Cuando tienes depresión pero no puedes pagar el
tratamiento
En
España, cinco de cada 100 personas están diagnosticadas de depresión. El
porcentaje es el mismo para la ansiedad. Civio analiza las barreras que impiden
al paciente recibir el tratamiento idóneo en el menor tiempo posible.
Grecia, España e Italia son
los países europeos con más prevalencia en depresión.
ENGIN AKYURT/UNSPLASH
La Marea / 09 marzo 2021
La Fundación Civio investiga desde mayo de 2019 sobre el
acceso a la atención psicológica en Europa y en España. Aquí, cinco de cada 100
personas están diagnosticadas de depresión. El porcentaje es el
mismo para la ansiedad. Sin embargo, muchas no pueden acceder a un
tratamiento óptimo en un tiempo razonable. Si quieren tratarse de su mal deben
hacerlo a través de instituciones privadas.
Pagar o esperar: cómo Europa –y España– tratan la ansiedad y la depresión es
un trabajo de investigación que pone el foco en esa dificultad para acceder al
tratamiento y en la connotación social que lleva asociada. Las barreras de
acceso a la salud mental en los sistemas públicos de salud empujan a los
pacientes a la atención privada, si es que pueden permitírsela.
En toda Europa hay altas tasas de depresión y ansiedad. Los países con más prevalencia son Grecia, España e Italia, por este orden. «Si no se tratan a tiempo y de forma adecuada, acaban generando una discapacidad muy importante», afirma Javier Prado, portavoz de la Asociación Nacional de Psicólogos Clínicos y Residentes en España (ANPIR). De hecho, un informe de 2017 señalaba que la falta de diagnóstico y tratamiento adecuado de la depresión puede ser una de las principales causas de las altas tasas de suicidio en Europa.
Algunas de las barreras a las que se enfrentan
los pacientes son el copago (que no existe en España pero sí
en Europa), el número limitado de sesiones (un sistema que
tampoco se utiliza en nuestro país), la falta de recursos en los sistemas públicos o
las listas de espera (que según la comunidad autónoma puede ir
de 1 a 3 meses, e incluso más).
Como explica Javier Prado, «uno llega a su
médico de cabecera en Madrid y le dice, ‘bueno, puede que usted necesite un
psicólogo clínico’, pero hay una lista de espera de seis meses. Entonces le
dice ‘vaya usted tomándose esto’ o ‘si se lo puede permitir, váyase
usted a la privada’».
El estudio elaborado por Civio (y que puede
consultar aquí) cuenta con entrevistas a expertos, un análisis
detallado de informes de toda Europa y la creación de una base de datos propia.
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