El
28 de noviembre de1820 nacía en Prusia Friedrich Engels. Lo recordamos hoy con
este texto de González Varela, prólogo de un curioso trabajo del “socio
intelectual” de Marx sobre Afganistán, publicado originalmente en la New
American Cyclopaedia.
El “Afganistán” de Engels
El Viejo Topo
28 noviembre, 2022
¿El “general”
Engels como un auténtico polystor filosófico, erudito
enciclopedista y négre literario de Marx? Antes de resolver
este enigma debemos retroceder un poco. 1850, Londres, Soho. El exiliado
revolucionario Marx tenía tres fuentes de ingresos básicas en esos duros años:
su trabajo como periodista y ensayista, contribuciones de sus amigos (frecuente
y mayoritariamente Engels) y una herencia familiar de su esposa, agotada en
1863. El mayor estipendio regular del grupo familiar marxiano desde agosto de
1851 era su corresponsalía europea del New York Daily Tribune,
trabajo que le había sido ofrecido por el editor-jefe, Charles Dana,
personalidad única del Progresismo whig norteamericano.
El NYDT era
un diario progresista de gran tirada y masiva cantidad de suscriptores, que
podía definirse por sus antinomias: antibelicismo, antiesclavismo,
antitabaquismo, antialcohol, antiprostitución, antijuego, anti-Free trade.
Dana había sido activo miembro del falansterio de BrookFarm (1819-1847) situado
en West Roxbury, Massachussets, proyecto del que participaron el filósofo
Emerson (tan alabado y leído por Nietzsche) y el escritor Hawthorne, proyecto
que finalmente fracasó. Fourierista radical, había conocido personalmente a
Marx en noviembre de 1848 en Colonia, gracias al contacto del poeta y amigo
Freiligrath, durante la situación revolucionaria, cuando era corresponsal en
Europa del Tribune reemplazando a Börnstein.
Durante una
visita de cortesía a la redacción del Neue Rheinische Zeitung,
que dirigían Marx y Engels, quedó vivamente impresionado por su personalidad,
pasó una “tarde deliciosa” (sic), y siguió manteniendo un contacto epistolar
regular con ellos.
En una carta
del 6 de abril de 1857, Dana invita oficialmente a Marx (de lejos su
corresponsal más valioso y productivo en Europa) a contribuir en la NAC.
Le comentó que estaba a cargo de la edición de la primera enciclopedia
universal norteamericana, inspirada en las francesas y en la Britannica, que se
llamaría la New American Cyclopaedia. ¿No le gustaría a Marx hacer
una serie de breves esbozos sobre personalidades históricas para la misma, a
dos dólares por página impresa? La oferta es escribir artículos de Militaria en
general, sobre grandes líderes militares (saldrá aquí de su pluma la durísima
voz “Bolívar y Ponte”) e Historia de la Guerra. Y aunque parezca absurdo… ¡Nada
de palabras clave ni iconos filosófico-políticos, nada de Economía Política ni
Materialismo crítico! Las restricciones eran un evidente síntoma de la sorda
lucha ideológica que había existido ya en los artículos del NYDT.
Pero había una causa adicional: los artículos bélicos y militares de Marx
(escritos por Engels) en el NYDT habían causado una gran
conmoción en EEUU entre lectores y expertos, elogiados y admirados por su
estilo, minuciosidad y precisión técnica.
En una de sus
cartas, Dana le dijo a Marx que los lectores estadounidenses atribuyeron la
autoría de los artículos sobre La Guerra de Crimea de 1853-1855 en la NYDT nada
menos que al General Winfield Scott, Comandante en Jefe del Ejército de los
EEUU, que fue incluso candidato de fuerzas progresistas a la presidencia en
1853. Comunicando esto a Engels, Marx escribió: “Tus artículos militares
produjeron una gran sensación. Hay un rumor en Nueva York, que proviene del
extranjero, de que han sido escritos por el general Scott.” “Esos yankees son
unos malditos y pésimos tipos, los del Tribune parecen pensar
que como ya te han exprimido como un limón te quieren exprimir de nuevo”, le
escribió Engels a Marx casi de inmediato sobre la oferta de Dana.
