Chile. Nace Plataforma Anticapitalista y Popular: un
empeño unitario para la emancipación
Publicado el 1 de agosto de 2023 / Por Andrés
Figueroa Cornejo
KAOSENLARED
Con la participación de
representantes de organizaciones políticas y sociales, se realizó el momento
inicial de la Plataforma Anticapitalista y Popular este 29 de julio, en la
comuna de Quinta Normal, Santiago.
En una breve caracterización
general de la situación desde la que arranca el nuevo empeño de articulación
política y social, se planteó que, “el Estado chileno, marcado a fuego por la
imposición de los programas del liberalismo ortodoxo y el monetarismo, la
superexplotación humana y la expoliación extractivista, tras el golpe de Estado
de 1973, la dictadura cívico militar y las posteriores administraciones
civiles, sólo reflejan las consecuencias de la situación de las relaciones de
fuerza internacionales de acuerdo a las especificidades del capitalismo chileno
y su carácter dependiente según la división internacional del trabajo y las
relaciones asimétricas entre el Sur y el Norte Global”, y que, “La tiranía
del capital y el régimen de la ganancia, luego de medio siglo, hizo retroceder
los intereses y derechos de las clases trabajadoras y populares de manera
estructural. Para ello, la contrarrevolución burguesa se ha valido de la
coacción directa y su huella genocida, así como del consenso pasivo de la
población a través de las armas de la alienación y el disciplinamiento social.
Las relaciones sociales devenidas de los intereses de las clases dominantes, se
presentan y reproducen en el seno de las familias, la educación formal, el
empleo, los medios masivos de comunicación, el arte y la cultura neocolonial,
las religiones particularmente protestantes; el fetiche y espectacularización
de la mercancía y todo tipo de representaciones simbólicas”.
Asimismo, se señaló que,
“por voluntad colectiva y necesidad histórica, hemos decidido colaborar desde
la práctica consciente, democrática y revolucionaria, con la recomposición de
la dispersión política y social de los intereses y derechos de las clases
trabajadoras y populares”.
Entre las definiciones de
la Plataforma se subrayó su condición “Anticapitalista, antiimperialista,
antifascista, antipatriarcal, ecosocialista, internacionalista,
latinoamericanista; uno y lo mismo con los pueblos originarios en lucha por su
autonomía, autedeterminación y territorio; una y lo mismo con la migración
trabajadora; una y lo mismo con la comunidad LGBIT en resistencia; así como su
independencia política respecto de los intereses del Estado capitalista, su
régimen institucional, sus clases tutelares y sus representaciones políticas,
sociales y culturales”.
Durante la asamblea
fundacional del espacio de articulación entre los diversos empeños provenientes
del mundo de los trabajadores y los territorios populares, se acentuó el
diagnóstico sobre la crítica situación del sistema político hegemónico y la
urgencia de la unidad en la práctica del anticapitalismo, de modo que la
irrupción creativa, abierta, distintiva y masiva de las fuerzas sociales
transformadoras en los ámbitos contingentes, como la farsa constitucional en
curso y la conmemoración de los 50 años desde el golpe de Estado, se enfrenten
de manera distinguible y diferenciada, con forma y contenidos propios, y a
través de una praxis independiente respecto de las actividades planificadas por
el social liberalismo, así como por los denominados ‘progresismos’ instalados
en el gobierno central.
Asimismo, se convino que,
más allá de las campañas puntuales y acotadas, también es preciso establecer
líneas de trabajo permanentes en la coordinación y construcción de fuerzas para
la lucha en todos los territorios y terrenos posibles del país, al igual que en
el fortalecimiento del sindicalismo de clase y la recuperación de los bienes
comunes para la formulación de una nueva matriz de desarrollo fundada en las
satisfacciones de las necesidades elementales de la sociedad y el respeto
irrestricto de la naturaleza. En igual sentido, se acordó promover la formación
política, la acción concreta desde abajo y la proyección de los medios de
comunicación independientes y populares.
En materia poli-ética, se
comprometió el sostenimiento de una conducta personal y colectiva asociada
al bien común, la fraternidad, la verdad, la colaboración mutua, solidaridad,
generosidad; el no mentir, no robar, no ser flojo; y las relaciones
democráticas y respetuosas de la humanidad en la naturaleza.
Todos quienes participaron
del encuentro manifestaron la importancia estratégica de, paulatinamente, de
menos a más, de lo simple a lo complejo, imponerse las tareas de una superior
densidad política, programática y organizacional, hacia la creación de un
proyecto revolucionario. Igualmente, los asistentes coincidieron en que los
objetivos mencionados tienen que ver con los tiempos de la lucha de clases, y
la creciente intervención política real de una fuerza en constante crecimiento,
reconocimiento, y constitución en tanto alternativa civilizatoria de los
intereses de las clases trabajadoras y populares.
La asamblea anticapitalista
hizo referencia a la lucha inmediata por los derechos humanos y sociales, y a
colaborar con la organización de la juventud trabajadora y estudiantil que
padece la brutalidad de la precarización e informalidad laboral, los peores
salarios, la crisis de la enseñanza formal y la ausencia de porvenir. Mismo
énfasis se colocó en hacer propio el entramado de luchas del antipatriarcado
popular y la extensión de lazos con las batallas antiimperialistas de los
pueblos del continente y más allá.
Frente a las muchas tareas
registradas (y aquellas que se quedaron sin minutos para plantearse), y con el
propósito de efectuar un seguimiento de los acuerdos, la Plataforma
Anticapitalista y Popular escogió democráticamente un equipo coordinador
provisorio.
Se trata de un inicio, una
fuerte apuesta política, la posibilidad de la unidad. Se trata, una vez más, de
la humanidad oprimida autoconvocada y su liberación.
*La imagen es del autor del
texto
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