Haití no encuentra salidas
Ariel Henry, participa en la ceremonia de toma de posesión del nuevo Gobierno haitiano, en Puerto Príncipe, el 20 de julio de 2021. © Jean Marc Hervé Abelard/ EFE
Por Victoria Korn
Rebelion
13/08/2022
Fuentes: Rebelión
/ CLAE
Las negociaciones emanadas del Acuerdo de Montana, promovido por el primer
ministro Ariel Henry para alcanzar la pacificación y la normalización de la
vida política y social de Haití, volvieron a estancarse este martes, luego de
que los dos grupos fundamentales que lo animaban se levantaran de las
negociaciones.
Delegaciones
del Gobierno y la oposición dos semanas atrás el segundo intento de un
encuentro para abordar la crisis política que afecta al país en medio de un
agravado clima de inseguridad, tras el primer fracaso de mayo.
Esta suspensión
del diálogo es la segunda que del año, luego de que la delegación encabezada
por el primer ministro Ariel Henry y el denominado equipo Montana dialogaran el
pasado mes de mayo, ocasión en que se interrumpieron las negociaciones.
Si bien
Henry no ha sido capaz de mejorar la violenta situación del país ni
realizar las reformas constitucionales y políticas que prometió, la oposición
no ha logrado alcanzar un consenso para establecer un gobierno de transición. A
su vez, el equipo Montana, como su contraparte, no ha cedido en sus posturas,
lo cual ha entorpecido el diálogo.
De acuerdo con
la Red Nacional en Defensa de los Derechos Humanos, las bandas criminales
armadas controlan alrededor del 60 por ciento del territorio y los
enfrentamientos entre ellas dejan ya un saldo de un centenar de muertos, dos
decenas de desaparecidos y al menos 74 heridos.
Cerca de un
millón de haitianos sufren de inseguridad alimentaria. El enviado del Programa
Mundial de Alimentos, Jean-Martin Bauer, señaló que “estamos viendo un aumento
significativo del hambre en la capital y el sur”.
Nueva (o la misma) crisis
Lo ocurrido
esta semana es una división entre los aliados del Gobierno y otro síntoma de la
crisis política que enfrenta Haití, donde no se han realizado elecciones a
pesar de que ya transcurrió un año del magnicidio de Jovenel Moïse. Tampoco se
han hecho modificaciones a la Constitución, y ha aumentado la violencia
debido al accionar de grupos criminales armados.
Una franja del
movimiento político haitiano Sector Democrático y Popular (SDP) declaró que
abandona el acuerdo firmado el 11 de setiembre pasado.
Por su parte,
el negociador y excandidato presidencial Leslie Voltaire, señaló la fragilidad
institucional de Haití: “Estamos en una situación en que el Poder
Ejecutivo no es legal, el Legislativo solo tiene 10 senadores, de 30 que debe
tener, y no hay diputados porque no se han hecho nuevas elecciones. Y la Corte
Suprema está amputada de tres o cuatro de sus miembros y no puede decidir
nada”.
El asesinato
del presidente Jovenel Moise el 7 de julio de 2021 creó un vacío de poder que
fue llenado, primero brevemente por el primer ministro interino Claude Joseph y
luego por el actual primer ministro Ariel Henry, a quien el expresidente había
designado en ese cargo dos días antes de su asesinato.
En medio de
esta tensión, el llamado Grupo Núcleo, al que pertenecen representantes de la
OEA, la ONU, la Unión Europea y los embajadores de Estados Unidos, Francia,
Alemania, Canadá, Brasil y España, publicó en una cuenta de Twitter que Henry
debería ser el primer ministro, con el compromiso de celebrar elecciones en
enero de 2022, lo cual no ha hecho.
Arremete la OEA
Mientras, la
Organización de Estados Americanos (OEA) reconoció el fracaso de la intervención
internacional en Haití tras 20 años de presencia en el país, que “significan
uno de los fracasos más fuertes y manifiestos que se haya implementado y
ejecutado en ningún marco de cooperación internacional”, y admitió que la política internacional fue errada y fermentaron y
germinaron las bandas criminales que hoy
asedian a su pueblo, además de gestarse el proceso de desinstitucionalización y
crisis política actual.
«Es absurdo
pretender que bajo ese esquema de destrucción los haitianos completamente
solos, polarizados y con muy menguados recursos puedan reconstruir o construir
un proyecto de seguridad, reinstitucionalización y desarrollo que les permita a
12 millones de habitantes recomponer la coexistencia pacífica», aseguró, tarde,
la OEA.
Señaló que
resulta difícil que el país encuentre una solución completamente nacional sin
recursos, en un clima de violencia, sin capacidades tecnológicas y acumulación
financiera. La OEA incluso sugiere que, en la salida de la Misión de la
ONU para la Estabilidad, intervinieron fuerzas internas y externas que
pretendían abonar el camino para que un escenario como el actual pudiera darse.
A la par del
diálogo y la institucionalización, el organismo –que generalmente sigue las
líneas trazadas por el gobierno estadounidense- insiste en la necesidad de
revertir la violencia de las pandillas y desalentar el crimen organizado, para
lo cual, señala, es indispensable los recursos humanos y financieros de la
comunidad internacional, lo cual significaría otro capítulo de la injerencia
extranjera en los asuntos internos haitianos.
De acuerdo con
la OEA los países deben tomar la decisión de industrializar la nación caribeña
para asegurar trabajo a nueve millones de haitianos o aceptar que es más
redituable seguir absorbiendo la masiva migración.
Victoria Korn. Periodista venezolana, analista de
temas de Centroamérica y el Caribe, asociada al Centro Latinoamericano de
Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
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