Así presionan los ‘lobbies’ a
los diputados: «Te traen hasta enmiendas redactadas»
Rebelion /
España
| 09/11/2022 |
Fuentes: Info
Libre
¿Ha sentido
presión de algún lobby? “Sí”,
responde tajante un diputado. Y desliza: “Hice una pregunta en el Congreso
sobre sistemas de control en las gasolineras. A los dos días ya me habían
pedido una cita”. Por los pasillos de la Cámara Baja y en los reservados de los
restaurantes hay reuniones que no son públicas pero que pueden influir mucho en
las leyes y en la vida de los ciudadanos.
Influir. Ese es
el objetivo de los lobbies y los grupos de interés a la hora de que las Cortes legislen. Una
actividad muy extendida en el mundo anglosajón y que cada vez se implanta con
más fuerza en países de la UE. Incluida España. Y ahora el
Gobierno quiere regular esta actividad a través del
anteproyecto de ley de transparencia e integridad en las actividades de los
grupos de interés, que previsiblemente pasará por el Consejo de Ministros de
este martes.
Las presiones
existen y se extienden principalmente a los diputados, senadores y
europarlamentarios que tratan temas especialmente económicos, desde la energía
hasta la banca y el transporte, según confiesan una decena de políticos
consultados por infoLibre. En temas más sociales no son tan frecuentes la intervención
de los lobbies, admiten parlamentarios de diferentes colores.
«Siempre intentan colocarnos su visión»
Ahí está la
delgada línea entre la presión y el mostrar la posición de cada uno. ¿Y cómo lo
hacen? Un diputado socialista desgrana el asunto: “Solicitan reuniones con las
comisiones en las que tienen interés. Ejemplos, la patronal de la banca,
empresas energéticas y de telecomunicaciones, etcétera”. “Siempre intentan
colocarnos su visión ante cualquier cosa que estamos legislando. Se reúnen con nosotros
pero también con la oposición. Intentan influir”, describe.
“En la última
reunión le tuve que recordar a la patronal de la banca que estaban ganando
mucho dinero durante la pandemia y que tenían que aportar al sistema. Eso
después de que nos lloraran por lo mal que lo estaban pasando”, explica.
Otro diputado
socialista comenta en este sentido: “Los lobbies te traen hasta las enmiendas redactadas… y son
insistentes. También a través de las consultoras, pero, mi sensación es que no
tengo presión, estaba acostumbrado por mi actividad laboral”.
En la futura
norma, según avanzó la Cadena Ser, se define el concepto de grupo de interés y
se fija un código de conducta en las relaciones de un lobby con
políticos y funcionarios. Para ello se creará un registro oficial de aquellos
que quieran intervenir en la toma de decisiones públicas y en el diseño de
leyes. Se tendrán que hacer públicas las reuniones, además de detalles como la
relación de personas que pertenecen a ese grupo, su financiación y el importe
de los fondos públicos que reciban.
«Claro que sí he sentido presiones»
Esta norma del
Gobierno llega en un momento en el que Bruselas sigue pidiendo que se legisle
este tema en España. Un europarlamentario español hace estas reflexiones:
“Claro que sí he sentido las presiones y el deficiente marco asistencial que
tiene el Parlamento español, con una gran pobreza de medios técnicos, te obliga
a apoyarte en gran parte en los de los agentes implicados”. “De todos modos,
ahora en Bruselas el asunto se ve desde otra dimensión: aquí están registrados
y normalizados, existe ciertas reglas de transparencia y el Parlamento FEuropeo
tiene personal cualificado y medios técnicos suficientes para un diputado”,
sostiene.
“Unos presionan
más que otros. Los verdaderamente peligrosos son los lobbies que no ves”,
lanza. “Yo creo que el problema de España es precisamente la informalidad de
todo. Moralmente los vemos mal, a diferencia del resto de Europa, y así hacemos
como que no, pero sí”. “Sin regulación específica y a salto de mata. Y luego
está que tenemos una democracia low cost, con pocos medios, cualquier inversión en medios en
el Parlamento es un ‘despilfarro’ y un escándalo, nadie se atreve a
solucionarlo”, incide en este sentido.
Un diputado con
influencia en temas de energía y de ecologismo incide en que recibe presiones
“todos los días”. ¿Y cómo se manifiestan? “Te piden reuniones todo el rato para
atacar tal o cual ley”, responde. Normalmente, confiesa, esto se hace a través
de agencias de comunicación.
“Si pasas de ellos,
entonces empiezan las cartas de protesta o los ataques a través de los medios”,
comenta este parlamentario. La pregunta que surge es si estas presiones pueden
tener sus efectos. Él lo tiene muy claro: “Claro. Pueden tumbarlas y que no
salgan. Mira los de la caza con la ley
de bienestar animal”.
«No he sentido presión, escucho a las empresas»
Otro político
explica que durante su época en Bruselas le tocó trabajar en una directiva
europea y a su puerta llamaron desde grandes compañías hasta asociaciones de
defensores de animales. Él decidió al final del proceso hacer pública la lista
de representantes con los que se había reunido. El momento donde suelen
acercarse más los grupos de intereses a los parlamentarios, revela una
diputada, es cuando se empiezan a tramitar las leyes en las Cortes.
No le gusta
hablar de “presión” a otro de los parlamentarios consultados y que es pieza
clave en materias económicas para la coalición. “No la he sentido nunca”,
reflexiona, para explicar: “He recibido y me reúno con muchas empresas. Las
escucho, valoro lo que dicen y lo que creemos que es considerable lo remitimos
al Gobierno”. “En general, ellos cuentan su parecer y lógicamente te dan sus
argumentos”, ahonda, para dibujar el proceso a continuación: “Suelen llamar por
teléfono a los asistentes, mandan correos para concertar una reunión”.
Desde el otro
lado, como comenta un miembro de un lobby que tiene trato con políticos: “Es legítimo
defender los intereses”. Y contextualiza que todos los grupos, aunque no sean
considerados lobbies, lo intentan, desde la CEOE hasta la OCU. Y lanza esta pregunta: “¿Qué
hace Fátima Báñez en la CEOE?”. Se muestra partidario de esta regularización
porque va a dar “más transparencia” al sector y va a poner “reglas comunes para
el terreno de juego”. “Es positivo”, resume, frente a la imagen de oscurantismo
del sector. De lo que se trata es de que el legislador, comenta, tenga todas
las opiniones e inputs de todo el mundo. Manifestando que todo el mundo tiene intereses,
poniendo como ejemplo ahora la ley trans y los sectores feministas. “Es
legítimo”, apostilla. Para rematar: “La gente está muy acostumbrada a hacer lobby en un
hotel o en el reservado de un restaurante. Ahora se trata de normalizar el
sector. Lo opaco se va a hacer transparente. En el mundo anglosajón están más
normalizados los lobbies que los sindicatos”.
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