La eterna duda del emigrante…
¿es el momento de volver a España?
Por David Casarejos
Rebelion / España
24/08/2022
Fuentes: Nueva
Tribuna
Mucha parte de nuestra ciudadanía ha sido expulsada de nuestro país en
diferentes décadas por razones de diferente índole. Desde las razones políticas
a partir de la Guerra Civil, a las razones económicas que aún hoy siguen
empujando a gran parte de nuestra juventud a seguir buscándose las habas en
otros países, mucha de la nueva emigración actual ya no es tan joven.
Parte de la
diáspora, la menos, salió de una manera más fácil, sin necesidad de haberse
sentido expulsados de España y más como una opción personal para
lograr un mejor estatus profesional, económico, o simplemente por ser uno de
aquellos jóvenes aventureros de los que hablaba Fátima Bañez cuando era
ministra de Trabajo, Seguridad Social y Migraciones.
Este segundo
grupo normalmente puede retornar con la facilidad con la que salieron del país,
sin dramas y sin necesidad de hacer demasiados números.
Del primer
grupo que fueron expulsados, gran parte están deseosos de una oportunidad
firme para retornar a su ciudad, su región, o simplemente a su país,
pero aún tienen en la cabeza la idea de ese país que dejaron atrás cuando decidieron emigrar y recuerdan esos últimos meses
de dudas, problemas para encontrar trabajo y el duelo de decidir que tienes que
coger las maletas y salir del único lugar que has conocido dejando atrás a
familia y a amigos.
Esta semana una
de esas emigrantes que parecía ser de las que solo volverían a España para su
jubilación, nos anunciaba que junto a su pareja británica han decidido
adelantar ese retorno a España dos décadas.
Cada vez que
esto sucede te planteas muchas cosas.
El
retorno como jubilado es algo más o menos frecuente y desde el Brexit muchas familias han decidido volver a su
país quizás por las dudas sobre la economía de Reino Unido, por las nuevas
oportunidades que llegan desde España, o por el cambio en el ambiente y
la perdida de sentimiento de pertenencia que nos arrebataron en 2016 con
el referéndum sobre la salida de la Unión Europea.
La mayoría de
los que retornan lo hacen una vez tienen la red de seguridad de una
nacionalidad britanica adquirida por su prologada estancia en el país
y que les asegura que podrían volver ante cualquier eventual problema en su
regreso a España. La adaptación al país o a las formas de trabajar podría ser
uno de estos problemas.
En el uútimo
lustro he visto muchos retornos a la patria y con las primeras familias que
volvían tengo que admitir mi incredulidad ante esta decisión.
Les daba seis meses máximo para que volvieran al estable Reino Unido, con el rabo entre las piernas, y en ningún caso
ha sido así.
Las dudas que
como emigrantes tenemos se va disipando según pasan los años. Nacen los hijos e
hijas, promocionamos en el trabajo, o compramos la primera casa. El choque
inicial con la nueva cultura, nueva lengua y nuevas formas de trabajar pasa más
o menos rápido, pero los que llevamos varias décadas en el extranjero, aparte de
estar ya más adaptados al “nuevo” país, sentimos que “nuestra España” ha
cambiado y mucho.
Los cambios son
en todos los sentidos y mientras que se echan de menos algunas cosas de la
España de los 90 se agradece la modernización y el avance en muchos otros ámbitos.
No voy a entrar
a comentar todo aquello que nos frustra aún a los que decidimos salir de
nuestro país, pero sí me gustaría recalcar algunas de las mejoras que se ven en
un país más moderno, más europeo, pero que a la vez aún mantiene muchas tradiciones
o costumbres que son de agradecer.
Tras más de
tres años sin vacaciones en España, estos días estoy disfrutando de la cercanía
de los españoles, de los productos frescos, de la espontaneidad de la gente o
el que en un pueblo donde no te conocen te saluden los vecinos.
Los cambios en
las dos últimas décadas van llevando a España a pasos forzados a una convergencia
con el resto de los países europeos, y si bien en salarios aún no están al
unísono ni mucho menos, el recorte que se esta viendo en la diferencia en
salarios mínimos es una gran señal de que se van en el camino correcto.
Los que venimos
de Reino Unido echamos mucho de menos los tiempos en que una libra esterlina se
cambiaba por 260 pesetas o por más de 1 euro y medio, y en muchas ocasiones el chollo
que era venir a España ha dejado de serlo con muchos productos
de la cesta de la compra con un precio a veces superior al que se paga en las
Islas Británicas.
Mucho turista
británico lleva varios años quejándose en sus tabloides sobre la subida
de los precios en España o ahora sobre los límites a la cantidad de
bebidas que pueden tomar en los establecimientos “all inclusive” que suelen
frecuentar. La casi paridad con el euro ha significado pérdida de poder
adquisitivo y como uristas han pasado a ser mucho menos apetecible para el
sector turístico español.
Para los que
seguimos en Reino Unido existe una duda existencial en este
momento: ¿a partir de una cierta edad, debemos plantearnos un retorno a nuestro
país? ¿Es realmente todo lo bueno que nos parece cuando volvemos por
vacaciones? ¿Está la economía recuperada y puede atraernos para trabajar en
puestos similares?
Las pensiones
británicas no son para tirar cohetes y si Reino Unido sigue con la tendencia
actual y vuelve a ser el “hombre enfermo” de Europa como era
en los ’70 quizás nuestro sueño de una jubilación y un futuro en nuestro país
no exista en el futuro. Quizás estemos abocados a buscar nuestra jubilación en
Bulgaria o Rumanía como está empezando a ser tendencia y el retorno a nuestro
país nunca suceda.
¿Planes
retorno…dónde están? Hay que esperar a ver qué sucede o arriesgarse y comprar
un billete de ida, sin más
No hay comentarios:
Publicar un comentario