También le
sugirió exigirle a Dana ser el editor exclusivo y general de toda la
enciclopedia, “ya veríamos como la sacaríamos adelante”, conformar un bureau
para la producción literaria (incluyendo los amigos del “partido de Marx”) y le
sugería hacerse cargo de las voces relacionadas con la Filosofía, biografías de
estadistas modernos, Cartismo, Socialismo, Comunismo, el Code Napoleón,
así como de asuntos de finanzas en el capitalismo; Engels propone encargarse de
Literatura antigua, lenguas romances y temas militares. Finalmente Marx no tuvo
más remedio que aceptar ser mero colaborador y además con estrictas
limitaciones temáticas y crematísticas, aunque Dana le ofreció tímidamente la
voz “Estética”. Marx tenía sus preferencias: “por mi parte, preferiría
suministrar a Dana artículos sobre, por ejemplo, Ricardo, Sismondi, etc. Ese
tipo de cosas admite al menos un tratamiento objetivo desde el punto de vista
yankee. La Filosofía alemana es difícil de escribir en inglés. Sin embargo, le
sugeriré a Dana varias cosas y le dejaré la elección a él” –le escribió a
Engels en abril de 1857. Marx volverá a remarcarle a Engels la dificultad
intrínseca de la lengua inglesa para tratar temas filosóficos con bases
hegelianas: “los temas filosóficos están, de hecho, demasiado mal pagados y
además es difícil cuando hay que hacerlo en inglés.”
Así que los
revolucionarios gemelos se sentaron, refunfuñando como siempre, para entregar
voces, batallas, entradas, vignettes y pequeñas biografías.
Engels volvía, como en el caso de los artículos para el NYDT,
técnicamente a ser un Deviling, un “diabólico” en la jerga de la
producción literaria victoriana, que significaba hacer trabajo profesional para
un abogado o un hombre de letras sin cobrar honorarios. En una carta de abril
de 1857, Engels aceptaba encantado el presente griego: “Este negocio de la
Cyclopaedia ha sido de gran ayuda para mí, y para ti también, sin duda. Voilà
enfin tienes la posibilidad de reparar tu pérdida de ingresos y, para
mí, la posibilidad de una ocupación regular por las tardes. La paix
allait me démoraliser, y desde que no ha habido más artículos para escribir
para el NYDT, he estado vagueando demasiado, por lo que aquí tengo
un incentivo”. En febrero de 1858 Engels le reconocía a Marx finalmente lo útil
y provechoso para la nueva Kritik materialista que le había sido el “curso
enciclopédico”.
Su
presentimiento se hizo realidad. El 16 de marzo de 1862, el NYDT publicó
un artículo de Marx por última vez. A diferencia del primer artículo de Marx,
aparecía sin firmar. Marx nunca volvió a ser corresponsal de otro periódico en
el futuro. Ya había terminado una gran parte de Das Kapital, y
los Grundrisse, por un lado, y en adelante pasó a liderar la
organización de la primera Internacional de los trabajadores.
La New
American Cyclopaedia (NAC) puede ser definida como un gran diccionario
popular liberal, “a popular dictionary of general knowledge” como reza en su
portada. La empresa era enorme: todo el staff editorial del diario New
York Daily Tribune participaba en el gran proyecto enciclopedista
yankee y whig. El medio gráfico en el que escribían Engels y Marx, como vimos,
era el diario con más tirada del mundo en esa época y con mayor número de
suscriptores, según el propio Marx 200.000. Era una plataforma mediática
excelente para el lanzamiento de una enciclopedia progresista y pionera en
América. La NAC, publicada por la editorial Appleton&Co, en 16 volúmenes en
octavo, apareció poco antes de la Guerra Civil, entre 1858 y 1863 con gran
repercusión. En el prefacio editorial establece que la tarea es “proporcionar
una exposición condensada del presente estado del Conocimiento humano sobre los
temas más importantes a efectos de futuras investigaciones” y que “al preparar
los materiales del trabajo, ninguno de los editores ni sus colaboradores han
intentado o desea convertirlos en un vehículo para la expresión de nociones
personales.”Además se establece que “los diversos artículos se han confiado a
escritores cuyos estudios, posición, opiniones y gustos son una garantía de
información detallada, y que presumen de equidad e imparcialidad”; escritores
“de logros eminentes en cada una de las secciones respectivas.” Su principal
hagiógrafo afirma que “la infatigable labor de Dana y su amplio abanico de
lecturas habían dotado a su mente de una extraordinaria variedad y cantidad de
