jueves, 31 de diciembre de 2020

La Guardia Civil detiene a unos morlaquetes traficantes de armas amigados con traficantes de drogas. Que no es que hayan terminado ni con el tráfico de armas ni el tráfico de drogas, que nadie se me vaya a escandalizar por esto. Si a los representantes del pueblo les entra unas rabietas intrínsecas para legislar contra la existencia de los paraísos fiscales, a lo mejor obstaculizaban el tráfico de drogas y armas, y de paso ayudaban a la Hacienda Española a que recaudara todo lo que debía recaudar, que bien vendría para paliar y erradicar las causas del covid-19, que oyes, aunque llevan cuarenta años sordos, porque todavía no se han enterado que los paraísos fiscales valen para que las grandes empresas junto a los grandes zurrupetos evadan sus impuestos, quien nos dice que en 2021 no la emprenderán contra los evasores fiscales con una ley por aquí, otra por allí, más dos por al parte de arriba, a la altura del garganchón, y tres por la parte de abajo, tal que por la rodilla, en plan zumbe, que ya digo, y de paso o el narcotráfico y el tráfico amigable de armas, que algo es algo. Que no se puede pedir todo de golpe y porrazo.

 

Desmantelan en España un grupo de traficantes de armas y se topan con un ‘museo nazi’

Diario octubre / diciembre 31, 2020 

Uno de los detenidos tenía en su vivienda un sofisticado taller clandestino para modificar armas de guerra.

Guardia Civil española

En la ciudad española de Málaga, la Guardia Civil desarticuló un grupo de traficantes de armas que las comerciaba entre narcotraficantes del sur del país. Durante los registros se incautaron 160 armas de fuego, entre ellas fusiles de asalto, así como numerosos cartuchos y una granada con un kilo y medio de explosivo militar.

Los tres cabecillas del grupo, que operaba desde hace más de tres años, fueron detenidos. Se trata de dos ciudadanos alemanes y uno británico, a los que “se les imputan los delitos de integración en grupo criminal, tráfico y depósito de armas, tráfico de municiones, tráfico de drogas y falsedad documental”, según un comunicado de la Guardia Civil.

En la vivienda de uno de los detenidos de nacionalidad alemana, que residía en Coín “bajo la falsa apariencia de un jubilado extranjero”, los agentes hallaron un sofisticado taller clandestino donde se cree que modificaban armas de guerra previamente adquiridas en países del Este.

El segundo alemán, vinculado a colectivos de extrema derecha y a movimientos nazis, se encargaba del almacenaje y de ocultar las armas, que guardaba en una nave alquilada. Allí, y en particular en su domicilio, tenía un ‘museo’ de objetos, uniformes y banderas de temática nazi. Mientras, el británico, detenido con anterioridad por tráfico de drogas, se ocupaba de las ventas como intermediario entre los alemanes y los narcotraficantes.

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