultura de los coros y danzas, las corridas y los cotos de caza completan su
oferta cultural. Pero la gente no cuenta ni aunque cante su canción. Solo
cuentan ellos para ellos, y aun así entre broncas por ver quién decide y pugnar
por quien se queda con más pastel. Pero no vayamos a creer que estos
sujetos tienen algo de original. Leyendo a Gerald Brenan, se da uno
cuenta de lo poco que este país de países malentendidos entre sí avanza
por la historia, y los tremendos efectos secundarios negativos que 84 años de
fascismo “a la española” han supuesto para esta nación. Por eso ha sido posible
un nuevo gobierno derechizado contra el que se revuelven todo el conjunto de
estos zombis políticos a los que no les basta con la expulsión de Podemos por
ser de izquierdas ni el triunfo de “sus” derechas por ser
independentistas.
Solo ver la virulencia de
estos días en las calles de media España muestra cómo un genocidio como
el de Franco, pariente del genocidio palestino hoy, se alarga sobre el tiempo
con la sombra y el regusto de la violencia que es el fascismo y que
sigue produciendo metástasis sociales que exigen curas urgentes por
parte del pueblo. Y no solo del español, sino el de la Unión Europea, el
de Israel, EEUU y tantos otros cuyos gobiernos se presentan disfrazados de
demócratas del estilo del PP, de Vox, el del loco Milei y tantos otros. El
fascismo se está convirtiendo en una lacra mundial. Defendamos que aquí,
no. Nunca mais.
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