conocimientos. Al igual que Diderot, que compiló la primera enciclopedia digna
de ese nombre, era sin duda en aquel momento uno de los pocos hombres de su
país cualificados para una obra de ese carácter, y esto sus editores no
tardaron en reconocerlo. El momento parecía propicio y, en consecuencia, se
aceptó su propuesta de que él y su antiguo socio, George Ripley, emprendieran
la preparación de The American Cyclopaedia [sic]. Era una obra
de considerable magnitud, que requería no solo mucho capital, sino la
cooperación de muchos cerebros. Necesariamente implicaba la organización de un
equipo de editores asociados, revisores y colaboradores que cubrieran toda la
gama del conocimiento humano, y especialmente de la historia, la ciencia, el arte
y la literatura. Puede decirse que Dana ya estaba plenamente ocupado como
editor jefe del Tribune y, como se ha demostrado, también
estaba dedicado en cuerpo y alma a la guerra contra la propagación de la
esclavitud; pero no dudó en asumir esta nueva tarea. Con Ripley para dar
atención personal a la oficina editorial y administrativa, se abocó a la tarea,
y dedicándole todo el tiempo en que podía prescindir del Tribune,
de su familia y del descanso, hizo toda su parte para satisfacción de sus
asociados y de los editores, y con su ayuda llevó la empresa rápidamente a una
conclusión exitosa. El primer volumen se publicó en 1858, y los demás siguieron
a intervalos regulares hasta 1863, cuando se completó el último. Por supuesto,
fue criticado por los especialistas, pero a pesar de los tiempos difíciles
resultó ser un gran éxito. En 1873-76 fue revisada a fondo por los editores
originales, con la ayuda de muchos escritores adicionales, y todavía puede ser
considerada como la principal obra americana de su tiempo. Aunque Dana dedicó
mucho tiempo al proyecto, fue su coeditor Ripley, también del NYDT,
quien dirigió la parte editorial y administrativa de la operación de la NAC y
se responsabilizó de la mayor parte de la edición. Al parecer, debido a las
dificultades financieras, la primera tirada del volumen 1 se limitó a 1.000
ejemplares, aunque Dana escribió a un amigo antes de la publicación que la
cifra debería haber sido de 10.000. Se empezó a vender inmediatamente. El 6 de
abril de 1858, Dana escribía que “la Cyclopaedia se vende
bastante bien; del volumen 1 de la segunda impresión se han vendido cinco mil,
y la marea sigue subiendo.” En la nota editorial de las Werke de Engels y Marx
se afirma que “la New American Cyclopaedia –obra de referencia
científica publicada por un grupo de periodistas y editores burgueses
progresistas estadounidenses que pertenecían al consejo de redacción del
periódico The New York Daily Tribune. Entre los editores de la
Enciclopedia se encontraban Charles Dana y ‘Major’ [sic] Ripley. La
enciclopedia fue publicada en 16 volúmenes por la editorial neoyorquina D.
Appleton and Company en 1858-1863, y en 1868-1869 se publicó una nueva edición
inalterada. Se recurrió a una serie de reconocidos académicos de Estados Unidos
y Europa para que contribuyeran a la Enciclopedia. La Enciclopedia fue una de
las mejores de su tiempo en cuanto a la exposición exhaustiva de los distintos
campos del saber y la riqueza del material informativo.
A pesar de los
estrechos puntos de vista burgueses de sus editores y del eclecticismo
inherente a ella –como en otras enciclopedias burguesas–, la New
American Cyclopaedia publicó muchos artículos que expresaban las
opiniones de los círculos burgueses democráticos y progresistas. Un lugar
especial en la Enciclopedia lo ocupan las obras de Marx y Engels, que fueron
escritas con un espíritu revolucionario-proletario y materialista, en contra de
la condición impuesta a los autores por los editores de “no tomar una posición
partidista.” Por supuesto que Engels y Marx advirtieron cierta exclusión de sus
plumas de los temas claves o candentes, alguna forma de sutil censura
ideológica bajo la etiqueta del “apartidismo” y estas precauciones se notan en
el cuidado y estilo objetivo, la exigencia de Dana era pasionless
indifference, de los artículos. A modo de ejemplo, al artículo “Bernadotte”
se le modifica en trazos de lápiz azul haciendo más blando y suave su
escritura; en el de “Argelia” se reducen las atrocidades coloniales francesas;
en el caso del de “Bolívar y Ponte” se le exigen, como a ninguno de los
colaboradores, fuentes primarias y bibliografía utilizada.
