La yihad nazi
DIARIO OCTUBRE / marzo 10, 2022
El Lince.—
La guerra en Ucrania no es formalmente una guerra. Es decir, nadie ha declarado
la guerra formalmente. Ni Rusia a Ucrania ni Ucrania a Rusia. Sorprende, pero
es así. Por eso el otro día os hablaba de cobeligerantes de hecho, que no de
derecho. Esto tiene una explicación larga y prolija según el derecho
internacional en la que no me voy a extender pero es, curiosamente, también uno
de los argumentos esgrimidos por EEUU en sus múltiples agresiones a otros
países como, por ejemplo, a Siria. O Turquía, también en Siria. Esta es la
razón por la que la ONU no habla de “invasión” ni de “guerra” y se refiere a la
situación como “ataque” y “conflicto”.
EEUU
(y Turquía) ocupan una parte importante del territorio sirio, unos con sus
vasallos kurdos y otros con sus propios peones, y hacen negocios con sus
recursos, como el caso del petróleo. Pero antes de llegar a este escenario,
EEUU (y Turquía, y otros) utilizaron otra estrategia: el armamento,
entrenamiento y financiación de fuerzas yihadistas equiparables a los nazis de
ahora en Ucrania. Y permitieron, y alentaron junto con sus múltiples vasallos,
la llegada de yihadistas de todo el mundo a Siria. Una de las características
de estos yihadistas fue el refugiarse entre la población de las ciudades y
evitar que la población las abandonase cuando el ejército sirio las cercó para
liberarlas.
Igual
están haciendo ahora los nazis en Ucrania, refugiándose entre la población.
Esta es la razón por la que los “corredores humanitarios” no dan resultado. Se
intenta retrasar todo lo posible la salida de la población civil en Jarkov,
Odessa, Mariupol y demás para evitar la caída de las ciudades y/o retrasar el
avance de los rusos. La gente en la ciudad es su garantía, su escudo. Como el
de los yihadistas en Siria. Y, como entonces, ya oímos hablar de hospitales
bombardeados, y no será lo único. Por si queréis variar sobre lo que leéis,
aquí hay un relato de cómo se desalojó esa maternidad de las fotos
de hoy del mundo de la propaganda para que los nazis y/o los militares
ucranianos se instalasen. El reportaje se publicó el día 8, un
día antes del bombardeo, por lo que el relato es anterior a esa fecha. Tanto
que se habla en él de que la maternidad fue desalojada a últimos de
febrero. Y para que veáis de qué va la cosa de la yihad nazi, igualito que
en Siria, un vídeo revelador aunque no se verá por mucho tiempo en youtube.
O
esta otra donde un militar y/o nazi ucraniano coloca un cóctel Molotov en
un parque infantil. Lo mismo se vio en Siria, y luego se acusó
al gobierno de matanzas de niños. Aquí serán los rusos los culpables. Y, como
en Siria, todos criticarán la brutalidad y jalearán al unísono a la yihad nazi.
De
nada sirve, por ejemplo, el que la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones
Unidas para los Derechos Humanos acusase, el 2016, al Batallón “Azov” (hoy
integrado dentro de las estructuras del Ejército de Ucrania con mando propio)
de “cometer crímenes de guerra como saqueos masivos, detenciones ilegales y
tortura” en el Donbás. Por lo tanto, su comportamiento de ahora no es
excepcional, sino su seña de identidad. El embellecimiento de los nazis en
Occidente es total porque Occidente, cada vez más y más rápido, se está nazificando.
Por eso empuja y alienta la yihad nazi.
Desde
siempre, el capitalismo colonial occidental se ha caracterizado por su
capacidad para utilizar las contradicciones sociales y políticas, internas y
externas, para implementar sus proyectos y planes. En el apogeo de su expansión
colonial recurrió a la exportacion de “excedentes humanos” (parados, pobres,
presos) de las clases populares y/o religiosas para asentar las colonias a fin
de preservar la estabilidad interna y, al mismo tiempo, lograr el control de
sus nuevas conquistas.
Por
no hacer un repaso histórico, basta reseñar que el comienzo moderno de todo
esto está en Afganistán, donde los países del Golfo y Pakistán enviaron miles
de “voluntarios descarriados” (sic) para la yihad contra los soviéticos. Lo
mismo se hizo en Siria y, ahora, en Ucrania. Estamos en la yihad nazi.
Occidente
no puede enfrentarse a Rusia porque está en inferioridad cualitativa
armamentística, además de que Rusia visualizó su determinación declarando las
fuerzas nucleares en estado de alerta máxima, pero sí puede hacerlo de otras
maneras. Una, el envío de armas. Otra, el envío de “voluntarios” que son, en su
práctica totalidad, nazis.
