miércoles, 22 de noviembre de 2023

España en su laberinto

 

España en su laberinto



Por Patrocinio Navarro Valero

KAOSENLARED

21 de noviembre de 2023 

 

ESPAÑA EN SU LABERINTO

¿De qué hablamos cuando hablamos de España? Parece fácil responder que se trata de un país  inserto en la mal llamada  “Unión Europea”,  servidora  de los EEUU, y de su brazo armado OTAN. Estos   dos polos de inserción con el  “mundo exterior” ( todo “gracias al PSOE”)  hacen de este un país vasallo en una Europa vasalla, donde  la macroeconomía y la geopolítica de toda la UE se subordinan, no a las necesidades de los pueblos europeos y del español, por supuesto, sino a las de” Bruselas”, plataforma de control y puesto de mando  de  las grandes corporaciones militares, económicas y financieras del otro lado del Atlántico unidas a las de este.

Así tendríamos una foto de–digamos- una “macro-España”. Pero si descendemos a la arena de la España interior, a  la micro-España, las cosas pintan de otro modo, como nos describe el historiador inglés Gerald Brenan en su obra “El laberinto español” editado en 1942 y que parece escrito esta semana.

Cito:

España, tanto económica como psicológicamente, difiere en tal grado de los demás países de la Europa occidental, que las palabras con que se hace principalmente la historia- feudalismo, autocracia, liberalismo, Iglesia, ejército, Parlamento, sindicato, etc. tienen sentidos muy distintos a los que se les presta en Francia o Inglaterra….(sic)…Lo primero que hay que observar es la fuerza del sentimiento regional y municipal”.En lo que puede llamarse su situación normal, España es un conjunto de pequeñas repúblicas, hostiles o indiferentes entre sí, agrupadas en una federación de escasa cohesión”.

 Fácilmente nos viene a la memoria el Estado de las Autonomías con sus dimes y diretes incapaces de acordar un Estado federal, entre otras cosas porque la Constitución- sagrada Nueva Biblia-  exige un rey por decreto franquista.

Por lo tanto, si la macro-España  nos induce a pensar en UNA entidad nacional  inserta en UNA colectividad internacional, como un bloque compactado, la “micro”, nos muestra durante los cuatro últimos siglos  el deseo de independencia de vascos y catalanes- y que en el presente  no solo continúa, sino que parece ir alcanzando mayores cuotas de poder con el actual gobierno. Y esto ha enfurecido soberanamente a  los fascistas y parafascistas  de la” España Una, Grande y Libre” ( y mejor Imperial, si se pudiera) que  perdieron estos días la posibilidad de gobernar.  Como nostálgicos irredentos de Franco pululan por las calles del país gritando su enfado por haber perdido, especialmente en Madrid, corazón del fascismo nacional.

Exaltados contra  el PSOE, y entre dialogantes, desafiantes  y furiosos con la policía  y hasta con su rey, vienen alimentando el ruido de sables, y  por ello andan revueltos, al parecer, uniformados de la España Una Grande y Libre afines a jueces nostálgicos de la dictadura y a sus correspondientes medios de desinformación añadiendo  leña al fuego en la hoguera patriotera en la que todas estas fuerzas oscuras y destructivas  se calientan  cantando al sol, con camisa nueva y todo.

Lo único nuevo de esta gente, sin embargo, no es esa  su canción de cuna ni su camisa azul o parda. La única novedad son las máscaras democráticas  bajo las que quieren ocultar su condición, aparentando respetar el Parlamento y las instituciones que tanto desprecian y tanto desean ver desaparecer, mientras se presentan a ser elegidos para destruir lo que puedan de la poca democracia que nos queda. Por eso les molesta tanto perder.

Abochorna ver sentados en el Parlamento a todas esas cabezas vacías de inteligencia racional y  de cualquier moral, que viven obsesionadas por gobernar, dominar y excluir a través de la violencia y la mentira a todo el que no se les parezca por el color de la piel, la nacionalidad, las ideas o la fe.

Fingen que odian a Cataluña o Euskadi porque pese  a que en uno y otro caso tienen un peso decisivo las derechas, por ser  estas nacionalistas y hasta republicanas, les enerva aunque sean familia, porque  los de la España Una y todo eso  quieren controlar todo el pastel de “grande y libre” para ellos solitos y tener bajo sus botas al resto,” familia” incluida.

Cuando les vemos exigir hipócritamente por las calles  igualdad y libertad están exhibiendo su voluntad de poder sobre las voluntades nacionales e igualarlas todas a sí mismos. Un solo partido, un solo jefe, una sola ideología nacional, un solo gobierno dictatorial, una sola religión-la suya disfrazada de cristiana- y una sola raza blanca. Este es su santo y seña, viejo y renovado. Y un idioma excluyente, la cultura de los coros y danzas, las corridas y los cotos de caza completan su oferta cultural. Pero la gente no cuenta  ni aunque cante su canción. Solo cuentan ellos para ellos, y aun así entre broncas por ver quién decide y pugnar por quien se queda con más pastel.  Pero no vayamos a creer que estos sujetos tienen algo de  original. Leyendo a Gerald Brenan, se da uno cuenta de lo poco que este país de países malentendidos entre sí  avanza por la historia, y los tremendos efectos secundarios negativos que 84 años de fascismo “a la española” han supuesto para esta nación. Por eso ha sido posible un nuevo gobierno derechizado contra el que se revuelven todo el conjunto de estos zombis políticos a los que no les basta con la expulsión de Podemos por ser de izquierdas ni el triunfo de “sus”  derechas por ser independentistas.

Solo ver la virulencia de estos días en las calles de media España muestra cómo  un genocidio como el de Franco, pariente del genocidio palestino hoy, se alarga sobre el tiempo con la sombra y el regusto de la violencia  que es el fascismo y que  sigue produciendo metástasis sociales que exigen curas urgentes por parte  del pueblo. Y no solo del español, sino el de la Unión Europea, el de Israel, EEUU y tantos otros cuyos gobiernos se presentan disfrazados de demócratas del estilo del PP, de Vox, el del loco Milei y tantos otros. El fascismo  se está convirtiendo en una lacra mundial. Defendamos que aquí, no. Nunca mais.

 *++

 

No hay comentarios: