Sindicato del
crimen
Por Iñaki Egaña
Rebalion / España
| 28/02/2022 |
Fuentes: Naiz
En los últimos días hemos asistido a una guerra
despiadada entre diferentes sectores de la derecha española por el control del
poder en el seno de su casa común, el Partido Popular. Detrás del conflicto nos
hicieron creer que estaban los inesperados resultados en las autonómicas de
Castilla y León, donde el supuesto ascenso de Vox retrataba a la derecha del
bipartidismo. Pero como ya explicó meridianamente Iñaki Iriondo en este mismo
medio, los neofascistas ya tocaron techo anteriormente.
En
esta ocasión, la pugna entre Casado y sus detractores azuzados por Ayuso ha
provocado una guerra de trincheras, inducida por los medios de propaganda, en
la que cada sector ha encontrado sus aliados. Y en esa pugna, la apuesta
generalizada ha recaído en favor de Ayuso. Una apuesta mediática con un interés
desmedido de intervención política.
Esta
intrusión está relacionada con la intención del Estado profundo por abandonar
el convencionalismo bipartidista y convertir a la derecha española en una
corriente trumpista. Lo que significa que un líder, Ayuso o cualquier otro en
un futuro, sea capaz de aglutinar a una masa social proclive a retornar a algo
muy español, como recordaba hace poco Iván Redondo. La restauración.
¿Monárquica, si el rey ya fue rescatado? No, por cierto. La restauración de
1975. El periodo preconstitucional.
Dando
la corrupción por válida, incluso elevándola a singularidad española (si el rey
es corrupto, todos sus súbitos tienen el derecho a serlo), los medios han
planteado un escenario radical. El relevo de Casado a través de una orquestada
presión pública y no a través de un proceso interno que abocara a un congreso
ordinario, o como contaba David Jiménez, exdirector de «El Mundo», en su
explosivo «El director», de un desgaste entre las diversas tendencias. Cada
sector colocaba a sus columnistas y tertulianos en los medios afines para
despellejarse mutuamente.
Fue
el caso de la pelea entre la entonces vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría
y la secretaria del PP Dolores Cospedal. Recordar que la candidatura de Pablo
Casado fue la triunfante en aquella pugna de 2018. La clave: el apoyo de los
medios y, sobre todo, de Aznar. Y no hace falta asistir a las hemerotecas para
traer al presente que el expresidente de las Azores y la invasión y masacre de
Iraq, cobra su sueldo desde 2006 de News Corp, el gigante estadounidense de
Rupert Murdoch. Al margen de su presencia en el lobby levantisco FAES.
Murdoch,
también presidente de la cadena Fox y de medios tan derechosos como «The Times»
o «The New York Post», ya enfiló a Trump para su última campaña contra Joe
Biden: «Es crucial que los conservadores desempeñen un papel contundente en ese
debate, pero eso no sucederá si el presidente Trump se mantiene enfocado en el
pasado. El pasado es el pasado, y el país ahora está en una competencia para
definir el futuro». Las palabras podrían ser repetidas en la pugna
Casado-Ayuso. El populismo trumpista es la clave para redefinir a la derecha
española.
Y
por ello, en esta ocasión, los grandes de la comunicación escrita, encabezados
por Vocento («ABC», con sus sucursales vascas de «El Diario Vasco» y «El
Correo») y Rizzoli (“El Mundo”) han gestionado una estrategia de derribo a
Casado, que ha contado únicamente, en la derecha, con el apoyo de «La Razón»,
diario de Planeta, propietaria también de Atresmedia cuya marca Antena 3 se
decantó por Ayuso. Han sido los medios escritos, la casi totalidad quebrados y
sostenidos por la banca hispana en la renegociación de su deuda, los que han
vehiculizado su interés para el futuro de España.
Tal
y como recordaba Pablo Iglesias en el programa «La Base», hay un hecho
incontestable para comprender esta alienación con Ayuso. Las ayudas económicas
se hallan en la Comunidad de Madrid y todos sus valedores están chupando de ese
bote que parece no tener fondo. Una supuesta mordida de dos euros por cada seis
que costaba una mascarilla, es el chocolate del loro. Pero el argumento de
Iglesias no lo explica todo. Quizás desde Euskal Herria y Catalunya tengamos, a
través de la experiencia, una visión más precisa.
En
nuestro día a día sufrimos, por ejemplo y desde la ETB, el «estilo Calleja»,
que desgraciadamente arrastró a muchos de sus compañeros. Desde Madrid, Inda,
Savater, Semprún, Marhuenda, Jiménez Losantos, Martín Prieto y una lista
interminable de periodistas que cobraban sobresueldos desde los fondos
reservados, según denunció en su tiempo Pepe Rei. Para ponernos todos los
epítetos del universo, denigrarnos como personas, convertirnos en bestias y
proponer un escenario de guerra civil en su defensa de la españolidad
decimonónica.
Este
aprendizaje en nuestra piel nos hace intuir el tremendo revolcón que llega en
el seno de la derecha española. Y que, para ello, el Estado profundo, aquellos
poderes fácticos que decían nuestros antepasados, ha preparado un cambio de
ciclo. Con los llamados periodistas, entre otros agentes activos, como arietes
para crear un estado de opinión determinado.
A
este elenco de agentes activos, otro mesías de la comunicación como fue Juan
Luis Cebrián los llamó en un histórico artículo, «miembros del sindicato del
crimen». Eran periodistas como él, pero, entonces, no le merecieron respeto en
esa pugna de poder mediático. Los contextos eran bien diferentes, pero la
definición marcó, desde el seno de la profesión, las características de
aquellos periodistas: vendidos al mejor postor, la voz de su amo.
En
la actualidad el amo, el patrón, juega a la grande, con un estilo en el que los
periodistas son peones de un rey, una reina, torres, alfiles y caballos que
corresponden a palabras como BBVA, Santander, Lara, Guzmán el Bueno,
Conferencia Episcopal, Iberdrola, Telefónica, Cepsa, Repsol, Brunete… A la
búsqueda de un Donald Trump español que unifique tendencias en una reordenación
que también llegará a Euskal Herria. Recuerden la palmadita en la espalda a
Adanero y Sayas por parte de Abascal y Ortega Smith antes de subir al
gallinero.
Fuente: https://www.naiz.eus/es/iritzia/articulos/sindicato-del-crimen