Desde
la desaparición de la URSS los movimientos nazis y neonazis han ido creciendo
en todos y cada uno de los países occidentales ante la práctica desaparición de
los partidos comunistas y la derechización constante de sus sucesores. Los
nazis y neonazis se presentan como fuerzas hostiles a la globalización
neoliberal y a las élites gobernantes pero siempre han dejado claro que su
motivo principal es que la globalización es una “amenaza a la pureza cultural,
étnica y religiosa” del Occidente blanco. De ahí su rechazo a la migración de
los países del sur, especialmente si son musulmanes. De ahí cómo en Ucrania se
trata a los que no son blancos, cuyo exponente inmediato está en el trato a los no blancos que querían abandonar el país.
No
se puede negar que estos grupos coquetearon con Rusia, o con la imagen de
Putin, sobre todo en busca de financiación, a cambio de críticas verbales a la
política de EEUU y de la UE. Pero a la hora de la verdad se ponen donde siempre
han estado. Todos ellos tienen estrechos vínculos históricos con los servicios
de espionaje occidentales (la OTAN ayudó a los fascistas italianos cuando el
Partido Comunista tenía grandes posibilidades de llegar al gobierno, como con
la matanza de Bolonia en 1980 como exponente de lo que fue -y seguro que
todavía es- la Red Gladio, buscad por ahí). La OTAN, y la CIA, lo
hicieron para combatir el comunismo, hoy lo hacen contra el “enemigo ruso” a
quien todavía se le sigue considerando “comunista”.
Desde
hace unos años en la ONU se presenta una resolución contra el nazismo,
afirmando expresamente, entre otras cosas, que “el neonazismo es algo
más que la mera glorificación de un movimiento a pasado; es un fenómeno
contemporáneo con fuertes intereses en la desigualdad racial que ha centrado
sus esfuerzos en obtener un apoyo amplio para sus falsas afirmaciones de
superioridad racial” y mostrando la alarma por “la propagación en
muchas partes del mundo de diversos partidos políticos, movimientos,
ideologías, grupos extremistas de carácter racista o xenófobo, incluidos los
grupos neonazis de cabezas rapadas, por el hecho de que esta tendencia ha dado
lugar a la aplicación de medidas políticas discriminatorias a nivel local o
nacional“ porque “incluso cuando los neonazis o los
extremistas no participan formalmente en el gobierno, la presencia en él de
ideólogos de extrema derecha puede tener el efecto de inyectar en la gobernanza
del discurso político las mismas ideologías que hacen que el neonazismo y el
extremismo sean tan peligrosos”.
Y
se dice: “La Asamblea General expresa profunda preocupación por
cualquier forma de glorificación del movimiento nazi, del neonazismo de quienes
fueron en su día miembros de la organización Waffen-SS, por medios como la
construcción de monumentos conmemorativos, la organización de manifestaciones
públicas para glorificar el pasado nazi, el movimiento nazi, el neonazismo, la
declaración o el intento de declarar participantes en movimientos de liberación
nacional a esos miembros, a quienes lucharon contra la coalición
antihitleriana, colaboraron con el movimiento nazi, cometieron crímenes de
guerra, crímenes de lesa humanidad, el cambio del nombre de calles para glorificarlos”.
Pues
bien, todo esto es la Ucrania actual, esa en la que no hay nazis y todo es una
cuestión de democracia. EEUU y Ucrania son los dos países que sistemáticamente
votan en contra, mientras que Occidente sistemáticamente se
abstiene. Fecha de la última resolución: 16 de diciembre de 2021.
Asistimos
a una guerra de desgaste por poderes contra Rusia, pero el objetivo último es
China. Esta es la gran confrontación estratégica. ¿Recordáis la paranoia contra
China por el COVID-19 y lo que se dijo de los chinos, todo en plan racista? Id
tomando nota.
Hablando
de chinos, están a todas. Ya os dije que si alguien está siguiendo todo esto
con mucho detenimiento, son ellos.
¿Qué
dice? Pues está recogiendo un tuit de la OTAN por el 8 de marzo en el que
ensalza la lucha de Ucrania contra Rusia en la imagen de una mujer que luce un
símbolo nazi. Por supuesto, insiste en lo que dice Occidente, que en Ucrania no
hay nazis (ironía). El tuit de la OTAN ahora está retirado, pero es este. Los
chinos lo guardan a buen recaudo. Nada se les escapa.
Y más de chinos y de tuits. Este es
viral en China.
“Al comprar un
dulce ruso, puedes convertirlo en una bala contra el fascismo”. No se andan por
las ramas, desde luego.
P.D.- El Banco
Ruso de Comercio Exterior, uno de los sancionados por Occidente con la
desconexión del SWIFT, anunció ayer la apertura de un depósito en
renminbis con una tasa de interés anual del 8%. Es el primer paso para lo que os conté. Eso supone que
los rusos, sobre todo los que se dedican a la exportación-importación, van a
realizar todas sus operaciones en renminbis a partir de ahora porque el interés
es muy lucrativo para ellos. También los chinos podrán tener cuentas en este
banco, y lo harán dado que el interés en China por este tipo de operaciones de
comercio exterior es del 3%.
El Lince
FUENTE: El Lince
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