Sin embargo,
está claro que la nueva Kritik revolucionaria se filtraba con más frecuencia de
lo que deseaban los editores, como puede verse por ejemplo en “Army”, elogiado
por Marx ya que en él podía verse la trabazón necesaria e interna entre las
fuerzas productivas y las relaciones de producción. El de “Invasión de
Afganistán” no tuvo tantos recortes en su cuerpo de texto aunque sí en su
título. La medida en que esto es cierto puede comprobarse examinando lo que
sucedió con muchos de estos artículos que en la publicación final se encuentran
cancelados, reformateados y suavizados en su reescritura. Finalmente, la
mayoría de los artículos “alimenticios”, como les llamaba irónicamente Engels,
para la NAC fueron escritos por él, aunque “Dr. Charles Marx”
apareciera como contribuyente oficial.
En la NAC,
Marx (y Engels) volvió a encontrarse los mismos miserables problemas que ya le
aquejaban en el NYDT de parte de los lousy Yankees:
1) Dana o Ripley a menudo modificaban, corregían o reescribían los artículos
arbitrariamente sin consultar al autor (práctica que aplicaban a todos los
escritores); 2) arbitrariamente se decidía si un artículo por su calidad y
profundidad debía aparecer con la firma de Marx, con la firma del editor o
anónimamente como una editorial; 3) la cuestión permanente e irritante del bajo
pago a las contribuciones desde el extranjero, a pesar de que valoraban
altamente sus artículos; 4) la propia política editorial del NYDT,
y de la NAC, la cual consistía en no pagar los artículos convenidos
y enviados si no se imprimían por decisión unilateral del editor. Por otra
parte, la presencia de Marx fue invisible como redactor especializado hasta el
volumen 5 de la NAC, donde aparece por primera vez como colaborador
en una separata con la lista de contribuyentes: “Charles Marx, P. D. [sic],
London, Eng. Army, Artillery, Bernadotte, Bolívar, Cavalry &c”; en el
volumen 16 vuelve a publicarse su nombre integrado en el volumen: “Charles
Marx, Ph. D., London, Eng. Army, Artillery, Bernadotte, Bolívar, Cavalry,
Fortification, Infantry, Navy, &c”.
Una vez
comprometido en la labor enciclopédica, Engels prepara inmediatamente la
primera entrega: Abensberg, Abukir, Axle, Acre, Actium, Adjutant y finalmente
Afganistán. Aunque deseaba escribir el artículo sobre Afganistán inmediatamente
(con énfasis en la invasión inglesa de 1838-42) su enfermedad (mononucleosis)
hizo que la voz se demorara, angustiando a su amigo. Finalmente Marx la recibe
en agosto, y ya en una carta de septiembre de 1857, Dana acusa recibo de la voz
“Invasión de Afganistán”, que finalmente quedó como “Afganistán” a secas. Al
trabajar en este artículo, Engels utilizó como núcleo, entre otras
fuentes, History of the War in Afghanistan, de J. W. Kaye (1851),
resumiendo pasajes y datos esenciales de sus dos volúmenes de un total de 1.346
páginas. Kaye era un militar, funcionario y destacado historiador de la India
británica. Como regla, Engels presentó una selección de los hechos en alemán
muy conciso, como puede verse en su Nachlass, siguiendo el orden cronológico
del libro. Solo en raras ocasiones reproducía pasajes, frases o palabras del
libro en inglés, francés u otros idiomas. A diferencia del tono apologético de
Kaye, Engels reescribe y modifica la perspectiva desde el punto de vista de la
“raza” (sic) de los afganos, un pueblo “valiente, duro e independiente”, en el
cual la guerra “es un reto y un descanso de sus ocupaciones industriosas”.
Engels
comprueba con el lector, como después diría Churchill, que “en Afganistán cada
roca, cada colina tiene su historia”.
Todo un
augurio.
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