«Ser miembro
del Comité Central del Partido me cambió la vida…»
Diario octubre / marzo 18, 2022
Ángel
Bermúdez Pupo.— La doctora Viviena García Escudero,
especialista de II grado en Medicina Intensiva de Emergencia, es en la
actualidad una de las más jóvenes integrantes del Comité Central del Partido
Comunista de Cuba. Actualmente figura como secretaria del Comité del Partido en
el Hospital General Universitario y tiene una alta responsabilidad en la
vicedirección general del Hospital. “Voy desempeñando las dos tareas de la
mejor manera, impregnándoles toda la juventud que lleva”, me dice.
No es tan
frecuente ver que una persona joven asuma las responsabilidades políticas y de
dirección que tú has aceptado. En tu caso, ¿Por qué lo haces?
“Lo principal es que comencé muy joven en cargos de dirección,
en la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) que fue una experiencia
maravillosa, pero, principalmente, debido a ese apego familiar y todo lo que la
familia nos va enseñando a hacer el bien. El hecho de que mis padres son
militantes del Partido y que siempre haya visto en el hogar esta integración,
también me ha impulsado. Sin lugar a dudas, yo creo que mi mayor motivación es
lograr que con mi juventud pueda transformar lo malo en bueno, y como dice
nuestro presidente, ‘lograr de lo imposible, lo posible’.
“Es una tarea dura, porque ser joven conlleva una experiencia de
vida más corta y la experiencia se va ganado con la edad; a la vez, hay
personas que te valoran diferente por tu corta edad; hay quien tiene dudas
acerca de si podemos o no. Así que eso también me motiva: demostrar que la
juventud sí puede”.
En el
contexto actual constituye un reto que más jóvenes se incorporen a las filas
del Partido. Desde tu punto de vista, ¿Qué hace falta para lograr esa
incorporación necesaria?
“Para alcanzar ese objetivo, lo primero es que el Partido
continúe siendo esa fuerza dirigente superior de la sociedad y el Estado; que
los jóvenes vean en el Partido esa organización de vanguardia capaz de
transformar. En nuestro Hospital la prioridad está en lograr que funcionen las
estructuras de base, que se discutan los problemas que nos preocupan a todos y
se siga haciendo política desde las contradicciones de criterios que generen
soluciones. Porque cuando encontremos la solución, el Partido será más creíble
y la gente nos va a seguir”.
Y desde tu
experiencia, ¿qué se necesita para que funcione el núcleo del Partido, como lo
describes?
Se necesitan varios pasos. Primero, la orientación desde el
Comité del Partido. Todavía, y lo vimos en la última sesión del Comité, los
secretarios han ido cambiando. Debemos hacer un alto en el camino y continuar
proporcionando herramientas de trabajo a nuestros dirigentes de base. Hay que
seguir estudiando los documentos rectores de la militancia comunista: el
Reglamento, los Estatutos; todavía existe desconocimiento. Tiene que existir un
diálogo entre el núcleo del Partido y el Comité, de manera que el primero nutra
y enriquezca el debate, el análisis partidista y el segundo, oriente. Lo más
importante es que logremos discutir los temas, los problemas con la
participación de todos los actores. No hacemos nada, si evaluamos en el núcleo
el trabajo del Centro Provincial de Emergencia Médica (CPEM), si no está
presente el jefe del CPEM, si no está su administrador, si no hay una
representación del personal de enfermería que labora en ese centro, por solo
citar un ejemplo. Hablo del Hospital, pero puede aplicarse a todos los centros.
Como te decía antes, esto tributa a que seamos más creíbles. La credibilidad
del Partido radica hoy en su capacidad para generar análisis realistas,
encontrar y sugerir soluciones y hacerlo con la participación de quienes forman
parte del problema; en este sentido, resulta muy importante que en los niveles
superiores se confiera a las actas de nuestras reuniones el valor que tienen;
es la manera que tiene el organismo superior de saber qué debaten, cómo piensan
nuestros militantes”.
Hablemos
del Hospital donde laboras. ¿Crees que los jóvenes se ven representados en las
organizaciones políticas, dígase la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), el
Partido Comunista de Cuba?
“Yo considero que sí, aunque todavía nos queda por hacer un
fuerte trabajo político-ideológico con la UJC, con nuevas proyecciones que
esperamos comenzar a cumplir a partir del mes de marzo. Sin embargo, no podemos
olvidar que en el enfrentamiento contra la COVID-19 los jóvenes fueron los
protagonistas. No se lo exigimos; sucedió espontáneamente. Los jóvenes dieron
el paso al frente y han seguido de la misma manera. Hoy tenemos jefes de
servicio, jóvenes; secretarios del núcleos, jóvenes, que han logrado un impacto
en la organización. Es cierto que hay que continuar dándoles misiones,
empoderándolos. El mayor reto a que nos enfrentamos es que las generaciones que
ya van pasando confíen en darle la oportunidad de dirigir a los jóvenes. Por
eso insisto, y de esa manera lo hacemos aquí en el Hospital, en que continuemos
trabajando con la política de cuadros, con la reserva, con la cantera, para que
cuando haya que sustituir a un directivo, su relevo esté preparado”.
Eres una
de las más jóvenes integrantes del Comité Central del Partido, ¿Estímulo o
responsabilidad? ¿Ambos quizás?
“Lo veo como un gran compromiso. Es levantarte todos los días y
preguntarte qué más puedes hacer; tienes que pensar diferente. En cómo unir y
en cómo llegar más a los militantes. El dinamismo, el ímpetu de la juventud se
aprovecha cuando te desempeñas en estos cargos, pero constituye una
responsabilidad muy grande y también tienes miedo a equivocarte. Ser miembro
del Comité Central del Partido me cambió la vida”.
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